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El Hombre En Busca De Sentido


Enviado por   •  6 de Febrero de 2015  •  2.005 Palabras (9 Páginas)  •  196 Visitas

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ENSAYO SOBRE EL LIBRO “EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO”

El libro “El hombre en busca de sentido” de Víctor Frankl cuenta la historia de un hombre que fue atrapado y tuvo que pasar por la terrible experiencia de ser prisionero en un campo de concentración.

A lo largo del libro, él narra con detalle la terrible experiencia que tuvo que vivir, no sólo él sino muchas personas que el destino llevó a ese lugar. Lo impactante del libro, además de las situaciones que él describe, es cómo él le encontró un sentido a ese sufrimiento pero no sólo para él sino como un gran aporte a la Psicología por medio de la Logoterapia extendiendo su ayuda a muchísimas personas.

A través de la lectura pude comprobar que el ser humano es increíblemente adaptable a las situaciones y puede soportar condiciones realmente descabelladas. En la primera parte del libro se describe el shock de enfrentarse al campo de concentración. Los esclavos prácticamente no comían nada, un poco de sopa una vez al día, una rodaja de salchicha o un trozo de pan. Tenían que dormir hacinados, nueve personas en una cama con una manta para todos. No tenían información de sus familiares, ni siquiera sabían si habían muerto o no. Vivían con la zozobra que en cualquier momento podían matarlos. Era tanta su necesidad que los sueños de los prisioneros eran sobre comida, un baño en agua tibia o una confortable cama. Soñaban con lo que les faltaba. Eso me hizo analizar que uno tiene todas esas cosas todos los días de su vida y las da por sentado, como respirar, muchas veces restándoles el valor que realmente tienen. Increíble que uno no valora algo tan simple como poder bañarse, cepillarse los dientes o dormir en una cama confortable, saber de su familia, desvestirse antes de dormir. Para ellos, soñar era mejor que la triste realidad que estaban viviendo. Casi morían de hambre, deseaban con ahínco que llegara la hora de la comida aunque era muy escasa pero la añoraban y la cuidaban comiéndola a sorbos o pedacitos. Unos decidían comerse la ración de una sola vez para evitar que se las robaran, otros se comían una porción y la otra la guardaban para alargar ese placer de comer algo. Otros sentían felicidad de estar enfermos con tal de no pasar esos malos tratos para trabajar y aunque el trato en la enfermería no era el mejor ni tenían buenas dosis de medicamentos ni la mejor atención, esto era mejor que estar afuera a la intemperie desgastando su debilitado cuerpo.

Luego de la fase del shock, vino la apatía como un mecanismo de autodefensa. Ese conformarse con vivir lo que estaban sufriendo. Lo más duro era el amanecer, enfrentarse a la realidad del campo de concentración, salir de ese profundo sueño y volver a sentir el dolor de los pies llagados, intentar meterlos en los zapatos mojados. Algunos ya no podían usar sus zapatos porque los pies estaban tan hinchados que no cabían en los zapatos. Trataban de evadir su realidad mientras dormían. Eran condiciones realmente inhumanas.Un dato curioso es que los esclavos no tenían deseo sexual debido probablemente a la falta de alimentación, estaban tan débiles que en lo que menos pensaban era en el placer.

Una de las partes del libro que más me impactó fue cuando él trataba de olvidarse de su realidad y al sentirse verdaderamente solitario, traía a su mente el recuerdo y la imagen de su esposa. En ese momento pudo comprender la magia del amor. Que el amor es el fin último del hombre y que sin él, la vida no tiene sentido. Concuerdo en que aún careciendo de muchas cosas materiales, el sólo saber que alguien le ama a uno de manera especial, causa una sensación de llenura, una felicidad indescriptible, una emoción inigualable. El verdadero amor va más allá de la presencia física o no del ser amado, se internaliza el sentimiento y se ama aún a la distancia. El encontró una conexión con su esposa y platicaba con ella, esa era su forma de escapar de su triste realidad.

El ser humano también utiliza el humor como una forma de alejarse de su realidad. Los prisioneros hacían chistes de los que les sucedía o de los guardias y eso hacía que se olvidaran momentáneamente de tanto sufrimiento.

Una de las aseveraciones más impactantes del autor es que el sufrimiento, sea pequeño o grande, ocupa el todo del ser humano. Se sufre de igual manera no importando el tamaño de la pena.El sufrimiento no tiene límites, siempre se puede sufrir más. De igual manera pasa con las alegrías. Es por esto que cualquier pequeño problema o alegría nos inunda sobremanera y nos puede llevar a los extremos de ambas emociones.

Después de estar hacinados con tanta gente, se añoraba la intimidad, la soledad, estar consigo mismo y sus pensamientos. Sin nada ni nadie que interrumpiera sus pensamientos. Esta es una necesidad de todo ser humano aunque esté en condiciones normales, me imagino que para ellos era una necesidad aún más grande.

Sufrían de irritabilidad debido a la falta de sueño, a no consumir cafeína y sobre todo a la baja autoestima porque antes de llegar al campo de concentración, eran “alguien”, se les reconocía en lo que cada uno hacía y ahora eran sólo un número, ni siquiera un nombre, sólo un número. Además la misma situación de continua agresividad a la que estaban expuestos, los hacía vulnerables a la irritabilidad ahora contra sus propios compañeros. El cansancio era el estado normal.

Luego de la apatía vino el sentimiento de la ilusión por un futuro porque siempre guardaban la esperanza de salir de ese lugar, de ser libres nuevamente. El prisionero que perdía la

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