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El Zoo Humano


Enviado por   •  2 de Enero de 2014  •  1.577 Palabras (7 Páginas)  •  418 Visitas

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EL ZOO HUMANO

En contradicción con lo que el título sugiere y se pudiera mal interpretar, la comparación a la que se debe dar cabida (una vez que hemos leído este texto) es la del habitante de la ciudad y el animal cautivo. Dado que el actual animal humano no vive en las circunstancias naturales de su propia especie, su agitado modo de vida, la complicada interacción que logra con sus compañeros de especie, pero sobre todo, esa actitud de sobrevivencia que impera sobre el simple acto de vivir, lo ha llevado a cambiar su esencia humana por una personalidad agresiva marcada por un retroceso personal que forma parte e influye en una sociedad cada vez más en conflicto.

Es interesante que al principio de nuestra era los hombres compartían grandes espacios con un número muy reducido de personas, pero con el paso del tiempo la población aumentó y se presentaron cambios en la personalidad de los individuos mientras que los espacios permanecieron iguales, la capacidad de adaptación es evidente, lográndose ese cambio biológico que permitió una evolución genéticamente civilizada.

Comenzó así la transformación que nos ha consentido civilizarnos como especie, para lograrlo fue necesaria una adaptación de muchos factores externos e internos y en esta parte de la lectura encuentro cierta similitud con la obra de Marx y Engels “El papel del trabajo en la transformación del mono al hombre” donde los autores afirman que:

“El trabajo y el lenguaje ayudaron a transformar el cerebro de forma gradual. Y al desarrollarse el cerebro, se desarrollaron también los sentidos. La conciencia se volvió cada vez más esclarecida, y a la par de ella, la capacidad de abstracción y de deducción. Al encontrarse el “hombre” ya acabado, surge la sociedad. Al encontrarse inmerso en este proceso de cambio, nuestro “hombre” creó otras necesidades como el abrigo y la vivienda, con lo cual abrió nuevos campos de trabajo, y se alejó todavía más del animal”.

Y entonces retomo de nuevo a nuestro autor Desmond Morris cuando establece que debido a todos estos cambios es como se logra el surgimiento de las grandes ciudades.

Cierto es que dejamos de vivir en hordas de monos gracias al lenguaje que nos diferencia de los demás animales, pero entonces creamos las tribus como formas de organización social.

Y la historia sigue por medio de la interacción social a lo largo de las épocas, de las características de la realidad humana en cada una de ellas, de como en la actualidad a pesar de la modernidad, de todas y cada una de las herramientas que nos facilitan la vida diaria seguimos teniendo similitudes con respecto a los fines de el zoo animal.

La dominación es parte fundamental de toda sociedad, prueba de ella es el estatus que otorga un rango social que brinda una posición en base a la jerarquía que cambia, que sustituye a unos por otros debido a la disminución de sus capacidades, dando lugar a lo que Vilfredo Pareto en su “Tratado de sociología” llama circulación de las élites. Morris afirma que:

“si en el medio artificial de cautividad el grupo es demasiado grande o el espacio es muy pequeño, la carrera por ascender es desenfrenada… los jefes de las jaurías, colonias o tribus están sometidos a una fuerte tensión… y los débiles son sacrificados provocando que los contenidos rituales degeneren en sangrienta violencia”.

Lo anterior nos habla de la ascensión social, de las repercusiones en el zoo humano y la permanencia de los instintos del zoo animal.

Si compartimos con los animales rasgos tan importantes e ínfimos es natural que compartamos de igual modo el comportamiento sexual pero en distintas dimensiones y finalidades diversas.

Está comprobado científicamente que los monos y los delfines son los únicos animales que además de tener como fin la reproducción establecen contacto sexual sólo por placer al igual que el hombre.

A diferencia de nosotros los animales carecen de raciocinio, responden a sus instintos y se limitan a cubrir sus necesidades más apremiantes, en cambio, los seres humanos hacemos lo mismo sin tomar en cuenta los riesgos que conlleva una conducta libertina y despreocupada en el aspecto sexual.

Pero los motivos que influyen en los individuos con respecto a lo erótico son muy diversos y complicados, por ejemplo; tenemos sexo para: reproducirnos, afianzar los lazos afectivos con la pareja, mantener el interés del compañero (a) y evitar el abandono, la soledad o la indiferencia; por satisfacer los deseos fisiológicos y evitar trastornos físicos y emocionales, conocer nuestro cuerpo y las sensaciones satisfactorias que este puede llegar a experimentar, por el simple hecho de que proporciona placer; para ocupar el tiempo en algo que es satisfactorio y que no es para nada complicado y del cual se conocen los resultados, existe el que sirve como tranquilizante y que logra

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