El amor y síntomas presentes en el enamoramiento

Es fácil notar que tal definición de amor se basa en una suerte de signos y síntomas presentes en el enamoramiento, y aunque hoy podamos usar palabras como oxitocina, resultan prácticamente irrelevantes en la experiencia del amor. Y precisamente porque es perceptible a través de la observación de signos y síntomas, permite a la biología dar su versión de amor. Es simple en muchos sentidos, dado que es una ciencia dura: el amor es un mecanismo que se activa para la preservación de la especie, ya sea amando a un ser del sexo opuesto para reproducirse, o el amor filial, de nexos familiares y de amistad, para criar y proteger mejor a su progenie. Y es que realmente el efecto del amor puede ser completamente descrito en términos biológicos, sucediendo entre glándulas, hormonas, neurotransmisores y chispazos eléctricos. El hombre se enamora y sus niveles de testosterona bajan, se vuelve dócil; en cambio en las mujeres aumenta, volviéndolas, en teoría, más “feroces”. Pero nosotros no nos percatamos de los cambios químico-eléctricos en nuestros cuerpos. Como niños en etapa preoperacional, de 2 a 7 años, que sin conocer el nombre de las partes, estructuras y funciones que componen su lenguaje (como saber qué es un “sustantivo”, un “adjetivo”, un “verbo”,...) hablan. Esto nos lleva a pensar que la explicación biológica no alcanza a explicar el amor en sí mismo, sino un compendio de fenómenos anatomomorfofisiológicos. Por ejemplo, el amor homosexual no existiría bajo una bio-lógica evolucionista dada la imposibilidad reproductiva, sin embargo existe y siempre ha existido. Esto muestra que el amor es en general una posibilidad de afinidad específica o general que genera una necesidad; no en el estricto sentido reproductivo, porque para eso puede no requerirse amor, sino como una necesidad natural. No todos los mamíferos son animales primordialmente sociales, sin embargo, a diferencia de los reptiles, para el mamífero es imprescindible la leche materna, por lo tanto algún tipo de Impulso Afectivo Primordial, como un instinto impreso por ventaja evolutiva, que su especie da y que también recibe, debería de existir, de otro modo la leche sería inaccesible. Nosotros como humanos, como una especie de primates, y como la mayoría de ellos, tendríamos que reconocer la tendencia natural que existe al evitar la soledad. Eric Fromm denominaría a ese sentimiento de Soledad Primordial como Separatividad, explicando al amor como un mecanismo, que debe ser perfeccionado, destinado a evitar ese sentimiento a toda costa. Y en su huída constante de la separatividad, encontrará la Comunión. Lo entenderíamos como que el amor es un mecanismo que lucha constantemente contra el sentimiento de soledad.

Es fácil entender su punto recordando la película de Náufrago (2000), en que el protagonista se hace amigo de un balón Willson para conservar la cordura; para no sentirse solo. La separatividad funciona como concepto

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