El problema de la obesidad de la población en méxico

RESUMEN

México se encuentra en un proceso de desarrollo y de cambios socioculturales acelerados, en gran medida asociado a su creciente incorporación a la comunidad económica internacional. Estudios recientes revelan que la obesidad va en ascenso, que nos explican cambios importantes en la cultura alimentaria de nuestro país. Algunos asociados son la adopción de estilos de vida poco saludables y los acelerados procesos de urbanización en los últimos años. Se considera que la obesidad en nuestro país es un problema de salud pública de gran magnitud, que tendrá implicaciones económicas, sociales y de salud a mediano y largo plazo. Es importante aplicar estrategias de educación nutricional, promoviendo formas de vida saludables, destacando la cultura alimentaria, aspectos del desarrollo social y económico.

INTRODUCCION

El surgimiento de la obesidad como una problemática de salud, y particularmente como un objeto de análisis desde una perspectiva de la psicología de la salud, ha cobrado un interés preponderantemente en los últimos años. Todo ello derivado de las consecuencias que conlleva directamente al estado salud de aquellos que la padecen; particularmente evidenciado por la predisposición a presentar enfermedades tales como las cardiovasculares, osteoarticulares, diabetes, hipertensión, alto colesterol, hiperlipidemias, algunos tipos de cáncer y afecciones respiratorias, por citar algunas: 1) La Organización Mundial de la Salud, ha considerado a la obesidad como un problema de salud pública de carácter mundial, que es catalogada como una enfermedad crónica que se caracteriza por presentar numerosas complicaciones, 2) Por lo anteriormente citado y aunado a su alta prevalencia, la cual aumenta de manera sostenida en el mundo, ha conllevado a considerarla como una indudable epidemia; 3) Con anterioridad se consideraba que este problema de obesidad era exclusivo de sociedades desarrolladas, sin embargo ahora esta contingencia es evidente en países de bajos ingresos y pobres. A pesar de los inconvenientes que conlleva la medición de la obesidad en la población, la información actualmente disponible por los organismos internacionales de salud, agricultura y alimentación, pone de manifiesto un problema de creciente tendencia y magnitud.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) del 2006, realizada por el Instituto de Salud Pública (INSP), reveló cifras alarmantes: no sólo somos el primer país en obesidad sino que esta tendencia va en aumento, en 1993 se reportaron 21.5% de obesos en México, para el 2000 la cifra ya era de 24% y en el recién finalizado 2006 se reportaron 30% de la población total, uno de cada tres adolescentes sufre de sobre preso u obesidad, 25% de los niños y adolescentes son obesos.

Estas cifras ofrecen un panorama de las dimensiones que tiene este problema de salud pública, que afecta de muchas formas a la población mexicana: la dificultad motriz, la baja en el rendimiento laboral por las imposibilidades físicas consecuencia del sobrepeso, afección en la autoestima, la derivación de varias enfermedades, como es la diabetes, las crónico degenerativas, como son artritis, hipertensión, entre otras, esto también ocasiona un gasto excesivo de los recursos financieros del sector salud.

En Hidalgo, hasta el día de hoy, se tienen registrados a más de 18 mil 400 pacientes con diabetes, y actualmente más de 60 mil personas mueren al año en todo el país a causa de enfermedades como la obesidad y la diabetes.

En un país de contrastes como lo es México, existen casos divergentes, más de un millón de niños mexicanos menores de cinco años de edad, 12.7 % de la población de ese rango, padecen desnutrición crónica y con ello el país está fuera de las naciones consideradas bien alimentadas, dónde sólo 2 % de sus infantes reporta este problema.

En las zonas rurales de la República Mexicana, la afectación en el estado nutricional se eleva hasta 20 % de los niños de esa edad, los casos de anemia se dan en un 23 % de los niños menores de cinco años, así como en 20 % de las mujeres embarazadas, la ENSANUT destaca que la deficiencia de hierro en menores de cinco años tiene un impacto negativo en el desarrollo mental y su futuro desempeño social. En los primeros dos años de vida, los niños tienen desarrollo cognitivo más lento y menor avance sicomotor; en tanto, en los casos severos, durante el embarazo aumenta el riesgo de muerte materna.

Pero ¿a qué se atribuyen todos estos problemas?, según los expertos existen varias razones: la agitada vida de las ciudades modifica los hábitos alimenticios de la gente que se ve obligada a sustituir una alimentación balanceada por alientos que no ofrecen los nutrientes necesarios para mantener un organismo saludable, la aparición de llamada “comida chatarra” y la fast-food en los mercados de consumo masivo y su insistente e incesante esfuerzo publicitario, la presencia de sustancias químicas que generan adicción y que son extremadamente nocivas para la salud del consumidor crean una codependecia en la población, el rezago económico no permite una alimentación adecuada en algunas zonas del país.

A todo esto surge la pregunta más importante ¿cómo solucionar estos problemas de salud pública? Lo más importante es generar conciencia en la población acerca de estos problemas, establecer medidas preventivas e impulsar una reeducación en la cultura alimenticia de la población en general. Por ello se pretende establecer normas y estándares, así como promover la vigilancia de los índices de sobrepeso en la población en general en las dependencias de salud, la concientización del problema y sus efectos en la salud a través de las escuelas desde el nivel preescolar hasta la secundaria mediante programas dirigidos a padres de familia y alumnos utilizando folletos informativos y reforzado con campañas en medios masivos de comunicación como radio, televisión y prensa, conformación de brigadas que informen en su comunidad, la prohibición de refrescos y alimentos con grasas transgénicas (grasas vegetales parcialmente hidrogenadas) en las cooperativas y cafeterías escolares, el fomento a ejercicio, educar sobre que alientos son saludables y cuáles no lo son para hacer un consumo con conocimiento de causa.

Las conclusiones se resumen a: “Es urgente aplicar estrategias y programas dirigidos a la prevención y control de la obesidad del niño, el adolescente y el adulto”. Pero no sólo es tarea de la Secretaría de Salud, es importante empezar a hacer cambios en las costumbres alimenticias de manera personal, efectuar un examen de conciencia de manera individual,

informarse y hacer los

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