Emoción Y música

Indudablemente la música es uno de los fenómenos mas hermosos que posee la humanidad, y la naturaleza misma, los sonidos han permitido expresa, comunicar, exaltar, e incluso alucinar, incluso antes de que fuese sistematizada y normativizada.

El ser humano posee naturalmente habilidades en relación a la música y su entendimiento, procesos cognitivos como la interpretación de símbolos (lenguaje, lectura), e interpretación de sonidos (agradable o desagradable), como también la capacidad de ejecutar una secuencia de movimientos finos, exactos y coordinados con el fin de generar una melodía, una armonía o un ritmo, por mas básico que sea.

La música como tal es considerada un lenguaje hoy por hoy, debido a que tiene como fin comunicar mediante un sistema propio un mensaje, es decir, transmitir al oyente sensaciones y emociones utilizando los elementos propios de la música tales como el ritmo, la armonía y la melodía.

El entendimiento de la música parte del ritmo, es una relación auditiva motora, la capacidad para encontrar el tempo, y el ritmo se asocia a nuestro movimiento corporal, mover el pie al tempo de la canción es una respuesta física observable que permite evidenciar como la música actúa en nosotros.

La armonía y sobretodo la melodía permiten transmitir emociones y sensaciones al oyente, esto sumado al ritmo permite generar en el oyente una respuesta motora, física y también, y por sobretodo emocional. por ejemplo, clásicamente se conoce que aquellas melodías construidas a partir de una escala mayor unida a un ritmo movido y un tempo rápido, producen sensaciones de alegría, de jubilo, de algún modo, sensaciones positivas, mientas que una melodía creada a partir de una escala menor, un tempo lento y un ritmo constante y suave, transmite en el oyente sensaciones quizá de tristeza, decaimiento incluso un estado de ánimo bajo; como también intervalos disonantes o tensionantes producen sensaciones de tensión corporal, alerta o angustia.

Así pues la música, dependiendo de su estructura, puede generar en el oyente diversidad de sensaciones corporales y emocionales, dependiente de la intención del compositor y del interprete, como también de la subjetividad del sujeto, ya que no todos vamos a responder de igual manera ante un mismo estimulo y también está inmiscuida influyentemente la cultura o el ambiente donde el sujeto se desarrolle y las vivencias previas.

Por otro lado la interpretación de un instrumento requiere procesos cognitivos añadidos a los de la escucha, en la escucha el sujeto de algún modo es pasivo, y responde netamente a lo que la pieza le pretende transmitir y su individualidad responde, pero en la interpretación el sujeto es activo, requiere de procesos tales como la lectura, la habilidad motora, la memoria, la coordinación e independencia, atención divida, entre otros, ya que el músico requiere estar leyendo la partitura, al tiempo que

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