La música y la emociones de los niños

¿Cómo influencia la música en el desarrollo emocional de los niños de 6 a 8 años en el siglo XXI?

How does music influences in the emotional development of children from 6 to 8 years old in the 21st century?

Alexander Avilés Ponce

Universidad Nacional de Música

2021000056@unm.edu.pe

David Bazán Gutierrez

Universidad Nacional de Música

2021000078@unm.edu.pe

Sebastián Espejo Rodríguez

Universidad Nacional de Música

2021000081@unm.edu.pe

Piero Orellana García

Universidad Nacional de Música

2021000010@unm.edu.pe

Resumen

Inteligencia emocional es un concepto recientemente estudiado comenzó sxx. Muchos intentos antes que Howard Gardner publicó Frames of Mind proponiendo 7 tipos de inteligencias. En 1990 Peter Salovey y Daisy Grewal usan el termino Inteligencia Emocional por primera vez. Daniel Goleman consolida el término presentando otros modelos de IE. Los tres aspectos principales de la IE

Palabras clave

Abstract

Keywords

Introducción

Existe una visión compartida entre profesores, psicólogos e investigadores acerca de la importancia de educar a los niños en el terreno artístico: el arte, y específicamente la música, es una herramienta única para el desarrollo de cualidades personales como la expresión natural, la creatividad, los valores morales y la autoestima.

En tal sentido, en este trabajo se abordan conceptos tales como la inteligencia emocional, la comprensión emocional de los niños, la regulación de las emociones, el aprendizaje emocional  y los beneficios que aporta la música al desarrollo integral del niño, intentando con esto dejar constancia de lo favorecedor que resulta darle la misma importancia que a otras materias como las matemáticas o la lenguaje, puesto que esta ayuda incluso a aprenderlas o, al menos, utilizarla como método de enseñanza y no como un simple recurso de entretenimiento para los niños.

La música a estas edades es parte fundamental de los niños y trasciende a todos los niveles de su vida, maduran a través de él. Para un niño, es una forma de expresión y desde pequeño puede "comunicarse musicalmente" a través de numerosas actividades que le motivan a investigar y experimentar, con la voz, con los objetos productores de sonido, con los instrumentos musicales, con su cuerpo, identificando no solo sus posibles inclinaciones musicales sino favoreciendo su actividad creativa y canalizando sus emociones.

El presente documento, muestra a través de sus párrafos cómo la música influye en cada ámbito de su desarrollo (socioafectivo, cognitivo y psicomotor), para después terminar exponiendo lo que aporta a la educación.

Por último, finalizamos el trabajo exponiendo las conclusiones extraídas después del desarrollo de este trabajo, así como aportes de la opinión y punto de vista del grupo sobre lo aquí planteado.

Antecedentes

Las emociones forman parte de nuestra vida y han sido tomadas en cuenta desde los antiguos filósofos como Aristóteles. En su libro "Ética a Nicómaco" (siglo IV A.C.), él describe una conceptualización sobre el manejo de las emociones en las cuales 1) las emociones son formas de conciencia intencional, esto es, se orientan a ciertos objetos; 2) las emociones se vinculan estrechamente con creencias y pueden ser modificadas si las creencias se modifican; 3) las emociones son en algún grado racionales y todas son en algún grado cognitivas y están basadas en creencias, y pueden entonces ser valoradas, como las creencias, por su estatus epistémico y normativo.

Cerca del siglo XX, los autores Downey (1897) y Gilman (1892) comenzaron el camino de las emociones musicales, aunque con poca rigurosidad metodológica se colocaron como pioneros en el estudio de las emociones.

Con el transcurrir del tiempo el interés por este tópico fue creciendo cada vez más; pero no fue hasta la década de los 90 que se empezó a hablar sobre el término Inteligencia Emocional (I.E.) propuesto por dos psicólogos: Peter Salovey y John Mayer (1990). A esto se sumaron las investigaciones del psicólogo estadounidense Daniel Goleman (1995), quien al publicar su libro "La inteligencia emocional", logró dar a conocer esta teoría y despertar el interés por las emociones en los distintos campos de la vida humana.

La educación no fue ajena a estos eventos y muchos educadores, psicólogos y estudiantes se dedicaron a profundizar los estudios de esta teoría alrededor del mundo. A continuación, se presenta tres recientes estudios acerca de la música y el desarrollo emocional en el ámbito educativo infantil:

Buzzian y Herrera (2014) realizaron un estudio acerca de “Música y emociones en niños de 4 a 8 años”. Los autores midieron cuatro tipos de respuesta emocional en los estudiantes: Alegría, Tristeza, Miedo y Enfado. Para ello, se expuso 12 melodías que podían pertenecer a uno de tres estilos musicales: Música Clásica, Música Popular y Música Folklórica. La selección de las piezas musicales fue realizada por un juicio de expertos. Los resultados pusieron de manifiesto una clara identificación de la respuesta emocional de alegría, así como un criterio de valoración de las piezas musicales escuchadas en función del criterio "me gusta" o "no me gusta".

Del mismo modo, se ha tenido en cuenta a Tizón (2017) quien realizó un estudio titulado “Enculturación, música y emociones”. En este analiza cómo la metodología utilizada y los factores socioculturales influyen en la percepción musical, y desarrolla una base conceptual de las emociones en la enculturación.

Finalmente, se ha citado a los autores Panchi, Lara & Villavicencio (2019); quienes realizaron un estudio acerca de “La influencia de la música en el desarrollo motriz y emocional en niños de 8-10 años”. Este estudio exploró el desarrollo motriz y emocional de los niños, y la relación existente entre ambos componentes esenciales en la personalidad del individuo. Los autores trabajaron desde una metodología cuantitativa con una muestra de 81 niños de tercer grado de educación básica general con una edad entre 8-10 años, pertenecientes a la Escuela de Educación Básica “San Francisco de Quito”. Los resultados encontrados indicaron un buen nivel motivacional en todos los factores, con una adecuada percepción, regulación y comprensión emocional. Así mismo, evidencian una correlación positiva y significativa de ambas, excepto entre el factor motivacional “ansiedad” y los factores “comprensión” y “regulación” que conforman la inteligencia emocional. Concluyendo que, tanto motivación como inteligencia emocional, son susceptibles de ser entrenadas y mejoradas en el ámbito educativo, con capacidad para poner en marcha las habilidades sociales y sacar el máximo rendimiento de cada individuo.

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