Ensayo Adolescencia Normal
aramir238628 de Agosto de 2013
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El síndrome de la adolescencia normal
La adolescencia es una etapa en el proceso de desprendimiento, de contradicciones que lleva al adolescente a moverse entre el impulso al desprendimiento y la defensa que impone el temor a la pérdida de lo conocido. Es un tiempo de confusión, ambivalente, doloroso, caracterizado por fricciones con el medio familiar y el ambiente circundante. En el adolescente el Yo es débil por las exigencias del Super Yo al que debe responder y a los impulsos inminentes que provienen del Ello. Arminda Aberastury propone 10 aspectos del síndrome de una adolescencia normal, y esos 1’ aspectos son: Búsqueda de sí mismo y de la identidad, Tendencia grupal, Necesidad de intelectualizar y fantasear, Crisis religiosas (del ateísmo al misticismo), Desubicación temporal, Evolución sexual (desde el autoerotismo hasta la heterosexualidad genital adulta), Actitud social revindicatoria antisocial de diversa intensidad, Contradicciones en todas las manifestaciones de la conducta dominada por la acción, Separación progresiva de los padres, y Fluctuaciones de humor y de estado de ánimo. Entre menor o mayor normalidad de este síndrome se deberá a los procesos de identificación y duelo que haya podido realizar el adolescente. En la medida en que haya podido elaborar los duelos que llevan a la identificación, verá su mundo interno mejor fortificado y esta normal anormalidad será menos conflictiva.
Búsqueda de sí mismo y de la identidad.
En ésta etapa se logra una cristalización del proceso de individuación y una entidad “yoica”, una entidad personal y la auto cognición. Ésta se relaciona con el “sí mismo”, la consecuencia final de la adolescencia sería el conocimiento del sí mismo como entidad biológica en el mundo, el todo biopsicosocial de cada ser en ese momento de la vida. En la pubertad ocurren cambios físicos en tres niveles: modificación sexual, producción de óvulos y espermatozoides maduros, desarrollo de las características sexuales primarias (agrandamiento del pene, testículos, útero y vagina) y el desarrollo de las características sexuales secundarias (maduración de los pechos, modificación de la cintura escapularia y pelviana, crecimiento del vello pubiano y cambios de voz). Se agregan las modificaciones fisiológicas del crecimiento en general y de los cambios de tamaño, peso y proporción del cuerpo.
El esquema corporal es la representación mental que el sujeto tiene de su propio cuerpo como consecuencia de sus experiencias. Los procesos de duelo por el cuerpo infantil obligan a una modificación del esquema corporal y un reconocimiento físico de sí mismo en una forma muy característica. Se logra un autoconcepto a medida que el sujeto va cambiando y esto se va integrando con las concepciones que tienen sobre él personas, grupos, instituciones, y asimilando los valores del ambiente social. Por medio de este autoconcepto, también se va formando el sentimiento de identidad. El adolescente necesita darle a todo esto una continuidad dentro de la personalidad, por eso se busca un sentimiento de continuidad y mismidad. La identidad es esta capacidad del yo para mantener la mismidad y la continuidad frente a lo cambiante, un sentimiento interno de mismidad y continuidad, una unidad de personalidad sentida por el individuo y reconocida por otro.
De la infancia se pasa a “la moratoria psicosexual”, donde no se requieren roles específicos y se permite experimentar con lo que la sociedad tiene para ofrecer para lograr la ulterior definición de la personalidad. En esta búsqueda de identidad, se recurre a las situaciones que se presentan como favorables en el momento, eso puede llevar al adolescente a adoptar diferentes identidades:
* Identidades transitorias: adoptadas durante un cierto período (machismo en caso de los hombres).
* Identidades ocasionales: se dan frente a situaciones nuevas (ejemplo: primer encuentro con una pareja, primer baile).
* Identidades circunstanciales: conducen a identificaciones parciales transitorias.
Este tipo de identidades son adoptadas sucesiva o simultáneamente por los adolescentes, y son aspectos de la Identidad adolescente y se relacionan con el proceso de separación de las figuras parentales, con aceptación de una identidad independiente.
En la adolescencia todo ocurre con intensidad, el adolescente realiza un proceso de duelo, por el cual al principio niega la pérdida de sus condiciones infantiles y tiene dificultades en aceptar las realidades más adultas que se le van imponiendo. Los cambios físicos de la pubertad participan activamente en el proceso adolescente, éstos crean gran preocupación, los vive como perturbador. La incoordinación muscular, el aspecto desmañado, la falta de similitud con los que lo rodean en el medio familiar, despiertan extrañeza e insatisfacción. Esto contribuye a crear un sentimiento de despersonalización. El proceso de duelo necesita tiempo, el verdadero proceso de la adolescencia es largo. La búsqueda de saber qué identidad adulta se va a constituir es angustiante, y las fuerzas para superar estos duelos se obtienen de las primeras figuras introyectadas que forman la base del yo y el superyó. Dentro del continuo de su identidad los elementos biológicos introducen una modificación irreversible, ya no se volverá a tener jamás el cuerpo infantil. El nivel genital adulto con características procreativas, todavía no se ha logrado plenamente, pero hay un llamado de la sexualidad a la satisfacción genital. Esa es otra de las situaciones de cambio que influye en la búsqueda de sí mismo y de la identidad.
Tendencia grupal.
En la búsqueda de la identidad adolescente recurre como comportamiento defensivo a la búsqueda de uniformidad, que puede brindar seguridad y estima. Hay un proceso de sobre identificación masiva, en donde todos se identifican con cada uno. A veces es tan intenso que el individuo pertenece más al grupo de coetáneos que al familiar. Se inclina a los dictados del grupo en cuanto a modas, costumbres, preferencias, etc. Las actuaciones del grupo también representan la oposición a las figuras parentales y una manera activa de determinar una identidad distinta la del medio familiar.
Antes, para el adolescente, el grupo de apoyo era el grupo familiar y esto empieza a cambiar y se siente más cómodo en un grupo que no es su familia. El grupo es la transición necesaria en el mundo externo para lograr la individuación adulta. Después de pasar por la experiencia grupal podrá separarse de la barra asumir su identidad adulta. El adolescente está en una etapa de defensa de la independencia y es un momento en donde el papel de los padres debe de ser de un líder al cual someterse. La personalidad suele quedar fuera de los procesos que están ocurriendo, especialmente del pensamiento, por lo cual se siente irresponsable por lo que ocurre a su alrededor. Esto explica las actitudes que aparentemente implican gran dependencia de los adultos, pero que se contradicen con pedidos de ayuda que revelan la extrema dependencia que en realidad tienen.
El fenómeno grupal facilita la conducta psicopática: el acting out motor (producto del descontrol frente a la pérdida del cuerpo infantil), se une al acting out afectivo (producto del descontrol por el rol infantil que se está perdiendo) y aparecen conductas de desafecto, crueldad, de indiferencia, falta de responsabilidad, típicas de la psicopatía (esto se rectifica con la experiencia, en la patología se cristaliza).
Necesidad de intelectualizar y fantasear.
La necesidad de intelectualizar y fantasear es una de las formas típicas del pensamiento adolescente. La realidad impone renunciar al cuerpo, rol y padres infantiles, como a la bisexualidad de la identidad infantil, se siente así impotente frente a la realidad externa. La fantasía consciente, o sea, el fantasear y el intelectualizar son mecanismos defensivos contra las situaciones de perdida. La función del ascetismo es mantener al ello dentro de ciertos límites por medio de prohibiciones. La de la intelectualización es ligar los fenómenos instintivos con los contenidos ideativos y hacerlos accesibles a la conciencia y fáciles de controlar. La fluctuación de la identidad adolescente hace que esta sea angustiante y obliga a un refugio interior. Esto permite un reajuste emocional, lleva la preocupación por principios éticos, filosóficos, sociales, etc. y permite la teorización de grandes reformas que pueden ocurrir en el mundo exterior. El mundo exterior se va diferenciando cada vez más del interno y sirve para defenderse de los
cambios incontrolables del mundo interno y del cuerpo. Surgen las ideas de salvar la humanidad, escribe, los movimientos políticos, etc.
Crisis religiosas (del ateísmo al misticismo).
La crisis religiosa se da porque el adolescente intenta encontrarle solución a la angustia que vive el yo en su búsqueda de identificación positiva. Otra razón por la cual se da esto es por el enfrentamiento con el fenómeno de la muerte de su yo corporal. Además comienza a enfrentar la separación definitiva de los padres y la aceptación de la posible muerte de ellos. Por eso hace identificaciones con imágenes que le aseguren la continuidad de la existencia de sí mismo y de sus padres infantiles. La figura de una divinidad puede representar una salida mágica de este tipo. Si las situaciones de frustración y de pérdida son muy penosas, el refugiarse en una actitud nihilista, como una aparente culminación de un proceso de ateísmo reivindicatorio, puede también ser una actitud compensadora
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