Ensayo: El Arte De Escuchar

Ensayo sobre la forma de escucha con el informante, a partir del texto de Roland Barthes, “El acto de escuchar”.

Amelia Aguirre Ángeles

Tania Madrigal

A partir de los tres esbozos que hace Roland Barthes sobre el acto de escuchar: alerta, desciframiento y psicoanalítico, haremos un planteamiento en el que trataremos de dilucidar, conforme vayamos desarrollándolos, el tipo de escucha que hicimos en nuestra primera entrevista a profundidad, en el supuesto de que así haya sido.

La primera forma de escucha se refiere a la alerta, es decir a esa atención extra que se remite al reconocimiento de los posibles sonidos que pudieran significar un peligro o un placer próximos a nuestro alrededor. No obstante, consideramos que este tipo de escucha se encuentra incluido en la entrevista que llevamos a cabo, puesto que la forma en que la plantea Barthes, cuando se refiere a la “sinfonía doméstica”, hubo momentos en que los ruidos habituales del siting donde se realizó la entrevista nos pusieron alertas, o por lo menos agudizó nuestra atención, es decir, hubo que pedir que no hubiese ruido, ya que la primera intensión de nuestro informante fue la de encender el estéreo así como su pantalla, consideramos que el ruido, y más las imágenes televisivas, son el principal distractor para nuestro propósito. Sin embargo y pese a nuestros deseos, los ruidos de afuera (música, gritos de los vecinos, ladridos de perros, motores de autos, etc.) lograban penetrar las paredes del inmueble, a veces en niveles muy altos que ocasionaban reformular las preguntas para que estas fueran escuchadas por el entrevistado. Otras veces los tonos de voz eran apenas audibles ya que el informante bajaba de volumen su habla.

El desciframiento es la segunda forma de escuchar, la del sentido que codifica y descifra la realidad, en otras palabras, la escucha se ajusta a la hermenéutica con el fin de decodificar lo que es oscuro, oculto, confuso o aquello que no se dice, con la intención de que asome la verdadera finalidad de lo manifestado haciéndolo consiente y claro. Para Barthes el uso del acto de desciframiento es de carácter religioso, literal, entender e interiorizar las lecturas y conceptos de la palabra divina:

“Escuchar es el verbo evangélico por excelencia: la fe se obtiene en la escucha de la palabra divina, puesto que en esta escucha el hombre se relaciona con Dios (…) Es religiosa y descifradora (…)” (Barthes, 1986)

Sin embargo, también aduce que esta forma de escucha pone en relación a dos individuos, o más, pero el que está dispuesto a escuchar sólo recibe la interpelación de uno, es decir, del otro. En este sentido nuestro informante nos permitió experimentar esta forma de escucha en alguno de los momentos de la entrevista, ya que, desde nuestro punto de vista observamos a un sujeto expiando su culpa, o por lo menos a un hombre que de alguna manera intentaba justificar su situación actual, un divorcio reciente, y preguntándose en reiteradas ocasiones qué hizo mal cuando él actuaba o creía actuar bien. En él pudimos observar su necesidad de ser escuchado, esto que Barthes refiere como el “escúchame” que platea como el “tócame, entérate de que existo”, sin embargo, en él se generó la ambivalencia, es decir, mantuvo un forcejeo constante consigo mismo, con su necesidad de hablar y su resistencia a mostrar sus emociones, tan visibles en sus movimientos y los tonos en su voz, lo que ocasionó igualmente un forcejeo con nosotras. En esta conversación fue necesario iniciar el contacto con el informante, mantenerlo y romperlo.

La tercera forma se desarrolla en un espacio intersubjetivo; es el acto de escuchar que a la vez es particular y ejemplar: el del psicoanalista. Este tipo de escucha se efectúa de inconsciente, el que habla, a inconsciente, el que se presume que escucha. Lo que se expresa en estas condiciones

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