Escala Callier
mariela_acu14 de Marzo de 2015
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ESCALA CALLIER – AZUSA (H)
ESCALA PARA LA EVALUACIÓN
DE APTITUDES COMUNICATIVAS
Robert Stillman, Ph.D.
Chrysty Battle, M.S.
Programa de Alteraciones de la Comunicación
Universidad de Texas en Dallas, Centro Callier
de Alteraciones de la Comunicación
Dallas, Texas 75235
(214) 783-3106
c) Robert Stillman, 1985
INDICE
Introducción 1
Desarrollo de la Representación y Simbólico 5
Comunicación Receptiva 18
Reciprocidad 37
Hojas de Perfiles 45
INTRODUCCIÓN
DESCRIPCIÓN
La Escala Callier-Azusa (H) es una escala de evaluación destinada a brindar al educador y al especialista un marco global, centrado en el desarrollo, donde estudiar las aptitudes comunicativas de las personas sordociegas y grave/profundamente discapacitadas. Su objetivo es proporcionar la información necesaria para elaborar programas de intervención individualizados y centrados en la comunicación, así como un medio de documentar los cambios evolutivos tanto en la aptitud comunicativa como en las capacidades cognoscitivas y sociales relacionadas con el desarrollo comunicativo.
La Escala Callier-Azusa (H) se compone de una serie de aspectos progresivos y ordenados jerárquicamente, pertenecientes a cuatro esferas del desarrollo: Aptitudes de Representación y Simbólicas, Comunicación Receptiva, Comunicación Deliberada y Reciprocidad. La subescala de Aptitudes de Representación y Simbólicas evalúa la comprensión del individuo de que un objeto puede representar a otro y su aptitud para emplear este conocimiento en la relación con otras personas. La subescala de Comunicación Receptiva, valora la capacidad del individuo para responder a las comunicaciones de los demás, la forma y el contenido de dichas comunicaciones, y los contextos en que son comprendidas. La subescala de Comunicación Deliberada evalúa el grado de intencionalidad de sus expresiones comunicativas, la forma de las mismas, y su propósito. La subescala de Reciprocidad valora la capacidad del individuo para participar en intercambios comunicativos y para comprender las pautas y convenciones de las relaciones sociales.
Cada subescala está dividida en pasos sucesivos, identificados numéricamente. Dentro de cada paso puede haber varios aspectos identificados mediante letras. Estos aspectos describen aptitudes o capacidades que en el desarrollo normal aparecen aproximadamente al mismo tiempo. No se enumeran por orden.
Se dan ejemplos representativos de los comportamientos característicos de personas sordociegas y grave/profundamente discapacitadas, para que los aspectos resulten más claros y para ayudar al usuario a hacerse una idea general de los tipos de comportamientos a buscar. Evidentemente, no se trata de la lista completa de todos los comportamientos que puede exhibir un individuo y que indiquen una aptitud particular. Debido a que las capacidades físicas y sensoriales de las personas sordociegas y grave/profundamente discapacitadas con frecuencia no corresponden a sus aptitudes cognoscitivas, sociales y comunicativas, los ejemplos dados a menudo difieren de los comportamientos característicos observados en los niños normales.
Los aspectos precedidos de un asterisco (*) y encabezados por “puede” describen capacidades que no se esperarían en personas totalmente ciegas o con una profunda deficiencia auditiva. Deberían omitirse al evaluar a personas que padezcan estas deficiencias. Los aspectos identificados con el signo más (+) describen aptitudes apropiadas únicamente en tipos específicos de programas de aprendizaje. Se incluyen aquí para indicar el nivel evolutivo que reflejan estas aptitudes en particular y puede omitirse, según convenga.
En varios casos figuran aspectos idénticos en más de una subescala. Ello indica que, aunque cada área de la subescala es un componente esencial del desarrollo comunicativo, no representan esferas totalmente independientes.
La Escala está destinada a proporcionar información sobre todo en los primeros niveles del desarrollo. Así pues, es aplicable a la mayoría de las personas sordociegas y profundo/gravemente discapacitadas. A los usuarios de lenguaje fluido, se les recomienda que sigan procedimientos de evaluación de lenguaje estándar.
La selección de aspectos y ejemplos de la Escala Callier-Azusa obedece a la teoría de sus autores sobre la existencia de procesos evolutivos fundamentales y del modo en que estos procesos se revelan en el comportamiento. Por lo tanto, los comportamientos descritos han sido seleccionados por la probabilidad de que su presencia sugiera el rango de los procesos subyacentes que la escala pretende medir. Puede encontrarse más descripción de los fundamentos teóricos de la Escala y de las razones para incluir aspectos individuales en:
Stillman, R.D. y Battle, C.W. (1986), “Developmental assessment of communicative abilities in the deaf blind”, en D. Ellis (Ed.), Sensory imparments in mentally handicapped people, San Diego: College Hill Press
Pueden solicitarse copias del capítulo a su autor.
PROCEDIMIENTOS DE EVALUACIÓN
Las evaluaciones efectuadas con la Escala Callier-Azusa proceden de observaciones del comportamiento en ambientes familiares, especialmente el aula. El uso de la escala con personas que pasan un tiempo mínimo en aulas requerirá la adaptación por parte del usuario de los ejemplos típicos del aula a los escenarios característicos en que se observe al individuo. No hay procedimientos formales de prueba pues los individuos sordociegos por lo general rinden poco en situaciones de prueba muy estructuradas. No obstante, la ausencia de procedimientos tradicionales significa que el contexto en que tienen lugar las evaluaciones puede influir en los resultados de las mismas. Como la Escala Callier-Azusa (H) se centra en la comunicación, el contexto significa no sólo el escenario físico sino también el modo de comunicación del compañero adulto y los requisitos y restricciones de la actividad del adulto para obtener respuestas, continuar, iniciar y responder a la comunicación, así como para idear actividades que conduzcan a la óptima demostración de la aptitud comunicativa del niño.
Influirán en el rendimiento de éste y, en consecuencia, en los resultados de la evaluación. Por lo tanto, para lograr una evaluación exacta, es esencial contar con las oportunidades adecuadas para observar el individuo en una variedad de contextos físicos y comunicativos relevantes. Se recomienda un período de observación de dos semanas. El período de evaluación ampliado reduce también la posibilidad de evaluaciones inexactas derivadas de la variación de un día a otro, frecuentemente considerable, en el comportamiento de los individuos sordociegos y grave/profundamente discapacitados.
Es aconsejable que varios observadores que conozcan a la persona participen conjuntamente en la evaluación. De este modo, observadores con perspectivas profesionales diversas y distintos estilos comunicativos aúnan sus conocimientos, aprendiendo mutuamente de sus experiencias e interpretaciones de los comportamientos observados.
Las evaluaciones basadas en la observación de comportamientos espontáneos o naturales siempre exigen expresar juicios y tomar decisiones. Para decidir si un individuo posee una cierta capacidad, se ha de comprobar si dicha capacidad se demuestra en varios comportamientos diferentes, si se observa sistemáticamente, si se observa cuando no se incita ni manipula al individuo y si está presente en una variedad de contextos relevantes. La aplicación de estos criterios de evaluación es crucial debido a la frecuente aparición, entre individuos sordociegos y grave/profundamente discapacitados, de habilidades aisladas o fragmentarias, que aparecen a pesar de la ausencia de aptitudes anteriores. El cuidadoso examen de dichas habilidades suele indicar que aparecen después del adiestramiento para realizar comportamientos concretos; cuando el objetivo del comportamiento es obtener alimentos, estimulación física o un refuerzo extrínseco, o cuando el comportamiento forma parte de una rutina repetida periódicamente. Las habilidades fragmentarías deben interpretarse prudentemente, pues suelen predecir el rendimiento del niño únicamente en un contexto restringido. Por lo tanto, es esencial que el usuario revise cuidadosamente los primeros aspectos de la escala, para confirmar que el individuo presenta o ha presentado esas capacidades. Identificar lagunas en las aptitudes presentes del individuo puede ser muy útil para comprender sus comportamientos actuales y para elaborar programas adecuados a su nivel real. En la escala se incluyen una serie de aspectos destinados a reflejar las diferencias entre habilidades limitadas a un contexto y otras que son independientes de un contexto determinado.
Los usuarios deben ser también conscientes de que algunas aptitudes iniciales son reemplazadas por otras superiores, por lo que no debe esperarse observarlas. Es responsabilidad del usuario comprobar que estas aptitudes iniciales estuvieron presentes en el pasado y que su ausencia actual no refleja una
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