FUNCIÓN SIMBOLICA
sheyla1609843 de Noviembre de 2013
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V
Es la función que le permite al niño representar ciertos aspectos de su experiencia pasada y presente, así como anticipar futuras acciones en relación a ellas.
La función simbólica implica diferenciar significantes y significado.
¿Y del nacimiento a los dos años que pasa con la función simbólica?
La acción del niño y la niña es fundamentalmente practica, es decir sus acciones están ligadas a los objetos y situaciones presentes, ellos le dan importancia al aquí y el ahora, es por ello su desesperación cuando se habla del mañana. En esta edad es muy importante las experiencias sensoriales, afectivas, sociales, que inciden directamente en la capacidad de imaginación que el niño pueda desarrollar. No existe aún una diferencia entre significado y significante.
Recuerda Los niños y niñas desde sus primeros días de vida ya otorgan significado a algunos objetos y sucesos
Manifestaciones de la Función Simbólica
En los niños y niñas a partir del segundo año aparece un conjunto de conductas que implica la evocación representativa de un objeto o acontecimiento ausente.
Dicho proceso supone la construcción o el empleo de significantes diferenciados.
La Imitación
La imitación se inicia en la ausencia del modelo en una conducta de imitación senso – motora, el niño comienza por imitar en presencia del modelo (por ejemplo: un movimiento de la mano), después de lo cual puede continuar en ausencia de ese modelo, sin que ello implique ninguna representación en pensamiento.
También es el principio del juego simbólico y la dramatización.
-Representar
• Desarrollar habilidades motoras y • preceptúales •
-La afectividad
-El pensamiento lógico •
- La organización del espacio y tiempo
-Relacionarse con otros •
Al término del período senso-motor (2 años aproximadamente) el niño ha adquirido una capacidad suficiente en dominio de la imitación así generalizada para que se haga posible la IMITACIÓN DIFERIDA: realmente la representación en actos se libera entonces de las exigencias censo motoras de copia perceptiva directa en el que el acto desprendido así de su contexto se hace SIGNIFICANTE DIFERENCIADO y ,consecuentemente en parte, la representación en pensamiento.
Al principio el niño imita gestos y acciones en presencia del modelo. Posteriormente aparece la imitación diferida; que es aquella que se produce en ausencia del modelo ; implica la interiorización de una experiencia directa y constituye el punto de partida de la representación en imágenes , se sustenta en la evocación de algo vivido y lo percibido anteriormente, para lo cual el niño tiene que retener una imagen o representación mental de la realidad. El gesto que se usa para imitar es el inicio de un significante que se parece en algo a lo que se quiere representar (significado).
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A partir de los 2 años predomina el juego simbólico, juego que se prolongará hasta años más tarde. El niño reproduce escenas de la vida real, modificándolas de acuerdo con sus necesidades. Los símbolos adquieren su significado en la actividad: los trozos de papel se convierten en comida para jugar a las comiditas o en dinero para jugar a las tiendas; el cepillo de barrer en un caballo, una caja de cartón en un camión, etc. El niño ejercita los papeles sociales de muchas de las actividades que le rodean: el maestro, el médico, el albañil, el tendero, el conductor, etc. y eso le ayuda a dominarlas. También aparecen personajes de ficción que el niño suele extraer, mayormente, de los cuentos y del mundo del cine y la TV.
La realidad, a la que está continuamente sometido, en el juego se somete a sus deseos y necesidades. La importancia de este juego de representación para el desarrollo del niño es enorme ya que favorece sus interacciones con los demás y permite la resolución de conflictos personales al permitir expresarlos de una forma simbólica. A través del juego, el niño manifiesta sus sentimientos, sus deseos y su relación con la realidad, por ello es utilizado como terapia para el tratamiento de los niños con problemas. Muchos juguetes son un apoyo para este tipo de juegos.
La importancia del juego simbólico que se inicia y tiene su auge entre los 2 y los 6 años, es que posibilita transformar la realidad y adecuarla a las necesidades de los niños, permite que exprese sus experiencias vividas, permite recrearse sin condicionantes externos, sin obligaciones impuestas por los adultos, el niño en estas edades vive en un mundo de obligaciones y deberes que debe ir aprendiendo y cumpliendo, el juego simbólico le permite recrear sus viviencias sin ese imperativo real de lo que es obligatorio hacer. Los niños al iniciar el juego simbólico, alrededor de los dieciocho meses o dos años, no tienen suficiente lenguaje para expresar sus vivencias, una forma de expresarlas es el juego simbólico que además funciona como si fuese lenguaje interior al igual que le sucede al adulto cuando piensa sin hablar. El juego simbólico tiene una gran trascendencia en el desarrollo intelectual del niño porque a través de él el niño desarrolla la capacidad de simbolizar, lo que contribuye a la comprensión, asimilación y desenvolvimiento con éxito de cualquier tipo de aprendizaje futuro. Por ello, es esencial conocer la esencia de este tipo de juegos para promoverlos y conseguir el máximo provecho de las capacidades intelectuales
El juego simbólico sirve para:
- Expresar las vivencias y recrearlas a su voluntad
- Para expresar los conflictos internos
Además, el juego simbólico favorece la comprensión y asimilación del entorno que rodea al niño. En las primeras etapas, la naturaleza de este tipo de juegos se centra en el estilo de vida más cercano al niño (la familia, el colegio, los amigos, etc...) y, posteriormente, en aspectos más alejados a su estilo de vida (jugar a profesiones, a personajes ficticios, etc
Este tipo de juego promueve la socialización ya que es una condición básica que el niño comparta este tipo de juegos con niños de edades similares. Compartir esta experiencia lúdica contribuye a compartir sentimientos, a saber escuchar y a resolver en grupo los problemas que surgen espontáneamente del mismo juego.
Tres años: En el juego dramático el niño de tres años gusta caracterizarse con detalles que le permitan asumir roles de la vida familiar, niños y niñas juegan los mismo papeles, es decir, que tanto unos como otros disfrutan de los beneficios que brindan los juguetes de cada uno de ellos. El niño de tres años cambia muy rápidamente de actividad, es un • rasgo típico de este momento de la vida infantil, y en ese cambiar, varia de roles. Esto indica las riquezas de estímulos que el pequeño sigue elaborando a través de ese mismo juego.
Cuatro años •niño de cuatro años le Al gusta ponerse uno o varios elementos representativos del rol que asume; así las niñas usan faldas, polleras, quillas, zapatos y los varones prefieren chalecos, ponchos, cinturones, corbatas. Las dramatizaciones se van relacionando con los temas generadores o los asuntos de los proyectos.
Cinco años • cinco años el juego dramático evidencia una marcada A los separación de sexos. Las niñas juegan independientemente de los niños. La designación de roles es planificada por los niños quienes están en condiciones de elaborar un “proyecto de acción” y cumplir perfectamente durante toda una sesión del día.
El dibujo, modelado y construcción.
El dibujo permite la representación de los niños y niñas en primer plano. A los niños pequeños les gusta mucho dibujar, es como una actividad mágica para ellos porque pueden hacer aparecer muchos trazos que luego adquieren significados.
Etapas del dibujo:
El garabato: a los 2 años Garabatear es para los niños y niñas una actividad fascinante que realizan con mucha energía. Gradualmente ellos van controlando sus movimientos de brazos y manos y se van interesando en observar
El monigote: su primera representación a los 3 años El niño se dibuja y dibuja otros seres y objetos cuando ha tomado conciencia de su yo y lo distingue de todo lo demás
Dibujos con intención: cuatro años. El niño y la niña los dibujos son se estructuran y demuestran sus intenciones.
El dibujo y la escritura El dibujo y la escritura están muy vinculados por ser actividades • gráficas que llevan mensajes.
Cuando el niño está en un ambiente letrado se puede motivar • por la escritura e incluir en sus dibujos trazos vinculados a los signos convencionales de la escritura o trazos que sugieren escritura “a su manera” aunque no sean letras propiamente.
Esta• integración es muy provechosa y debe ser motivo de nuestra observación atenta, sin embargo tratemos de que su interés por la escritura no deje de lado la expresión por el dibujo sino más bien lo complemente.
Modelado
El punto de partida en la presentación del modelado está en la necesidad que el niño tiene de apretar, palpar, triturar, raspar. Los primeros pasos están representados por esas actividades: manipular, jugar con el material, aplastarlo, cortarlo, tocarlo, apretarlo; recién en un segundo nivel surge la creación a través del cual se asegura la supervivencia del material como elemento de la expresión plástica
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