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Historia De La Neurologia


Enviado por   •  6 de Abril de 2014  •  1.291 Palabras (6 Páginas)  •  899 Visitas

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LA NEUROLOGIA

Como ocurriera con la psicología, la neuropsicología tiene su

origen en los trabajos médicos de los siglos XIX y XX. En este

sentido, y hacia mediados del siglo XIX, Paul Pierre Broca describe

por vez primera el primer centro del lenguaje, al que hoy

conocemos como ‘área de Broca’, que, como se sabe, se encuentra

ubicada en la tercera circunvolución frontal del hemisferio

dominante. Este descubrimiento fue vital para establecer una

clasificación del síndrome neuropsicológico por excelencia: la

afasia. Unos años más tarde, a principios del siglo XX, el psicólogo

ruso A.R Luria perfeccionó diversas técnicas para estudiar el

comportamiento de las personas que padecieran algún tipo de lesión

en el sistema nervioso central; completó una batería de

pruebas psicológicas diseñadas para establecer las afecciones en

los procesos psicológicos: atención, memoria, lenguaje, funciones

ejecutivas, praxias, gnosias, cálculo, etc. Cuando aún no

existían los métodos para el diagnóstico mediante la imagen, la

aplicación de esta extensa batería podía ofertar al neurólogo los

datos suficientes para que fuese capaz de localizar el lugar y la

extensión de la zona lesional, así como ofrecer al psicólogo un

resumen detallado de todas las dificultades, especialmente cognitivas,

del sujeto afecto de una lesión neurológica [1,2].

Posteriormente, y gracias en parte a la experimentación animal,

comenzaron a observarse los cambios del comportamiento

que se producían cuando se lesionaban las distintas áreas de su

cerebro. Desgraciadamente, estos trabajos se completaron en la

especie humana a través de las distintas guerras del siglo pasado,

que proporcionaron a la medicina y a la psicología oportunidades

trágicas, pero muy importantes, para estudiar la función

cerebral en el ser humano. La observación y la medición del

comportamiento de los pacientes con diversos traumatismos

craneales sufridos durante los combates permitieron determinar

las áreas del cerebro que se ocupaban de las diversas manifestaciones

conductuales [3].

Así pues, nace una rama nueva del conocimiento científico y

de la semiología clínica denominada ‘neuropsicología’, que procede

de la neurología clásica y se ha desarrollado con el aporte

de las neurociencias y de la psicología contemporánea. Su objetivo

esencial es estudiar las relaciones existentes entre la actividad

cerebral y las funciones psicológicas superiores (gnosias,

praxias, lenguaje, memoria, etc.). Y como aborda las funciones

corticales superiores humanas, una de sus fuentes principales de

conocimiento proviene del estudio minucioso de la desorganización

de esas funciones complejas cuando lesiones orgánicas de

distinta etiología (traumatismos craneoencefálicos, accidentes

cerebrovasculares, epilepsia, etc.) afectan al cerebro. Con todo

lo anterior expuesto, podría decirse que la neuropsicología es un

método interdisciplinario por excelencia en el que toman parte

diversas áreas del conocimiento neurológico, ya que estudia tanto

la organización cerebral como la estructura psicológica de las

funciones mentales humanas. Como consecuencia de ello, y de

forma muy reciente en el estudio de la cirugía de la epilepsia, la

aplicación de cualquier batería de tests neuropsicológicos es, en

los centros más adelantados del mundo, el complemento indispensable

del estudio del cerebro junto con otros métodos morfológicos

y funcionales como la tomografía axial computarizada,

la electroencefalografía, los potenciales evocados, la resonancia

magnética y otros [4].

El campo de la neuropsicología es básicamente la actividad

biológica relativa al funcionamiento del cerebro, en especial del

córtex, así como el estudio de los procesos psíquicos complejos

superiores. Podría entonces definirse como ‘el estudio de las

relaciones existentes entre las funciones cerebrales, la estructura

psíquica y la sistematización sociocognitiva en sus aspectos

normales y patológicos; abarca todos los períodos evolutivos’

[5]. Este enfoque nuevo se denominaría ‘neuropsicología dinámica

integral’ para diferenciarla de la neuropsicología cognitiva

y/o de la neuropsicología clásica. Sería pues una ciencia que

forma parte de las llamadas ‘neurociencias’, y que en los últimos

años ha comenzado a desempeñar un papel importante en

la ciencia y en la clínica aplicada. Ahora bien, dependiendo de

sus objetivos, del marco teórico y de la metodología de trabajo,

vamos a diferenciar una neuropsicología clínica y una neuropsicología

cognitiva. Esta última surge en la década de los años

ochenta cuando los neuropsicólogos y la neuropsicología en

general incorporan el paradigma de la psicología cognitiva, el

procesamiento de la información y la plasticidad cerebral. Las

funciones cognitivas que se evalúan y rehabilitan son: la memoria

frente a dicotomías, la atención, las funciones ejecutivas, el

lenguaje y las funciones motoras.

La neuropsicología actual se cimienta en distintos pilares

básicos cuya dependencia entre sí resulta imprescindible. Por

una parte, se encuentran los métodos experimentales y la observación

clínica, pero ellos son de por sí insuficientes si no cuentan

con las nuevas técnicas de diagnóstico por la imagen del

cerebro y las ciencias cognitivas. Juntos nos van a permitir diseñar

esquemas de funcionamiento y de rehabilitación de las funciones

dañadas o perdidas [6,7]. A pesar de todo, mucho del trabajo

clínico se sigue haciendo casi de forma exclusiva con pruebas

neuropsicológicas, aunque, afortunadamente, hoy día disponemos

de varias evoluciones del trabajo de Luria, en forma

de baterías y pruebas como la batería Halstead-Reitan, el test de

Barcelona, la batería Luria-Nebraska y el K-ABC, que exploran,

con mayor o menor detalle, las funciones psicológicas y

rinden un informe de su estado.

En las clínicas neurológicas más avanzadas se hace indispensable

la aplicación de tests neuropsicológicos en aquellos

Aceptado: 14.09.06.

Servicio de Neuropediatría. Hospitales Universitarios Virgen del Rocío. Sevilla,

España.

Correspondencia: Dr. Miguel Rufo Campos. Servicio de Neuropediatría. Hospitales

Universitarios Virgen del Rocío. Avda. Manuel Siurot, s/n. E-41013

Sevilla. E-mail: miguel.rufo.sspa@juntadeandalucia.es

© 2006, REVISTA DE NEUROLOGÍA

La neuropsicología: historia,

conceptos básicos y aplicaciones

M. Rufo-Campos

M. RUFO-CAMPOS

S58 REV NEUROL 2006; 43 (Supl 1): S57-S58

pacientes con lesiones neurológicas de diversa etiopatogenia.

Los resultados de dichos tests van a permitir al especialista neurólogo

o psiquiatra la evaluación adecuada de los cambios patológicos

cerebrales, tanto desde el punto de vista anatómico

como funcional, y precisan clínicamente tanto la naturaleza

cualitativa del síndrome neuropsicológico producido por la

lesión cerebral como sus características cuantitativas, todo lo

cual resulta imprescindible para iniciar posteriormente la rehabilitación

correspondiente. Este impacto teoricopráctico de la

neuropsicología clínica ha permitido que en los países más desarrollados

se correlacionen la semiología clínica, el diagnóstico

por neuroimagen y el diagnóstico neuropsicológico para realizar

estudios minuciosos del paciente, así como un diagnóstico

diferencial que repercutirá de forma beneficiosa en la implementación

de un proyecto terapéutico que tienda a mejorar su

estado de salud y su calidad de vida.

En la actualidad, existen multitud de cuadros neurológicos

en los que va siendo habitual la realización de distintos tests

neuropsicológicos, tanto para el diagnóstico como para la localización

lesional o la evolución sindrómica. Son frecuentes, en

los síndromes afásicos, los síndromes agnósicos, los síndromes

apráxicos, los síndromes amnésicos, los síndromes disatencionales,

los síndromes agráficos, los síndromes aléxicos, los síndromes

acalcúlicos, los síndromes prefrontales o disejecutivos y

los síndromes demenciales.

De forma reciente [8] se ha realizado un metaanálisis de las

aplicaciones principales de la clínica neuropsicológica en el que

se concluye de forma sutil con su utilidad en los métodos de investigación

y en los distintos procesos neurológicos sin entrar en

los aspectos técnicos de ésta. Por otra parte, se demuestra en este

mismo estudio la cantidad de tópicos que se manejan en relación

con esta materia, sus problemas y sus limitaciones. La revisión se

divide en cuatro secciones: características básicas del metaanálisis,

el valor del metaanálisis para las investigaciones neuropsicológicas,

los resultados ilustrativos de varios metaanálisis en los

temas neuropsicológicos que demuestran el tipo de preguntas que

pueden contestarse, y los problemas y las limitaciones del metaanálisis,

con una atención especial a las directrices futuras.

De forma clásica, uno de los cuadros clínicos principales en

los que se ha desarrollado más la conducta neuropsicológica ha

sido el autismo. Los trastornos autistas son trastornos penetrantes

del desarrollo, caracterizados por patrones repetitivos del

comportamiento social y comunicativo. El inicio de estos trastornos

se produce en la infancia temprana y éstos tienen probablemente

un origen biológico. Desde el punto de vista de la neuropsicología,

los trastornos autistas pueden entenderse como un

déficit de integración de las funciones elementales, los sistemas

de funcionamiento y los conceptos teóricos subyacentes [9].

Por otra parte, se han llegado a revisar los tres aspectos que se

consideran característicos del síndrome (la interacción social, la

comunicación y la flexibilidad) y se han tratado de integrar las

distintas manifestaciones clínicas con alguna de las variables

neuropsicológicas y los substratos neurobiológicos [10].

Y aunque la presencia de la neuropsicología en los distintos

trastornos neurológicos se hace cada vez más evidente, como en

los trastornos de la personalidad [11], en la esclerosis múltiple

[12] o en la enfermedad de Alzheimer [13], es en algunos trastornos

esencialmente pediátricos, como el síndrome de hiperactividad

con déficit atencional [14,15] o en la enfermedad epiléptica

y su tratamiento quirúrgico [16-18], donde la neuropsicología

ha alcanzado realmente su exponente máximo como ciencia

íntimamente ligada a la neurología pediátrica.

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