Importancia del diagnóstico oportuno de la depresión infantil

Importancia del diagnóstico oportuno de la depresión infantil

 La depresión es un trastorno de origen biopsicosocial que afecta el estado de ánimo de la persona, no sólo es sentir tristeza, lo cual es normal, son episodios de tristeza profunda, pueden ser leves hasta severos, con intervalos de tiempo entre un episodio y otro, dependientes de la persona, los síntomas también son varios y no es necesario que se presenten todos, entre los que están la falta de apetito, insomnio o dormir en exceso, ansiedad, apatía, falta de interés, etc. (Papalia, 2012). Cuándo es diagnosticada a tiempo es posible que la persona pueda salir de los episodios con terapia, y que la probabilidad de nuevos episodios se reduzca. El DSMI-V maneja dos tipos de trastornos depresivos, el Trastorno de Depresión Mayor (TDM) y el trastorno depresivo persistente (Distimia), este último es el que se presenta con mayor frecuencia en la infancia.

Durante mucho tiempo se pensó que la depresión se presentaba sólo en adultos, sin embargo, los datos recientes de la OMS reflejan que la edad de inicio ha disminuido, y los casos existentes han ido en aumento. Tan sólo en el Hospital Psiquiátrico Infantil "Dr. Juan N. Navarro", durante el 2017 del total de pacientes atendidos, el 25.7% acudió por un trastorno afectivo depresivo.

Es importante resaltar que para poder dar un diagnóstico de algún trastorno depresivo en niños, los síntomas, signos y duración son diferentes a los de un adulto. El estado de ánimo se vuelve irritable, hay quejas psicosomáticas, agitación psicomotriz, agresividad, apatía, no pesan ni miden lo que deberían de acuerdo a su edad, etc., estos síntomas se tienen que presentar durante la mayor parte del día y por al menos dos semanas. Este tiempo tiene que estar compañado de algún malestar médico significativo o del deterioro en el campo social. Para completar el diagnóstico se debe hace una entrevista con los adultos más cercanos al niño, no sólo del ámbito familiar, también del ámbito académico, además de realizar exámenes físicos, mentales y médicos al paciente se deben aplicar entrevistas diagnósticas (Nogales et. al, 2009).

Alcalá-Herrera, para la Fundación Grupo México, con base a su experiencia habla de cómo viven los niños la tristeza y por qué se pueden presentar episodios depresivos en niños; menciona que los adultos cometen el error de pensar que los niños no pueden sentir tristeza y que los conflictos que lo rodean no lo pueden afectar, por consiguiente no hay una comunicación correcta de los problemas de “adultos” con los niños y ellos tienden a malinterpretar las situaciones provocando culpas, lo que puede desencadenar tristeza miedo y ansiedad.

Papalia (2012) y Nogales et. al (2014) mencionan la importancia de un diagnóstico oportuno y un buen tratamiento en la infancia, puesto que quienes presentaron episodios de depresión durante la infancia es probable que vuelvan a presentar otro en la adultez, y que entre menos edad tengan durante el primer episodio mayor será la probabilidad de recurrencia en la adultez.

Garibay, Jiménez, Vieyra, González y Villalón (2014) realizaron un estudio en el que el objetivo fue determinar la correlación entre la disfuncionalidad familiar y la depresión infantil con una muestra de 326 niños entre 8 y 12 años, alumnos de una escuela primaria semiurbana, de bajo nivel socioeconómico en el Estado de México, se les aplicó la escala modificada CDI adaptada a la población infantil. Entre los resultados encontrados resalta,  el 11.7%  de los niños presentaron síntomas de depresión, de los cuales el 8.7% tenían familias disfuncionales, lo que refleja una correlación estadísticamente significativa, y afecta en mayor medida al género femenino, además en el 80% de los casos se registró que hay antecedentes de depresión en la familia. Está investigación refleja la importancia del núcleo familiar en la salud mental de los infantes, este debe ser lo más comprensivo y asertivo posible.

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