Influencia De La Cultura En Los Roles De género

Atreves del tiempo el hombre ha ido transmitiendo de generación en generación su cultura, sus conocimientos, sus cualidades, todo lo que lo define. Desde un primer momento a cada ser, hombre o mujer se le asigno un papel a cumplir dentro de la sociedad viéndose así cada uno ensamblado en un rol a cumplir, la mujer = procreación, cuidado de los hijos y del hogar, sensible y dócil, hombre = proveedor, fuerte, independiente, es un proceso que comienza al nacer desde que nuestros padres eligen nuestra primera ropa según el sexo, niña rosa, niño celeste.

De ahí me surge la pregunta ¿Qué influencia tiene la cultura en los roles de género?, propongo hacer una valoración de las actuaciones de nuestros antepasados y la forma en que las sociedades fueron evolucionando y los roles variando, a la vez los comportamientos y costumbres de las diferentes culturas atreves del mundo y la importancia que conllevan los roles en algunas de ellas, esto con el fin de entender un poco más la importancia de la forma en que estas interaccionan.

Temas a tratar:

 Influencia de la cultura en los roles de genero

 Categorización

 Proceso de identidad de genero

 Cultura y sociedad

 ¿Qué es la socialización y cómo influye en nosotros?

Influencia de la cultura en los roles de genero

Para iniciar debemos tener claro que la cultura son todas aquellas expresiones, que el hombre ha ido incorporando a la naturaleza, nuestros pensamientos, arte, la arquitectura, la literatura, en fin, toda creación humana, es cultura. Se dice que cultura, es todo aquello que un hombre necesita saber, para poder actuar de manera correcta, dentro de un grupo social, de inmediato nos vemos forzados a relacionarla con los roles pues esta es de gran importancia en la adquisición de los mismos, ya que las personas se conforman en el proceso de socialización que se da inicialmente en núcleo familiar. De esta forma son transmitidos de generación en generación y el individuo poco a poco los irá incorporando, el rol de cada uno varía según la sociedad y la cultura en las que vive.

Si tuviéramos la oportunidad de viajar alrededor del mundo nos sorprenderíamos de las incontables diferencias que se encuentran de una cultura a otra y los múltiples papeles que hombres y mujeres interpretan en ellas desde que naces hasta que terminas con la muerte se nos enseña cómo vestir, caminar, hablar y sentir, la cultura es vista como un conjunto de normas que rigen a una población, las cuales no son estáticas, pero pueden llegar a sufrir algunos cambios en ciertas ocasiones, estos por lo general son lentos y por lo tanto poco perceptibles.

Un claro ejemplo podemos obtener mirando al pasado, hace un siglo el hecho de ser mujer hubiera bastado para no tener derecho a referirse a ciertos temas, no se les permitía estudiar, más bien era vista como un objeto para garantizar la supervivencia del hombre, estaban destinadas a someterse al hogar y a los hijos, servir al hombre amo y señor de su casa, cualquier comportamiento que atentara contra esta situación era fuertemente criticado y sancionado por la sociedad.

Y qué decir del papel masculino, cuántos de nosotros no hemos visto a un abuelito escandalizarse al enterarse de que en la actualidad muchas mujeres desempeñan trabajos que antes solo se le podían asignar a los hombres o de que sus nietos cambian pañales y realizan labores en el hogar como limpiar o cocinar, nuestros antepasados solían ser muy rígidos en cuanto a las reglas, los roles estaban muy definidos.

Variado estudios afirman la existencia de una sociedad igualitaria (Stone, 1976) una civilización donde lo femenino tenía un gran valor social, incluso se le consideraba un símbolo divino o sagrado, no había una dominación autoritaria, no existía inferioridad o superioridad, la participación femenina fue fundamentalmente valorizada, lideraban los clanes o eran sacerdotisas, ambos sexos trabajaban por un bien común solidariamente.

¿Qué pudo provocar que esta maravillosa forma de vida, esta sociedad de trabajo, respeto y paz desaparecieran? Los años pasaron y el hombre se dio cuenta de que podía tomar control sobre los pueblos por medio de la fuerza, estableciendo así una jerarquización de la parte masculina, la cual había descubierto que físicamente tenía una gran ventaja, miles años pasaron para que la mujer olvidara lo que era capaz de hacer, el hombre que veía amenazado su nuevo orden puso en práctica cuanto estaba a su alcance para que esta fuera vista como un mecanismo de producción y satisfacción de lo masculino.

La división se fue haciendo cada vez más notoria y se fortaleció esta situación cuando las instituciones comienzan a intervenir en la situación, ahora los discursos sociales van dirigidos a lo que debe ser la mujer, su actuar, sin derecho a replicar, la desigualdad de géneros conforma parte del día a día y se extiende como una plaga. Las mujeres son ahora vistas como el sexo débil, delicadas, indefensas y marginadas por el hombre.

De ahora en adelante las niñas serán preparadas para la dependencia y la sumisión y los niños para la fuerza, el dominio y la independencia, así nacen los estereotipos, una imagen trillada donde se comparten cualidades, características y habilidades, aceptada por la mayoría como patrón o modelo de las conductas. Se les asigna un sentido negativo, considerándose que los estereotipos son creencias ilógicas que limitan la creatividad y que sólo se pueden cambiar mediante el razonamiento personal sobre ese tema o sea que solo nosotros tenemos el poder de abandonar este tipo de ideas o prejuicios preconcebido

Desde el punto de vista biológico, los niños se diferencian desde su nacimiento, pero lo que otorga sentido a la situación es la forma en que los adultos observan e integran al pequeño en la sociedad y la influencia que esto tiene en la construcción de la identidad personal. Desde un punto de vista psicológico se puede decir que esta es la que hace que uno sea “uno mismo” y no “otro”. Se dice que son un conjunto de rasgos personales que conforma la realidad de cada uno y se proyecta hacia el mundo externo permitiendo que los demás reconozcan a la persona desde su propio ser en su forma concreta y particular.

La individualidad sólo es posible cuando se revela la personalidad auténtica del ser humano, de tal manera que éste pueda reconocerse a sí mismo como parte de la humanidad en general y paralelamente como un

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