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Introducción A La Obra De Melanie Klein

karlapaola150719 de Septiembre de 2013

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Introducción a la obra de Melanie Klein.

I. Fantasía. En esta parte aclara el concepto de la fantasía, y su empleo en el psicoanálisis. Menciona que la fantasía no es tan sólo un escapar a la realidad; es una concomitante constante e inevitable de las experiencias de la realidad, en constante interacción con ellas. Muestra una serie de ejemplos en la niñez y relaciona a la fantasía como expresión mental de los instintos. Establece una relación entre la fantasía, y la realidad externa.

II. La posición esquizo-paranoide. Menciona que una de las conductas de la posición esquizo-paranoide es la escisión. Esta es lo que permite al yo emerger del caos y ordenar sus experiencias. Es la base de diferenciación entre lo bueno y lo malo. La escisión es también la base de lo que más tarde llegará a ser la represión. Según el grado de escisión será el grado de represión en lo posterior. Con la escisión se relacionan la ansiedad persecutoria y la idealización. Es necesario cierto grado de esta ansiedad para poder reconocer, evaluar y reaccionar ante circunstancias externas realmente peligrosas. No debemos considerar a los mecanismos de defensa de la posición esquizo-paranoide sólo como mecanismos de defensa que protegen al yo de ansiedades inmediatas y abrumadoras, sino también como etapas progresivas del desarrollo.

III. Envidia. Diferencia los conceptos entre envidia y celos. Los celos se basan en el amor y su objetivo en poseer al objeto amado y excluir al rival. La envidia es una relación de dos partes en que el sujeto envidia al objeto por alguna posesión o cualidad.

IV. Psicopatología de la posición esquizo-paranoide. Según experiencias de pacientes la autora hace un análisis de la psicopatología de la posición esquizo-paranoide.

V. La posición depresiva. Esta posición empieza en la fase oral del desarrollo, en que el amor y la necesidad provocan el deseo de devorar. Es en este momento cuando se desarrolla la capacidad de establecer vinculaciones y la de abstraer, base del tipo del pensamiento que esperamos del yo maduro, en contraste con el pensamiento desarticulado y concreto característico de la posición esquizo-paranoide.

VI. Defensas maníacas. Se refiere a la a la posición depresiva vinculada con la vivencia de dependencia del objeto, Las defensas maniacas se dirigirán contra todo sentimiento de dependencia, que se evitará, negará o invertirá. La relación maníaca con los objetos se caracteriza por una tríada de sentimientos: control, triunfo y desprecio. Estos sentimientos se corresponden directamente con sentimientos depresivos de valorar al objeto y depender de él, con el miedo a la pérdida y la culpa, y sirven de defensa contra ellos.

VII. Reparación. La reparación puede formar parte de las defensas maníacas. En ese se intenta reparar al objeto en forma maníaca y omnipotente. Es cuando se le puede tratar en forma parcial como objeto de preocupación. La reparación como lo menciona la autora es un mecanismo de gran importancia para el desarrollo del yo y para su adaptación a la realidad. La reparación maníaca es una defensa en la medida en que su fin es reparar al objeto sin que aparezcan sentimientos de culpa o de pérdida. La reparación maníaca no puede completarse nunca porque, de ser así, el objeto plenamente restaurado se haría nuevamente digno de amor y aprecio, y libre del control omnipotente y del desprecio del maníaco.

VIII. El complejo de Edipo desde temprana edad. Asimismo para la cuestión teórica de todos los capítulos de esta obra la autora complementa de una forma muy precisa con casos de pacientes, desde la edad temprana hasta la edad adulta.

Capitulo I

FANTASÍA

Las percepciones y sensaciones internas y externas son interpretadas y representadas a sí mismo en la mente, bajo la influencia del principio placer - displacer, por intermedio de la introyección y la proyección, lo que hace que fantasía y realidad se influyan mutuamente. Las fantasías inconscientes están siempre presentes y siempre activas en todo individuo, existiendo desde el comienzo de la vida. Es una función del yo.

Avidez: Emoción oral que consiste en un deseo vehemente, impetuoso e insaciable, que excede lo que el sujeto necesita y lo que el objeto es capaz de dar. Siempre hay cierto nivel de avidez, que aumenta con la ansiedad persecutoria y varía con cada niño. Introyección destructiva.

Las fantasías inconscientes siempre se encuentran presentes y activas en todos los individuos, por lo tanto, dice ella, que la presencia de estas fantasías inconscientes no son índices ni de enfermedad, ni de falta de sentido de la realidad; es la naturaleza de esas fantasías y su relación con el mundo externo (los objetos) lo que determinará si se trata de una enfermedad o no. Las fantasías inconscientes son las expresiones mentales de los instintos y que estos por definición están desde el momento de nacer. Como se sabe los instintos son buscadores-de-objetos.

Crear fantasías es función de Yo. Supone que desde el nacimiento el Yo es capaz de establecer relaciones objetales primitivas en la fantasía y en la realidad. Así mismo, plantea que la fantasía no es tan sólo una fuga de la realidad, sino más bien es una concomitante constante e inevitable de las experiencias reales, en constante interacción con ellas.

Como el objetivo de la fantasía es satisfacer impulsos instintivos, prescindiendo de la realidad externa, se puede considerar que la gratificación proveniente de la fantasía es una defensa contra la realidad externa de la privación, sin embargo es más que eso, es una defensa contra la realidad interna.

El Yo se identifica con algunos de estos objetos: identificación introyectiva. Estos objetos son asimilados por el yo y contribuyen a su desarrollo y características. Otros permanecen como objetos internos separados y el yo mantiene relación con ellos (el superyó es uno de estos objetos).

El hecho de que haya tan estrecha relación entre estructura y fantasía inconsciente es importantísimo: es esto lo que hace posible influir en la estructura del Yo y del superyó mediante el análisis. Pues justamente al analizar las relaciones del Yo con los objetos internos y externos, es que podemos influir esencialmente sobre la estructura más permanente del Yo.

Capítulo II

LA POSICIÓN ESQUIZO-PARANOIDE

Teoría de las Posiciones

Las posiciones constituyen polos entre los cuales oscila la vida psíquica; se definen a través, justamente, de la posición del niño en relación al objeto: características del objeto, características de la ansiedad, métodos defensivos en relación a dicha ansiedad.

Esta teoría implica el abandono del esquema de las fases libidinales para pasar a una conceptualización en la que la angustia, las defensas, el amor y la agresión se articulan con problemas de organización y estructuración del mundo objetal.

Posición Esquizo-paranoide

La existencia de temores persecutorios fantasmáticos en los niños pequeños y la capacidad de los mismos de disociar el objeto. Un estado paranoide rudimentario como una etapa precoz del desarrollo situado en la fase anal primaria . Se considera el primer tipo de relación de objeto de la fase oral, con aspectos ideales y aspectos persecutorios.

Las relaciones de objeto parcial, la escisión y la ansiedad persecutoria se presentan juntas y preceden a la integración.

Klein sostiene que la ansiedad se origina en la acción interna del instinto de muerte. La alteración del equilibrio pulsional es inaugurada por el nacimiento y se repite cada vez que privaciones de origen interno o externo intensifican las pulsiones agresivas.

Klein considera que el niño está en un conflicto pulsional entre la libido y la agresividad desde los inicios, conflicto que encara a través de la deflexión del instinto de muerte y la constitución de un objeto escindido.

Supone la existencia de un yo temprano, débil y no integrado pero no obstante capaz de instrumentar, bajo la acción de las pulsiones de vida, los primeros mecanismos de defensa: escisión, proyección, introyección. Estos mecanismos son de defensa ante la ansiedad de aniquilamiento. Ese yo incipiente registra la angustia, se relaciona con un primer objeto y opera mecanismos de defensa primitivos y, por lo tanto, extremos. Dicho de otro modo, opera con fantasías relacionadas con un objeto.

Un yo que posee ciertos rudimentos de integración y cohesión y progresa constantemente en esa dirección. También realiza desde el comienzo de la vida postnatal algunas funciones fundamentales; por ejemplo usa los procesos de escisión y la inhibición de deseos instintivos como algunas de sus defensas contra la ansiedad persecutoria, vivenciada por el yo a partir del nacimiento.

A partir de las primeras experiencias el lactante se relaciona con un objeto parcial bueno, resultante de la proyección de la pulsión de vida (pecho bueno) y con un objeto parcial malo, resultante de la proyección de la pulsión de muerte (pecho malo). Cuando la disociación se realiza bajo predominio de la pulsión de muerte encontramos que las características del objeto viran de bueno a idealizado y de malo a persecutorio, terrorífico. Las características de tales objetos están, por lo tanto, íntimamente relacionadas con las características de los impulsos que sobre ellos se proyectan. El pecho como primer objeto, y los objetos que se internalizan posteriormente, adquieren en los momentos en que el bebé atraviesa estados de frustración y odio las características oral-sádico, sádico-uretrales y sádico-anales

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