Joseph Lancaster

Joseph Lancaster

El presente ensayo aborda el tema de “Joseph Lancaster y la Enseñanza Mutua”, realizándose una investigación sobre el pedagogo y su sistema de enseñanza desde diversos puntos: quién es Lancaster, en qué consiste el sistema lancasteriano; quiénes más estuvieron involucrados en él y cómo se aplicó el sistema en nuestro país.

De igual forma se hace una evaluación sobre el sistema lancasteriano, expresando algunas fortalezas y debilidades que tuvo éste durante su aplicación en los diversos países del mundo.

Finalmente se aportaron las conclusiones acerca de todo lo que significó el método de la enseñanza mutua o sistema lancasteriano en la educación de la niñez y cómo hasta el día de hoy, se utilizan algunas de las estrategias dentro de las aulas.

Joseph Lancaster fue un pedagogo Inglés que nació el 25 de Noviembre de 1778 en Southwark al sur de Londres. Lancaster decidió fundar la primera escuela primaria con el método de enseñanza mutua, en el año de 1798, a causa de que la educación secundaria se impartía en antiguas instituciones privadas o era atendida por las iglesias o ciudadanos particulares, dando formación sólida tanto a la clase media como a la alta; pero la población había crecido mucho, por lo que el proletariado también había aumentado, dejando en total abandono la educación primaria para esta parte de la sociedad.

El sistema de la enseñanza mutua fue creado por Lancaster acogía niños de cualquier religión preocupándose sobre todo de enseñarles las nociones que más podían serles de provecho en la vida.

De una manera general, este sistema consistía en que los alumnos se instruían entre sí, razón por la cual a su sistema se le conoce como enseñanza mutua. Los estudiantes se distribuían en clases según su grado de instrucción; cada grupo era presidido por el niño más avanzado, al que llamaba instructor o monitor; los instructores eran dirigidos a su vez por un monitor general. Los progresos se recompensaban con medallas, con nombramientos de instructor y con premios que se distribuían cada año.

Este método era apropiado para los niños, ya que se les motivaba constantemente el estar aprendiendo, así mismo el dar responsabilidades a los iguales para enseñar a los demás, compartiendo así sus conocimientos, respetando sus necesidades e intereses en todo momento.

Este sistema resaltaba tres aspectos importantes:

1.- Papel del maestro: éste consistía solamente en vigilar la marcha del aprendizaje y a mantener la disciplina dentro del aula, dando la mayor autoridad a los monitores durante la impartición de clases.

2.- Monitores: Cada monitor tenía sus discípulos, Además de los monitores, había un inspector que se encargaba de vigilar a éstos, de entregar y recoger útiles de enseñanza y de indicar al maestro los que deben ser sancionados o premiados al término de cada jornada escolar.

3.- Material y mobiliario escolares: Dentro de las escuelas lancasterianas había una plataforma para el maestro, los bancos para los niños, telégrafo, los semicírculos, pizarrones, punteros, travesaños y cartelones. El telégrafo lo utilizaba el maestro para dar órdenes a los inspectores y monitores, llevando así el control de la clase y el aprendizaje.

Según la asignatura impartida dentro de las clases, era la organización de los grupos, por ejemplo:

La escritura se enseñaba sentando a los estudiantes en largas mesas corridas utilizando cajas de arena y palillos, mientras que la lectura y la aritmética se enseñaban con los estudiantes de pie, formando semicírculos alrededor de postes en los cuales se colocaban los carteles con las lecciones.

Lo anterior se hacía con el fin de mantener a los alumnos en constante dinámica y activos, así mismo para conservar una disciplina dentro de las aulas, algo que caracterizaba también a este método.

Es conveniente dejar claro que en este tipo de escuelas los programas que se trabajan correspondían a la enseñanza de la escritura, la lectura y el cálculo, usando un método memorístico.

La escuela Lancasteriana llega a nuestro México lindo y querido en uno de los momentos más oportunos, fue por el siglo XIX, a finales de la lucha de la Independencia, que se necesitaba de los maestros para que se hicieran cargo de la educación ya que estaba abandonada

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