Juego

A partir del siguiente informe, pretendemos reflejar y recuperar la importancia y significación que los niños le atribuyen al juego, sin menospreciar el lugar del adulto, como acompañante y sostén. Es por ello que cada uno de nosotros debemos repensar cuál es nuestro papel en este mismo y qué es lo que hacemos frente a la invitación y propuesta del niño a su jugar.

Juego, una palabra que para muchos es algo propio de los niños quienes lo realizan para pasar el tiempo, que es improductivo, no deja aprendizaje alguno; sin embargo, es necesario aclarar que juego es una acción o actividad voluntaria que se da en un tiempo y lugar determinados para tal fin. El juego es presencia de vida en todo sujeto, nace del deseo del jugador según sus relaciones afectivas, como también por una necesidad que desea satisfacer. Una necesidad propia de la infancia, ya que a partir del juego el niño de manera natural descubre, observa, explora y comprende el mundo que lo rodea y toma conciencia de sí mismo. Es una actividad que como tal tiene su especificidad, su lógica, no está exento de reglas, supone la creación de un mundo paralelo, y constituye una finalidad en sí mismo. Es un medio de comunicación, aprendizaje y relación del sujeto, ambiente y otros sujetos.

“El juego es un patrimonio cultural privilegiado de la infancia y uno de sus derechos inalienables por lo tanto resulta importante garantizar en el Nivel Inicial, la presencia del juego como un derecho de los niños”.

“La escuela entonces debe posibilitar su despliegue mediante variadas situaciones. En este sentido, el juego ofrece a los alumnos oportunidades para el desarrollo de las capacidades representativas, la creatividad, la imaginación, la comunicación, ampliando la comprensión del mundo, para constituirse en miembro de una sociedad y de una cultura”.

“El juego es una construcción social, no un rasgo natural de la infancia. El juego es una expresión social y cultural que se transmite y recrea entre generaciones, y por lo tanto requiere de un aprendizaje social. Esto quiere decir que los niños aprenden a jugar: a aprender a comprender, dominar y por último producir una situación que es distinta de otras”.

Sin embargo, cabe destacar que existen diferentes concepciones del juego de acuerdo a los distintos autores, de esta manera para Piaget el pensamiento va pasando de una forma de asimilación a un pensamiento adaptado a los demás, a lo real que produce el pensamiento lógico. El juego proviene de esquemas sensorio-motores y tiene un papel cognitivo estructural, manifestando el predominio de la asimilación sobre la acomodación. Según Freud, el niño repite en el juego aquellas experiencias que le hayan causado una intensa impresión y es mediante esta actividad del juego que hace “sufrir” a cualquiera dicha sensación desagradable. Según Vygotski, los juegos sólo son placenteros si el niño encuentra placentero el resultado y esto no siempre ocurre, la característica específica del símbolo lúdico es la de elaboración que surge a partir de una necesidad no resuelta, que el ambiente deja sin satisfacción. El símbolo lúdico representa y se ejerce en una actividad compleja que fusiona la necesidad, la imaginación sobre lo no obtenido y la satisfacción de lo realizado. Toda situación imaginaria tiene sus reglas, toda representación está relacionada con la realidad que la provoca. Por eso todo juego tiene sus reglas y su organización. Por su parte, Rosario Ortega considera que el juego es la forma específica que le permite al niño comprender su entorno y potenciar su desarrollo cognitivo, que posiblemente potencia ciertos estilos de conocer más que otros.

En los juegos se piensa con el mismo rigor que cuando no se está jugando,

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