LA PERSONALIDAD Y EL ENVEJECIMIENTO

LA PERSONALIDAD Y EL ENVEJECIMIENTO

1. El concepto y los métodos para la investigación de la personalidad.

La personalidad es una denominación de todas las cualidades, procesos de vivencia y procesos de conducta que constituyen la peculiaridad individual de una persona. Algunos investigadores incluyen en su investigación de la personalidad procesos afectivos, emocionales, motivacionales y sociales.

Cuando se quiere hacer una investigación acerca de la medida y la dirección en que se modifican, según se avanza en la edad, entre las emociones, la de mayor interés es la de satisfacción. Se debe tener en cuenta otro campo de la psicología de la personalidad: la imagen de sí mismo (ambiente, contexto, cognición, y la percepción de otros). Un último punto importante que considerar son las buenas y las malas situaciones, y su modo de enfrentarlo; entre lo cual destaca el estrés y el coping (hacer frente).

El método más utilizado para poder objetivar la conducta emocional y motivacional es la del cuestionario; en ella el equipo investigador formula el contenido de la investigación deseada, y los interlocutores del diálogo tiene que indicar luego si asienten o si rechazan ese contenido, o en que medida la afirmación presentada es aplicable a ellos o no. Con ello, mediante la construcción del cuestionario y de la teoría que le sirva de fondo, se logra de manera facilitada los datos cuantitativos.

1. Cambio y constancia de la personalidad

Algunos estudios sobre la personalidad y el envejecimiento muestran que son posibles los cambio incluso con una edad ya avanzada. Estos cambios, pues, no pueden interpretarse todos ellos como una reducción o aumento de la madurez e integración, sino como reestructuraciones cualitativas. Según los análisis de Magai y Nusban (1996), la estabilidad constituye un rasgo destacado de la personalidad. Como todo ser vivo, la constancia y el cambio son también características fundamentales de la personalidad.

1. La constancia y la variabilidad de las cualidades

La actividad

Diversos estudios se hicieron presentes para calcular la actividad en las personas mayores, algunas relacionadas con el tema de la desvinculación, al envejecimiento normal o a los coeficientes de estabilidad.

Como resultado, entre las condiciones para la continuidad y la discontinuidad en diversas clases de actividades durante la edad adulta, los autores de dichas investigaciones averiguaron que el origen familiar y el novel social de la familia tenía gran influencia. Se dedujo también que la situación de la vida social es importante para la explicación de la actividad social y física durante la edad adulta joven, pero no para el resto de la vida. A diferencia de la inteligencia sobre la actividad que permanece constante durante la vida.

Estabilidad emocional

En el estudio longitudinal de Baltimore (BLSA), los valores correspondientes al neuroticismo permanecieron constantes en un período de 14 a 21 años. Tales valores se hallan en correlación de sentido negativo con las medidas de bienestar subjetivo.

En el estudio longitudinal interdisciplinar, existió una conexión muy significativa entre la educación escolar y el neuroticismo. Quienes habían cursado estudios superiores mostraron un valor esencialmente inferior de neuroticismo ante quienes no presentaron niveles educativos similares. Las mujeres presentaron mayor valor de neuroticismo y las personas con peor estado de salud mostraron valores más alto de neuroticismo y depresión.

Extraversión

Field y Millasp (1991) identificaron un factor de la personalidad denominado “extroversión” según escalas de valoración que registraban el gusto por conversar, la franqueza y la receptividad. Entre los subgrupos de ancianos (74-84 años) y muy ancianos (85-93 años) no se observaron diferencia con respecto a la extraversión.

Field y otros, hacen de la extroversión una referencia a cierta sedentarización interna.

Estado de ánimo

El estado de ánimo se cuenta entre las variables más importantes de la personalidad, según enfoques de Ernest Kretschmer y otros. En la edad avanzada, uno de los conceptos más importantes son el duelo (debido a las posibles pérdidas en esta etapa de la vida), el cual representa una carga emocional tal que por su índole e intensidad puede dar pie a una depresión de carácter clínico.

En cambio, el concepto de bienestar subjetivo se describe como un término genérico abstracto que abarca las reacciones afectivas de los individuos ante las experiencias de su vida, y sitúa tales reacciones afectivas en una línea continua que va desde un polo positivo hasta un polo negativo.

Según Costa y McCrae (1984), el bienestar subjetivo muestra siempre correlaciones altamente significativas con factores de la personalidad como el neuroticismo y la extraversión. De estas conexiones, los autores dedujeron que la personalidad es durante toda la vida una determinante del bienestar subjetivo.

1. Las estructuras de la experiencia y las convicciones

Conforme a la teoría cognitiva de la conducta, lo que determina nuestra conducta no es la situación objetiva, sino la percepción subjetiva, la interpretación o la representación cognitiva de esa situación. En la investigación acerca de la personalidad, se viene reconociendo que determinados sistemas de creencias y de convicciones determinan de manera esencial la conducta.

La estructura de la experiencia en el curso de la vida

Vivir significa envejecer, envejecer significa enfrentarse con cambios de la propia vida, afrontar nuevos problemas y arreglárselas con nuevas circunstancias.

Junto a muchas vivencias y experiencias personales que uno ha de afrontar durante toda su vida, hay algunas situaciones fundamentales con las que muchas personas se ven enfrentadas en determinados períodos de la vida.

Las formas de vivencia y la representación cognitiva influyen a su vez en la manera en que uno adopta una actitud ante tales situaciones de carga, en la manera en que uno se enfrenta con ellas. Por consiguiente, lo que interesa es desarrollar formas de confrontación, de encarar el problema y no tratar de reprimirlo, a fin de dominarlo luego activamente.

Estructuras de la experiencia en crisis existenciales

La diferente estructuración de la vivencia se muestra incluso en una situación igualmente estremecedora para todas las personas. También en lo que respecta a la anticipación (o previsión), y a pesar de lo repentinamente que cambia la situación, hay diferencias.

Muchas caracterizaciones de la personalidad del individuo mayor y de sus formas de vivencia se creen erradas.

La convicción acerca de la mutabilidad de las situaciones negativas de la vida

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