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LA PSICOPATOLOGÍA CRIMINAL


Enviado por   •  24 de Octubre de 2018  •  Documentos de Investigación  •  4.271 Palabras (18 Páginas)  •  183 Visitas

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LA PSICOPATOLOGÍA CRIMINAL

 estudia la relación existente entre el crimen y los trastornos psicológicos. El vínculo que tienen estos dos términos cuenta con una larga historia, se remonta al inicio de la psicología como ciencia. Su relación ha sido controvertida debido a las diferentes características patológicas de la persona que cometía el crimen, no obstante, en la actualidad, parece haber mayor consenso. Los trastornos psicológicos que más se suelen relacionar con el crimen son: el Negativista Desafiante, el Explosivo intermitente, el de Conducta, el de Personalidad Antisocial y algunas Parafilias. Sin embargo, el psicópata es considerado por la criminología como el actor de los crímenes más crueles y presenta unas características definitorias más allá del Trastorno de la Personalidad Antisocial, aunque en los manuales de psiquiatría no se diferencia.

DEFINICION

Atendiendo al término en sus partes, entendemos por psicopatología el estudio científico de las enfermedades mentales o trastornos psicológicos, y por criminal algo relativo al crimen. Por consiguiente, la psicopatología criminal es el estudio de los trastornos psicológicos que guardan relación con las conductas criminales o delitos voluntarios graves.

EVOLUCION HISTORICA:

La historia entre la relación de trastorno psicológico y crimen cuenta con más de 200 años de antigüedad.  Fue el psiquiatra francés Pinel quien en 1801 publicó un tratado médico sobre la “Alienation Mentale” o manía sin delirio donde consideraba a los criminales como personas sin moralidad, llevando a cabo acciones cargadas de ira y sin sentimientos de culpabilidad (Pozueco, 2011), diferenciándose de sus precedentes al no considerar la baja inteligencia su causa. Pero la psicopatología criminal tiene como principal antecesor a Lombroso (1835-1909), quien consideraba a los criminales como personas cuya personalidad les llevaba a delinquir, caracterizándose por una morfología y unos trastornos psiquiátricos definidos (Millon, 2009).

En 1896, Kraepelin definió la “personalidad psicopática” como la conexión existente entre trastorno psicológico y crimen, aunque sin un consenso en los rasgos de las personalidades psicopáticas (García-Pablos, 2003). Fue en 1903, cuando Kraepelin en su obra “Psychiatrie: Ein Lehrbucha” comenzó a hablar de los “estados psicopáticos” y de las “personalidades psicopáticas”, diferenciando a los psicópatas de las personas con “manía sin delirio” recluidas en los manicomios. Además, apuntó que las personalidades psicopáticas no siempre circunscribían al mundo del crimen (Pozueco, 2011). La obra “Die Psychopathischen Personlichkeiten” de Schneider en 1923, discípulo de Kraepelin, fue uno de los postulados más influyentes de la psiquiatría, tanto de la American Psychiatry Association (APA) como de la Organización Mundial de la Salud (OMS) (Pozuelo, 2011).

Schneider definió diez tipos de personalidades psicopáticas y cada una contaba con variantes o subtipos en los cuáles se apuntaba la prevalencia atendiendo al sexo, la edad y la herencia, así como a su diagnóstico diferencial. Los diez tipos psicopáticos de Schneider son: hipertímicos, depresivos, inseguros de sí mismos, fanáticos, necesitados de estimación, lábiles, explosivos, desalmados, abúlicos y asténicos. Esta tipología es semejante a la que en la actualidad recoge el DSM-V de la APA en sus Trastornos de la Personalidad. Atendiendo a la psicopatología de la personalidad que más se asocia al crimen y al concepto de psicópata en la actualidad, Schneider lo recogió en su tipo desalmado, caracterizado por un embotamiento afectivo, fundamentalmente hacia otras personas, carente de compasión y arrepentimiento, es decir, de todo aquello relacionado con la conciencia moral, el “enemigo de la sociedad” (Pinilla, 1945). Schneider también resaltó lo ya apuntado por su antecesor, es decir, los psicópatas también están fuera de los manicomios o centros penitenciarios (Pozueco, 2011). Fueron Kraepelin y Schneider quienes enmarcaron a la psicopatía o al psicópata dentro de la psicopatología.

Cleckley en 1941 en su obra “The Mask oj Sanity” resaltó la ausencia de manifestaciones psicopatológicas de la psicopatía (Pozueco, 2011).  Este autor puso el foco de atención en la ausencia de respuestas afectivas hacia los demás, las cuales explicarían su respuesta antisocial. Cleckley describió al psicópata como aquella persona cuyo pensamiento lógico funciona perfectamente; sin embargo no es capaz de guiar su comportamiento. El psicópata muestra indiferencia hacia los valores personales y no hay nada que le pueda hacer comprender algo relacionado sobre ello (Cleckeley, 1941 en Pozueco, 2011).  La discrepancia encontrada por Cleckley entre el discurso verbal y los actos de los psicópatas le llevó a postular que podría existir una anomalía profunda para dar respuesta a dicha discrepancia. Los estudios psicológicos de investigación  que se llevaron a cabo se fueron realizados con muestras amplias de delincuentes comunes. Este hecho ha creado una amplia confusión que continúa hoy en día, pues la mayoría de presos son diagnosticados con Trastornos de Personalidad Antisocial, diferenciándolos (este autor y otros posteriores) del psicópata criminal. En 1976, Cleckley presentó dieciséis características clínicas descriptivas del psicópata que no suele acabar en una prisión (Cleckley, 1976) y consideró que la psicopatía era un trastorno grave, más que la psicosis, debido a su apariencia externa de normalidad. Es cierto que muchos de los criterios postulados por este autor para el psicópata prototípico son comunes a una personalidad antisocial (pobre juicio y comportamiento desviado inmotivado), Cleckley consideró que ello es sólo una parte del trastorno, cuya característica diferencial es su apariencia agradable, pero su trasfondo es asocial, superficial y carente de afectividad (ausencia de sentimiento de culpa, incapacidad de amar y ausencia general de afecto)  (Cleckley, 1988).

Fue Robert Hare quien en 1985 elaboró el “Psychopathy Checklist” (PCL) una escala de veintidós ítems  donde describe los rasgos del psicópata, posteriormente, en 1991, revisó su escala (PCL-R) con veinte ítems (López &Núñez, 2009). El PCL-R incluye dos factores: factor 1 “interpersonal afectivo” y factor 2 “desviación social”. El factor interpersonal hace referencia a ítems de características afectivas e interpersonales y el factor de desviación social a problemas de conducta y de su control, así como a una carencia de socialización (López & Núñez, 2009). Hare, distingue al psicópata de otro criminal, pues considera que el primero tiene una falta de empatía y conciencia moral. “Un psicópata puede intentar imaginar lo que piensas; sin embargo, nunca podrá comprender cómo te sientes (…) un psicópata puede llegar a relacionarse socialmente, pero tratan a las personas como objetos” (Hare, 2010, entrevista).

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