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LA SEXUALIDAD INFANTIL


Enviado por   •  10 de Abril de 2014  •  1.474 Palabras (6 Páginas)  •  374 Visitas

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Para intentar adentrarnos en el conocimiento del desarrollo de la sexualidad infantil, es menester en este tema partir del problema que producto del pensamiento estereotipado de los adultos ha conservado en el mito de la sexualidad infantil. Es decir creer que la pulsión sexual no aparece hasta el periodo de la pubertad, creer que no es conveniente responder a las preguntas que en la etapa temprana formulan ya los niños a partir de las diferencias de sus genitales e incluso del origen de su nacimiento. Freud le denomina amnesia infantil a esa etapa en que la mayoría de los seres humanos cubre los primeros años de su infancia, hasta el sexto u octavo año de vida, en efecto, se nos informa que en esos años, después no conservamos en la memoria, sino unos jirones incomprensibles, reaccionábamos con vivacidad frente a las impresiones, sabíamos exteriorizar dolor y alegría de una manera humana, mostrábamos amor, celos y otras pasiones que nos agitaban entonces con violencia, aun pronunciábamos frases que los adultos registraron como buenas pruebas de penetración y de una incipiente capacidad de juicio. Y una vez adultos, nada de eso sabemos por nosotros mismos. ¿Por qué nuestra memoria quedó tan retrasada respecto de nuestras actividades anímicas?

Con la finalidad de responder a estos mitos de la sexualidad infantil, es necesario describir los rasgos esenciales de la pulsión sexual, su desarrollo y composición de elementos que llenan esto diques tan importantes para la cultura y la normalidad ulterior del individuo. Tal composición de elementos probablemente provenientes de los mismos impulsos sexuales infantiles, que no han dejado de afluir durante este periodo de latencia (aquí se entiende por latencia a una posible calma de presencia de energía sexual, coincidente con la llegada de la etapa escolar). La psicología freudiana señala el error de creer que no existe sexualidad en la infancia y que la pulsión sexual aparece solo en la pubertad. Las pulsiones sexuales se hallan ligadas a las primeras necesidades orgánicas del niño, determinadas sensaciones sexuales acompañan ya al recién nacido su desarrollo a través del periodo de la lactancia y de la época infantil aunque los órganos de la reproducción no son la única parte del cuerpo que pueden generar sensaciones de placer, en esta época de la vida ya que la aparición del estímulo de distintos lugares de la epidermis, la acción de ciertos instintos biológicos y la excitación concomitante a muchos estados afectivos engendran cierta magnitud de placer innegablemente sexual, es conocida con el nombre de periodo de autoerotismo, según expresión introducida por Havelock Ellis, “como la cualidad del comportamiento sexual en el cual el sujeto obtiene satisfacción recurriendo únicamente a su propio cuerpo, sin objeto exterior: en este sentido se habla de la masturbación como un comportamiento autoerótico”

En esta cadena de sucesos se considera como el fin sexual infantil en base a la funcionalidad de la zona erógena, la cual consiste en toda región del revestimiento cutáneo mucoso susceptible de ser asiento de una excitación de tipo sexual, de un modo más especifico, zona oral, uretro-genital, pezón. Esto significa que el infante en un principio satisface sus necesidades de alimentación; por instinto de conservación y posteriormente experimenta el placer que le produce la sensación, lo cual da lugar a una actividad sexual placentera que poco a poco organiza el sentido de independencia en el infante a partir de la misma actividad autoerótica desligando así las necesidades puramente biológicas y despierta así su interés por los enigmas de la vida sexual, curiosidad que se manifiesta tempranamente y su desarrollo depende de la orientación de los adultos.

Freud, al hablar de la sexualidad infantil se pretende reconocer, no sólo la existencia de excitaciones o necesidades genitales precoces, sino también de actividades perversas del adulto, en al medida en que hacen intervenir zonas corporales ( zonas erógenas) que no son sólo genitales, y también por el hecho de que buscan placer( por ejemplo succión del pulgar) independientemente del ejercicio de una función biológica( como la nutrición). En este sentido los psicoanalistas hablan de sexualidad oral, anal, etc. Diccionario de psicoanálisis (Jean Lapalanche: 1996)

Independiente de las respuestas a la solicitud del niño sobre los cuestionamientos tempranos de la sexualidad infantil, éste construirá sus propias teorías, tal es el caso en la literatura

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