SEXUALIDAD INFANTIL
joanpv47 de Septiembre de 2012
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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDÁGOGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGOGICO RURAL “EL MACARO”
TURMERO- ESTADO ARAGUA
SEXUALIDAD INFANTIL
Autores: Daniela Padilla
Germis Mares
Merlyn Betancourt
Asesora: Ana Bolivar
Mácaro, Enero 2008
INTRODUCCIÓN
La Investigación a desarrollar sobre La Sexualidad Infantil y el rol del Docente esta dirigido a resaltar la importancia de la misma siendo un hecho reconocido que la sexualidad se manifiesta de diversas formas en todas las relaciones humanas, durante mucho tiempo el conocimiento y la reflexión sobre esta dimensión de la vida se mantuvo al margen de la acción educativa sistemática y, en el mejor de los casos, se limitó a la transmisión de información sobre aspectos anatómicos y fisiológicos, soslayando sus dimensiones afectiva y ética.
Sin embargo, el hecho de que la educación sexual no haya formado parte del contenido educativo explícito en la escuela no quiere decir que las niñas y los niños y, más aún, los adolescentes carezcan de información y dejen de reflexionar sobre su propia sexualidad. A través de los medios de comunicación, de los grupos de pares, de la observación del mundo adulto, niños y jóvenes se forman una visión acerca de la relación con personas de sexo distinto del suyo, saben qué conductas y actitudes son aceptadas y cuáles no, en fin, se forman concepciones acerca de la sexualidad y asumen determinados valores como propios, no siempre coincidentes con los principios de respeto a la dignidad humana, a la igualdad entre los sexos y a la búsqueda de una sociedad más justa.
Una educación sexual adecuada desde temprana edad puede contribuir a que niños y niñas se desarrollen en forma más equilibrada, sean capaces de comprender los cambios que experimentan en su propio cuerpo, en sus estados de ánimo y la manera de relacionarse con los demás. De este modo, dispondrán de mejores herramientas para tomar decisiones que les ayuden a vivir su sexualidad y evitar situaciones riesgosas para su salud física o mental, así como para la de los demás.
Este Investigación se suma al propósito de ofrecer a los profesores información básica y compartir algunas reflexiones para lograr que la educación sexual adquiera cada vez mayor naturalidad en nuestras escuelas y para que el maestro disponga de un marco de referencia para tomar decisiones ante situaciones imprevistas, ante las preguntas o dudas de sus alumnos o para orientar a las madres o a los padres de familia en cuanto a la sexualidad de sus hijos. La diversidad de situaciones que se enfrentan en el aula hace muy difícil prever respuestas específicas, por eso este trabajo no es un manual ni una guía didáctica, sino una invitación a la reflexión.
En función a la información recopilada el trabajo queda estructurado de la siguiente manera, según su contenido: el rol del docente como orientador, la sexualidad infantil, los comienzos de los sentimientos sexuales, lo primero que aprende el niño, características propias de este etapa, los padres y la sexualidad de sus hijos, los padres deben tener muy claro el tipo de orientación sexual que desean a sus hijos y la información sexual adecuada protegerá a su hijo. Para finalizar las conclusiones, recomendaciones y referencias bibliográficas.
SEXUALIDAD INFANTIL
El Rol del Docente como Orientador
El contenido de la educación en sexualidad está íntimamente unido a la generación y desarrollo de la vida humana, al nacimiento y construcción de la persona, a los fundamentos éticos de la cultura, y a la historia social y creatividad cultural de la comunidad. Esto plantea la necesidad de considerar la dimensión de la sexualidad en la educación formal. Una educación de calidad debe incluir, entre sus propósitos, la satisfacción de las necesidades de aprendizaje requeridas para un desarrollo Socio-afectivo sano y maduro que favorezca el crecimiento humano pleno de niños y jóvenes. Por tanto, esta dimensión de la formación humana debe estar presente en el currículo escolar.
Según Ariza (1999), enuncia que:
La continuidad de la formación sexual que demos, pues, ha de ser paralela a la continuidad del propio desarrollo. Aumentarán nuestras intervenciones o las ocasiones de tratar nuevos elementos –con nuevos contenidos, valores, invitaciones- a medida que va creciendo la persona en el desarrollo de todas sus capacidades. (p. s/f).
Ahora lo propio de la educación debe ser, entonces, el paso de la identidad a la dignidad del niño y niña, por el fortalecimiento de la capacidad de vida que potencialmente reside en cada persona. La educación sexual está indisolublemente unida a este proceso, siendo indispensable en la construcción de una auténtica cultura de la vida, donde los docentes se hacen solidariamente responsables de la realización de la dignidad de cada cual, en su personalidad original e irrepetible, y en su relación con los demás.
Sí la educación en sexualidad ha sido abordada en forma parcial en la actualidad el currículo orienta la acción educativa del sistema educacional. Desde hace ya algunas décadas éste incorpora a los programas de Ciencias Naturales y Biología aspectos relacionados con la sexualidad humana, fundamentalmente destinados a proporcionar información sobre reproducción humana. La labor de Orientación en la sexualidad infantil, por su parte, al abordar el tema recibe una fuerte demanda de apoyo frente a problemas que ya se encuentran manifiestos o latentes producto de la carencia de una formación integral de los estudiantes, lo que restringe su rol.
Sexualidad Infantil
Este es siempre un tema polémico, pues muchas veces los padres se niegan a aceptar que sus hijos poseen sexualidad y deseos desde que nacen, siendo este un proceso que se inicia desde el vientre de la madre y se desarrolla durante todo el ciclo vital de los seres humanos.
El descubrimiento de la sexualidad infantil proviene del padre del psicoanálisis, Sigmund Freud (principios del siglo XX) quien después de mucho estudiar observo científicamente que los niños mostraban conductas sexuales ya desde recién nacidos, pues su primer deseo es provocado por la necesidad, es el deseo del hambre que estará relacionado inevitablemente con la lactancia y el contacto directo con la madre.
Según Freud (1905) la sexualidad infantil “es de carácter diferente a la adulta en su forma y meta, en la que se encuentra un placer ligado a determinadas excitaciones corporales”. (p. 22).
Esta definición se refiere a que la sexualidad infantil se puede llamar al placer que tiene el bebe lactante que sigue chupándose el dedo aun después de haber sido saciada su sensación de hambre; la satisfacción sexual se da sobre la necesidad biológica que tiene el bebe de comer y se convierte en placer de si mismo.
La sexualidad humana en la etapa infantil queda determinada al igual que la conducta general del niño por su carácter exploratorio, de reconocimiento de su cuerpo y de las sensaciones placenteras que va recibiendo desde el momento del nacimiento.
Ahora bien, si la sexualidad infantil es ya un hecho que existe, también se ha de aceptar que es un instinto o impulso de la conducta de lo que haya vivido cierto individuo y la genética que el mismo tenga, según Currículo de Educación Inicial (2005) “…se nace con el sexo biológico ya determinado, pero el psicológico y social ha de ser aprendido; este se va formando poco a poco con las interacciones, las vivencias, los modelos.” (p.198), es decir, antes de la aparición del psicoanálisis se tenía un tabú para los niños y niñas en los cuales se les tocaba muy poco el tema de la sexualidad y haciéndose casi nulos los estudios de esta área, después de esta se concibe que al demostrarle desde la infancia cada uno de los significados de sus partes intimas lo estarías reforzando para futuras adversidades que se pudieran conseguir en el transcurrir de la vida en lo referente a esto.
Según Wielant, (2004) en:
La fase oral (1-2) se introduce una incorporación del yo con sus exigencias. En esta fase se producen experiencias fundamentales de contacto con el desarrollo de sentimientos de confianza o falta de confianza, seguridad sobre la satisfacción de las necesidades, y también en cuanto a la sexualidad, la experiencia importante de ser abandonado o no. (p. 190).
Esta primera fase libidinosa está relacionada con el placer del bebé en el momento de la alimentación , en la que tanto labios como boca tienen un papel preponderante. La satisfacción ligada en un primer momento al acto de comer, adquirirá pronto autonomía, como en el caso del mero chupeteo, y se convertirá a su vez, en el prototipo inicial de toda satisfacción.
Ahora si bien se tiene que a una manera inicial el bebé tiene experiencias placenteras entre lo que pueda conocer de su entorno con algunas partes del cuerpo, este proceso se compondría de algunos elementos o fases como todo proceso biológico por general se compartiría, pudiendo desglosar de una mejor manera el mismo.
Acuerdo con Rubio, (s/f), la sexualidad se compone por cuatro elementos:
1. Aquellos relacionados con ser niño o niña; desde el cuerpo hasta la forma de
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