LOS NIÑOS DE SIETE AÑOS

LOS NIÑOS DE SIETE AÑOS.

El niño de siete años atraviesa prolongados periodos de calma y de concentración, durante los cuales elabore interiormente sus impresiones, abstraído del mundo exterior, es una edad de asimilación, una época en que se sedimenta la experiencia acumulada y se relacionan las experiencias nuevas con las antiguas.

De acuerdo con esto, el niño de siete años es bueno oyendo. Le gusta que le lean; le disgusta todo aquellos que venga a inferir con sus meditaciones; le desasosiega no poder llegar a ninguna conclusión.

Lo siete años es una edad agradable a condición que se respeten los sentimientos del niño.

RASGOS DE MADUREZ: los rasgos de madurez que siguen no deben considerarse como normas rígidas ni como modelos. Sirve simplemente para ejemplificar las clases de conducta deseable o indeseable que tiende a presentarse a esta edad. Cada niño posee un modo individual de crecimiento, que le es único. Los rasgos de conducta aquí delineados se pueden usar para interpretar su individualidad y para considerar el nivel de madurez que ese niño ha alcanzado.

CACRACTERÍSTICAS MOTRICES:

A. ACTIVIDAD CORPORAL: Siete parece menos efervescente que seis pero tiene repentinos estallidos de comportamiento muy activo. Algunos niños son más intensamente activos que a los seis años, en el otro extremo, un pequeño número es mucho menos activo. Quizás los primero movimientos corporales de tipo coreiforme. Siete es más prudente en su manera de afrontar nuevos trabajos.

En sus juegos al aire libre, siete pasa de un extremo a otro. En ocasione se muestra desenfrenado, corre y hace volar un balón de papel que el mismo ha hecho.

Las niñas ocupan su tiempo saltando a la cuerda y jugando a la rayuela pero también encuentra placer en jugar a la casa o recoger flores.

OJOS Y MANOS: A los siete años, la postura es más tensa y unilateral que a los seis. El niño mantiene una misma posición durante un periodo más prolongado, se sienta con la cabeza hacia adelante e inclinada ligeramente hacia el lado no dominante, que es el más tenso y más próximo al cuerpo. Mientras escribe o escucha apoya a menudo la cabeza sobre el brazo libre, posición en la cual incluye a veces uno de los ojos.

EXPRESIÓN EMOCIONAL: De los seis y medio a los siete años, la vida del niño toma un tono más serio, más pensativo. El niño inhibe y se controla más y es más consiente de los demás y de sus relaciones con ellos. Quizás a los seis años le preocuparan el cielo y la muerte, o el bienestar de su madre y el peligro de que la fulminara un rayo o que quedara encerrada en el baño. A los seis y medio, estará presenta en la mente del niño las salud del padre o de los niños de la escuela; pero a los siete el mismo constituye sus principal preocupación. Le preocupa la idea de que el segundo curso

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