La Era Del Vacío

Uno de los puntos que caracterizan la sociedad posmoderna es su obsesión por la información y la expresión, transmitiendo algo que nadie en el fondo está interesado excepto el emisor y el creador. Eso es el narcisismo, la primacía de comunicar sobre lo que se comunica, la indiferencia por los contenidos, el placer de expresarse por sí mismo. Ejemplo: FACEBOOK

En la actualidad no se cree en nada, una ola de deserción en las instituciones religiosas, medios de comunicación y hasta las mismas relaciones entre personas están llenas de un vacío emocional. El hundimiento de los ideales y los valores muestran a la raza humana como una gran paradoja tal como creía Nietzsche. La indiferencia y despreocupación caracteriza a ésta era del vacío como una era individualista. Los ideales y valores sociales declinan y sólo queda el propio interés de lo privado. La indiferencia es por saturación, información y aislamiento, las instituciones lo fomentan dando más y más información que hace crecer el hedonismo.La preocupación es de uno mismo, de modo que los problemas personales toman dimensiones desmesuradas. Se produce entonces una inversión narcisista en el cuerpo a través de prácticas cotidianas: obsesión por la salud, el cuerpo , envejecimiento, masaje en pocas palabras rendir culto al cuerpo. 

Lipovesky, aunque describe un tiempo que avanza a pasos acelerados hacia un futuro atroz, aún no es así y hay gente que mantiene ideales e ideologías. Y eso es importante porque sin ideologías, sin proyectos más allá de mí mismo, nos aislamos y nos preocupamos sólo por nosotros mismos y estamos todo el tiempo buscando como estamos mejor y muchos caen en la solución fácil llamada consumo que el sistema capitalista tanto desea.

La era del consumo genera una diversificación extrema de las conductas y los gustos. Se lleva a cabo una personalización narcisista consistente en la fragmentación disparada del yo, un yo alérgico al esfuerzo y al bienestar común.Las normas se las autoimpone en los regímenes para adelgazar, mantener la línea, la juventud. El problema viene cuando no podemos consumir tanto como nos hemos acostumbrado, se pone en peligro nuestra estabilidad emocional, evidentemente lo único que nos preocupa porque no tenemos proyectos ni ideologías, y nos sentimos vacíos y hundidos. Evidentemente lo que pasa ahora con la crisis económica, es que marca aún más a las clases medias que se han acostumbrado a consumir y a preocuparse solo por sí mismas.

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