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La Inteligencia Social


Enviado por   •  23 de Mayo de 2013  •  877 Palabras (4 Páginas)  •  446 Visitas

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La Inteligencia Social

El descubrimiento más importante de la neurociencia es que nuestro sistema neuronal está programado para conectar con los demás, ya que el mismo diseño del cerebro en tornos sociables, al establecer inexorablemente un vínculo inter-cerebral con las personas con las que nos relacionamos. Ese puente neural nos deja a merced del efecto que los demás provocan en nuestro cerebro y, a través de él, en nuestro cuerpo o viceversa. Esto revela las claves neurológicas de las relaciones humanas y explica que estamos “programados para conectar” con los demás y que las relaciones interpersonales tienen un impacto muy profundo en nuestras vidas. Los seres humanos tenemos una predisposición natural hacia la empatía, la cooperación y el altruismo y por lo tanto necesitamos desarrollar la inteligencia social.

Cabe referir que, las relaciones interpersonales poseen un impacto biológico de largo alcance porque afectan a las hormonas que regulan tanto nuestro corazón como nuestro sistema inmunológico, de modo que las buenas relaciones interpersonales actúan como las vitaminas fortaleciendo al ser humano.

Goleman (2006), define la inteligencia social como la capacidad humana para relacionarse. Desde una perspectiva evolucionista, la inteligencia se encuentra entre esas capacidades humanas que han ayudado a nuestra especie sobrevivir. El cerebro social se desarrolló muchísimo en las especies de mamíferos que viven en grupo, perfeccionándose como un mecanismo de supervivencia. El cerebro social y por ende la inteligencia social se desarrolló para enfrentar los desafíos que enfrentaban en grupos primates: quien es el macho alfa, con quien se puede contar para la defensa, a quién debe uno agradar y cómo. En los humanos, nuestra necesidad de coordinar, cooperar y también competir impulsó la evolución de nuestro tamaño cerebral y de la inteligencia en general.

Por su parte, Oñate (2009), señala “estamos sumidos en un diálogo inconsciente con las personas que nos relacionamos, sintonizando nuestros sentimientos con los suyos. Nuestra vida mental es una co-creación, una matriz de la relación interpersonal” (p.4). Es así, como la conciencia social refiere a la capacidad para ser sensible al estado interno de otra persona, para percibir las señales emocionales no verbales y para comprender sus sentimientos, pensamientos e intenciones.

El conocimiento social es el conocimiento sobre cómo funciona el mundo social. Las personas que poseen conocimientos social saben que se espera en casi cualquier situaciones social y su son adeptos a la semiótica, decodifican las señales sociales que revelan, por ejemplo, quien es la persona más poderosa de un grupo.

La aptitud social permite establecer interacciones efectivas, tomar en cuenta las necesidades de los demás y actuar en consecuencia. No es suficiente tener conciencia social, es decir, percibir como se sienta otra persona o saber lo que pueda o cuál es su intención sino es necesario aprender a construir interacciones fluidas y eficaces. Las personas aprenden a presentarse, a ejercer influencia sobre otros y, a preocuparse por las necesidades de los demás y actuar en consecuencia. Las personas que saben presentarse suelen tener carisma y un don de expresividad que atrae a los demás. Las personas que saben cómo ejercer influencia son capaces de hacer que la gente les obedezca, cómo resolver y hasta cómo evitar un conflicto.

En este sentido, Oñate (2009), relata cómo los seres humanos hemos sido incapaz de cooperar y abstenerse del comportamiento inhumano. Hemos demostrado que somos capaces de infligir destrucción y sufrimiento a gran escala, es por eso que requerimos de la Inteligencia Social, necesitamos:

1. Dirigentes representativos de una elevada inteligencia social. Necesitamos en particular, líderes capaces de articular una visión positiva de desarrollo y progreso, aunque no nos haga a todos felices. Necesitamos dirigentes que apelen a lo mejor que llevamos dentro y nos inviten a crecer como individuos y como sociedad, en lugar de líderes que conspiren con nuestros miedos primordiales y nuestra codicia egoísta.

2. Un sistema educativo que honre

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