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Ensayo Inteligencia Social


Enviado por   •  16 de Enero de 2014  •  2.616 Palabras (11 Páginas)  •  371 Visitas

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INTELIGENCIA SOCIAL

Para comprender de una manera más amplia el concepto de inteligencia social se hace necesario detenernos en entender el significado de INTELIGENCIA SOCIAL; Es así que la inteligencia (del latín intellegentĭa) es la capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas. El Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española define la inteligencia, entre otras acepciones como la «capacidad para entender o comprender» y como la «capacidad para resolver problemas».

La inteligencia parece estar ligada a otras funciones mentales como la percepción, o capacidad de recibir información, y la memoria, o capacidad de almacenarla. Ahora bien la Socialización es un proceso de influjo entre una persona y sus semejantes, un proceso que resulta de aceptar las pautas de comportamiento social y de adaptarse a ellas.

Este desarrollo se observa no solo en las distintas etapas entre la infancia y la vejez, sino también en personas que cambian de una cultura a otra, o de un status social a otro, o de una ocupación a otra.

La socialización se puede describir desde dos puntos de vista: objetivamente; a partir del influjo que la sociedad ejerce en el individuo; en cuanto proceso que moldea al sujeto y lo adapta a las condiciones de una sociedad determinada, y subjetivamente; a partir de la respuesta o reacción del individuo a la sociedad.

Relacionando estos dos términos podríamos decir que la inteligencia social o también llamada cerebro social hace referencia a la capacidad que tiene una persona de generar empatía con sus pares, de tratarse y llevarse bien con la gente que lo rodea, la capacidad de optimizar al máximo las relaciones sociales; ésta es una competencia altamente desarrollada en políticos, oradores, grandes vendedores y es un elemento fundamental para el éxito en la vida. Este tipo de inteligencia permite intuir que siente la gente en cada momento, que necesita, cómo se comporta y que espera de nosotros, además permite sacar provecho de ello para el beneficio propio y de los otros. La inteligencia social hace parte del capital social de cualquier organización, es aquella que impulsa al desarrollo de cada individuo en un contexto benéfico para el contexto en él se desenvuelve.

Desde la perspectiva evolucionista, la inteligencia es una de las capacidades humanas más importantes, que han ayudado a la supervivencia de nuestra especie. La inteligencia social tuvo desarrollo también en los mamíferos que viven en grupo, utilizándolo como un mecanismo de defensa, por lo tanto, ésta inteligencia se utilizó para enfrentar desafíos en grupo; quien es el macho alfa, a quien debe uno agradar, quienes defienden, entre otros... En los humanos la necesidad de coordinar, cooperar y competir, impulsó a que nuestro tamaño de inteligencia social y en general tomará un rumbo positivo por tanto que evolucionara.

La teoría de Freud partía de una concepción del infante humano centrada en sí mismo, así como de la fuerza pulsional como bagaje innato. Freud, al igual que Piaget, tenía un modelo de psiquismo infantil "de dentro a fuera" y el bebé pasaba por una etapa de narcisismo y autoerotismo antes de dirigir su libido hacia el otro. Pero el psicoanálisis posterior fue haciendo cada vez más aportaciones que implicaba un cambio de enfoque. Ya en 1944, Fairbairn (citado por Bleichmar y Leiberman, 1989) planteó que el infante no busca al otro para satisfacer una necesidad fisiológica, sino que hay una necesidad directa, previa, del otro, y es en esa relación donde se modulan las pulsiones. A partir de ahí, la literatura psicoanalítica ha sido rica en aportaciones sobre funciones específicas que el otro significativo tiene en el desarrollo del psiquismo incipiente del bebé.

El dominio de las relaciones sociales se origina desde que se reciben los primeros cuidados por parte de la madre o de los primeros cuidadores. A los dos años los niños comienzan a ser conscientes de su identidad separada del otro y continúan desarrollando esta distinción hasta los 5 años, durante esta etapa se comienza a manifestar no sólo la necesidad de relacionarse y jugar con los demás, sino que también comienza a manifestarse el sentido de la autonomía y la iniciativa. Por ello es importante comenzar la educación dirigida y enfocada especialmente hacia la inteligencia social desde edad temprana, con el fin de comenzar a fomentar el conocimiento social desde sus orígenes y así lograr una mejor manipulación de las habilidades que lo relacionan con el otro, fomentar la capacidad para relacionarse en todos los entornos, relacionarse con los familiares más cercanos e ir comunicándose con las demás personas, ampliar el conocimiento y asì, generar inteligencia social.

Daniel Goleman, un psicólogo estadounidense trata ampliamente el tema de la inteligencia social, definiéndola como la capacidad humana para relacionarse, remontándose a nuestro pasado y a el proceso evolutivo del que provenimos, Goleman se refiere al cerebro como una red de comunicaciones sociales, en la que desde los animales se empieza a desarrollar esa capacidad grupal como un mecanismo de supervivencia, para enfrentar en grupo los desafíos de la vida diaria, caracterizándose siempre una red social en la que cada individuo tiene una labor y todos son liderados por un animal alfa; al extrapolar eso a las relaciones del ser humano se hace evidente que para un líder es imperativo tener inteligencia social, no solo para sortear los problemas de la mejor manera para todo su grupo, sino para lograr establecer conexiones sociales fructuosas a la hora de generar resultados exitosos.

En el contexto de un líder con habilidad social, aparece el término de “neuronas espejo” que se refiere a la capacidad de adoptar conductas y respuestas gracias a la observación de otros, esto es indispensable para el aprendizaje y le dan a las emociones la capacidad de contagiarse y la fluidez necesaria que le dan a una persona con inteligencia social la capacidad de vislumbrar y anticipar las sensaciones de otros sin necesidad de que estas sean expresadas, generando de esta manera un tejido de redes invisibles con los demás. Se debe tener en cuenta que, la habilidad social depende de las “neuronas espejo”, por lo tanto hay que hacer mucho énfasis en esta categoría ya que todas las emociones que los humanos sentimos en cada momento son sociales a pesar de no ser expresadas hacia otros individuos porque las relaciones sociales que se presentan se transportan por las emociones. Estas redes llevan a la sintonía y empatía con los sentimientos, expectativas y sensaciones de las demás personas por medio de la decodificación

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