La Maestria Del Amor
sara.ya16 de Marzo de 2015
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La maestría del amor
El contenido de la primera parte del presente libro, es muy similar al de los cuatro acuerdos que leímos anteriormente.
Todos tenemos el don de ser maestros por el hecho de que dirigimos nuestra vida y tenemos el poder de crear muchas cosas, como la manera de ser, actuar o pensar.
Tenemos tanto poder, que nos convertimos en maestros de lo que creemos ser, a excepción de la etapa de la niñez como el único momento en que no nos importa mucho cuando tenemos un problema, ya que nuestra mente suele ir mas allá y se nos olvida con facilidad cuando hay un conflicto. En cambio cuando se es mayor, se trata de evadir con otro tipo de pensamientos, haciendo o queriendo que se olvide, pero después estos regresan y si eres incapaz de enfrentarlos, entonces corres el riesgo de acostumbrarte a “evadir” las cosas que te causan enojo, sin embargo este casi siempre volverá cuando lo recuerdes.
Por lo general, la opinión de las demás personas son muy importantes, y se crece pensando que estas deben de estar siempre presentes y muchas veces las opiniones que nos da la gente no son para nada buenas, pero nos las creemos porque así es como estamos acostumbrados y educados, así estas mismas nos traen por consecuencia conflictos internos, es por esto que la adolescencia es muy difícil, ya que en esta atapa es común el querer complacer siempre a alguien, aunque esa no sea tu forma de ser, de esta manera se tiende hacia la simulación para poder agradarle a alguien, esto hace que se tengan distintas formas de ser en la casa, la escuela, el trabajo o con amistades.
La pérdida de la inocencia puede llegar pronto, por simple hecho de que somos emocionales y entonces cuando alguien nos hace algo malo creemos que ya no debemos confiar en eso, por lo que nos retiramos, nos alejamos o simplemente empezamos a guardarnos las cosas y de ahí viene la timidez que una persona pueda tener, esta misma situación afecta porque como tenemos guardado todo lo que ya no pudimos decir solemos estar en un juego de ping- pong y echarle la bolita siempre a alguien más, porque queremos deshacernos de todo lo malo que tenemos, pasándoselo a alguien más y este a su vez hace lo mismo, haciendo un juego de nunca acaba, incrementando cada vez ese veneno que nosotros mismos creamos haciendo con esto que no nos podamos perdonar.
De esta manera, como la mayoría sufre una especie de domesticación, nos castigamos a nosotros mismos recordando todo lo que nos hace mal, Pero lo que no logramos entender los seres humanos es que ninguno es perfecto y que por más que queramos hacer las cosas, siempre va a existir una situación imperfecta porque realmente la perfección no existe.
Lo que realmente tenemos que hacer es controlar el veneno que nos crean situaciones malas y aprender a deshacernos de él, para que deje de afectar a nuestra vida y a la de los que afectamos, esto hará que podamos sentir amor y paz.
Otra de las cosas de las que se exponen, es que no debemos depender de nadie, nosotros somos capaces de crear nuestra propia felicidad y no está bien responsabilizar a alguien de nuestra felicidad, ya que cada uno es dueño de sus propias cosas, pues no es lo mismo ser feliz que brindar parte de tu felicidad a alguien más y que puedes contagiar a alguien de ella, pero jamás debemos de dejar que nuestra felicidad nos la provoque alguien, la mente es tan poderosa que nosotros mismos somos capaces de brindárnosla y de mantenerla o hacerla cada vez más grande por el resto de nuestras vidas.
No es lo mismo la palabra “amor” en una relación amorosa, que en la familia y los amigos, cada cosa tiene diferentes formas de percibirse, pues el amor no solo es el que se tiene una pareja, el amor va más allá de cualquier tipo particular en ese sentido.
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