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La Transferencia

jones2126 de Octubre de 2012

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TRANSFERENCIA Y SUGESTION (Psicoanálisis y Psicoterapia)

Clase dictada en Tres Arroyos el 2/6/2007

1) El ámbito de pertinencia de los términos : dos tesis

Los dos términos que componen el título, “transferencia” y “sugestión”, se usan y han sido usados para designar los efectos que resultan de la influencia de una persona sobre otra, en particular en la relación llamada terapéutica, y por ello con el acento de una influencia benéfica, o al menos de intención benéfica. En su uso, comúnmente, se identifican y hasta se confunden. Otro tanto ocurre con la otra pareja de términos, del subtítulo, “psicoterapia” y “psicoanálisis”.

La observación de la importancia que adquiere la relación personal entre el médico y su paciente (ahora entre el psicoterapeuta y su paciente) es tan antigua como se la pueda demostrar, pero el término “sugestión” sólo cobra relevancia para designarla en el último cuarto del siglo XIX, en el ámbito de la clínica neuropsiquiátrica francesa, y prontamente articulado con una nueva práctica llamada “psicoterapia”. Luego, también, en el ámbito sociológico. El término “transferencia”, en cambio, se debe a Freud, quien lo propone hacia la primera década del siglo XX para un nuevo campo recientemente fundado por él y llamado desde entonces “Psicoanálisis”.

Durante su formación, cuando decide abandonar la investigación en neurofisiología en laboratorio para intentar la práctica médica con las enfermedades llamadas nerviosas, Freud se encuentra con el término “sugestión” en boca de otro médico, Bernheim, para quien el término intentaba explicar uno de los factores eficaces en la terapéutica médica y el principal factor psíquico eficaz en las psiconeurosis. De hecho, a su regreso de Francia, Freud traduciría y prologaría el libro de Bernheim sobre “La sugestión y sus aplicaciones terapéuticas”(1888). Poco después Bernheim publicaría “Hipnotismo, sugestión, psicoterapia” (1891). Y ese fue, efectivamente el orden. El hipnotismo había recobrado vigencia de la mano de Charcot y su Escuela de París, con sus estudios sobre la histeria, y en especial al servicio de la investigación en ese campo que podríamos llamar neuropsiquiátrico. Bernheim, en Nancy, comenzó a utilizar la hipnosis para influir sobre enfermedades tanto de base claramente orgánica como para aquellos estados nerviosos cuya base orgánica no parecía comprobable. En ese camino hace notar que la base de la acción eficaz de la hipnosis era la posibilidad de cierta influencia psíquica sobre el enfermo a la que denominó “sugestión”. Luego postuló que podía prescindirse de la hipnosis siempre que se conservara aquel factor de influencia por otros medios. Pasó, entonces, de la hipnosis a la sugestión directa, y llamó al tratamiento sugestivo “psicoterapia”. Para la misma época en el campo sociológico la noción de sugestión pasó a explicar ya no el influjo simplemente de un hombre sobre otro sino los llamados “efectos de masas”(Le Bon), que Freud tomaría en cuenta en 1920 para su “Psicología de las masas y análisis del yo”.

Freud utiliza en un principio clínicamente la hipnosis, que luego abandona por la sugestión directa (el “apremio”), a pesar de sus iniciales reparos teóricos, terapéuticos y éticos: teóricos, al cuestionar el que sea un término explicativo último y fuera de toda explicación; terapéuticos, por el hecho de que su eficacia sea parcial y poco duradera; y éticos, por el uso autoritario del poder que conlleva.

El término “transferencia” sólo surgirá después de que Freud proponga un nuevo método terapéutico ligado a una nueva concepción sobre la causa de los síntomas psiconeuróticos. Es en la vía de solucionar (término que en Freud connota tanto el saber sobre la causa de los síntomas como su terapéutica) los síntomas que Freud plantea su concepción del inconciente y la represión en la base de los síntomas, y el método llamado de “asociación libre”. Este método supone, entre otras cosas, la búsqueda de representaciones reprimidas más allá de las resistencias que se oponen a su develamiento. La acción del analista es designada básicamente como interpretación que sacaría a la luz esas representaciones a partir del discurso del paciente en tanto despojado de las ataduras de la comunicación convencional.

Ahora bien, este método supone, en su cumplimiento por parte del paciente, cierta confianza básica, que Freud da por descontada. Sólo cuando la relación con el analista presenta ciertos fenómenos que obstaculizan el tratamiento es que él se detiene a considerar con más cautela los resortes de tal relación y por esa vía proponer un nuevo término, el de “transferencia”, destinado en principio a diferenciarse de aquel de la “sugestión”, del mismo modo que propone el de Psicoanálisis como diferencia de la Psicoterapia.

Propuse hace poco en otra conferencia dos tesis: 1) que Freud introduce la noción de transferencia en la vía de construir un concepto que a) dé cuenta de las condiciones de posibilidad de los fenómenos de sugestión. b) permita concebir una operatoria que, en la relación analítica, vaya más allá de la sugestión. (Se trata de un proyecto que responde, se ve, a un triple interés: epistémico, clínico-terapéutico y ético).

2) A falta de una demostración rigurosa de que el Psicoanálisis no opera por sugestión, sí puede demostrarse lo que se gana, epistémica y clínicamente, proponiendo y poniendo a trabajar el concepto de la transferencia. En principio trabajaré en dirección a la primera tesis.

2) Las preguntas y respuestas de Freud en la época freudiana de la psicoterapia

1880-1930

En 1904 Freud pronuncia su última conferencia exclusivamente dirigida a un público médico, bajo el nombre de “Sobre psicoterapia”. En un primer momento de la conferencia une estratégicamente sus argumentos a Bernheim en defensa de la posibilidad de la psicoterapia en el campo médico. Su argumentación es magistral. Siendo que toda relación terapéutica se apoya en “un factor dependiente de la disposición psíquica que hemos aprendido –dice- con la Escuela de Nancy, a llamar ´sugestión´”, y que este factor se muestra relevante en toda acción médica, especialmente en el tratamiento de ciertas enfermedades llamadas psiconeurosis, y siendo un factor ineliminable, no se trata de aceptar o no la existencia de la psicoterapia. Esta existe por obra y gracia de la voluntad del enfermo. De lo que se trata es de si el médico acepta encarar un estudio de este factor para una utilización racional del mismo o no. Esta es la propuesta de una Psicoterapia Científica.

En una segunda parte de la conferencia Freud abandona a Bernheim para separar su propio procedimiento, el psicoanalítico, de la psicoterapia y su operatoria puramente sugestiva. Distingue entonces al Psicoanálisis por tres puntos básicos que no dudará en retomar a lo largo de su obra: su procedimiento es 1) de más amplio alcance e implica una mayor transformación en el paciente; 2) más allá de la terapéutica, nos instruye sobre la génesis y la conexión de los fenómenos patológicos. 3) Nos procura un saber sobre las otras formas de influjo terapéutico.

Esta distinción es retomada más sistemáticamente en sus Conferencias de Introducción al Psicoanálisis (1916), la Nº27 “La transferencia” y la Nº28 “La terapia analítica”. Allí básicamente sitúa la distinción en función de los siguientes caracteres:

. La Terapia Sugestiva (Ts) opera per via di porre, oculta, encubre, especialmente las resistencias. La Terapia Psicoanalítica(Tp) actúa per via di levare, devela, pone a la luz las resistencias, vía por la cual Freud detecta la presencia del trabajo represivo.

. La Ts se despreocupa por el origen, fuerza y sentido de los síntomas. Para la Tp esta preocupación etiológica y clínica es esencial.

. La Ts se inscribe en un proyecto puramente terapéutico. La Tp forma parte de un proyecto triple, clínico-terapéutico, epistémico y ético.

. La Ts funciona como una cosmética. La Tp como una cirugía.

. La Ts implica una modificación superficial en lo actual del problema. La Tp formula una modificación duradera y comprehensiva.

Destaco básicamente 6 preguntas que Freud se plantea e intenta resolver ligadas a nuestro tema en cuestión. Se hallan diseminadas a lo largo de textos que van entre 1904 y 1916: “Sobre Psicoterapia”, “Psicoterapia, tratamiento por el espíritu”, “Sobre dinámica de la transferencia”, “Recordar, repetir, elaborar”, “Nuevas puntualizaciones sobre el amor de transferencia” y las Conferencias 27 y 28 ya citadas.

1) ¿Cómo es posible la sugestión y por qué vías se realiza su poder?

2) ¿Por qué la transferencia se presenta con más fuerza y alcance en las personas en análisis que bajo otros tratamientos (y, diríamos, en otros sectores de la vida corriente?

3) ¿Por qué la transferencia, que es un factor de éxito en otros campos de la acción humana, se presenta en el análisis como un obstáculo, en su faz de resistencia?

4) ¿Por qué, sin embargo, esta presencia resistencial de la transferencia resulta necesaria en el camino a la curación?

5) Si al fin hay que reconocer un factor eficaz en psicoanálisis como sugestión, ¿qué se gana con la gran elucubración teórica que propone

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