Transferencia

La Transferencia

Primero es necesario hacer un breve recorrido histórico en relación al concepto de transferencia.

Ya desde la ciencia de los sueños Freud explica como el sueño se apodera de los restos diurnos para montarlos con un valor distinto al de su primera emergencia. Por primera vez Freud habla de transferencia de sentido, de desplazamiento, de utilización por el deseo de formas ajenas a él a las que dota de una nueva significación. Esto es muy importante, porque nos muestra cómo el deseo toma disfraces, permaneciendo inconsciente, e igual se expresa apoderándose de representaciones que son inofensivas para la conciencia.

A partir de Dora emerge la significación precisa de la transferencia, la transferencia como concepto clínico: Como reedición sobre la figura del analista. A partir de este caso (1901/05) Freud va a decir que la transferencia son reediciones de las mociones y fantasías que a medida que el análisis avanza despiertan y se hacen conscientes, y lo característico es la sustitución de una persona anterior por la persona del medico. Vivencias que no son revividas como algo pasado sino como “vínculo actual”, con un “poder actual”.

En 1912, en Sobre la dinámica de la transferencia Freud dirá que todo ser humano por efecto de sus disposiciones innatas y los influjos que recibe en su infancia adquiere una especificidad determinada para el ejercicio de su vida amorosa. Esto da como resultado un clisé que se repite a lo largo de la vida. Freud evoca la repetición en este texto, cada individuo tiene una placa estereotipada de la cual saca ejemplares indefinidamente y la transferencia es el momento en que el psicoanalista es captado en esos estereotipos, el momento en que la carga libidinal introduce al medico en una de estas series psíquicas que el paciente ha formado. Aquí podemos pensar el término de Imago, el médico es introducido en una serie y puede ser identificado al Imago materno, pero también al Imago paterno, del hermano o al de un varón.

Freud introduce en ese momento la distinción entre la transferencia negativa y la transferencia positiva, si es negativa, eso no es psicoanálisis, es mejor que sean positiva y dentro de ella distingue una de tipo erótico que es mejor proscribir y una tierna que es la que hay que apoyar, la cual permite operar sobre el paciente por sugestión que Freud denomina la forma de influenciar a una persona mediante los fenómenos transferenciales posibles en su caso.

En Puntualizaciones…(1914) Freud va a decir que la resistencia se vale de ese enamoramiento, impuesto por la situación analítica, él medico debe discernir esto, para impedir el trabajo de la cura y dice que el analista jamás debe aceptar la ternura que se le ofrece, ni responder a ella, la cura se realiza en la abstinencia, no en el sentido de la privación corporal, hay que dejar subsistir en el enfermo la necesidad y añoranza como unas fuerzas pulsionales del trabajo y guardarse de apaciguarlas por subrogados. Si éste amor es correspondido la paciente habrá conseguido actuar, repetir en la vida algo que debía recordar, es decir reproducirlo como material psíquico y conservar en un ámbito psíquico.

Retomando a Miller en el Recorrido de Lacan, éste va a decir Miller, introduce una función inédita en Freud, la del Sujeto Supuesto al Saber, (sirve para entender lo del Agalma de Sócrates) que es el pivote con respecto al cual se articula todo lo que tiene que ver con la transferencia, donde en un primer momento se creyó que el analizante comienza suponiendo que el analista detenta el saber que le concierne, progresivamente descubre que no es así, pero el analista se establece sobre la base de esa suposición. Y plantea que en un primer momento la transferencia aparece para Freud como un obstáculo que tiene función de tapón sobre las asociaciones del Inc. Pero su emergencia señala que los procesos inconscientes se activaron, por eso Freud aconseja que se comience a interpretar cuando comienza la transferencia. A esto Lacan agrega que la emergencia de la transferencia en la cura es testimonio de la puesta en acto del inc, y esta es una de las definiciones lacanianas de la transferencia, ésta es la puesta en acto de la realidad del inconsciente. Además asimila la transferencia a un tiempo de cierre del inconsciente, esta es la ambigüedad de la transferencia, ya que el análisis se hace gracias a ella y a pesar de ella. Se ven así dos aspectos de la transferencia el de repetición y el de la resistencia.

Si bien el analista es llamado a ocupar ese lugar, al cual es dirigida una pregunta, no debe dejarse engañar por este efecto (de SSS), no debe identificarse con él, si lo hace la situación analítica se mantendría estructurada por el discurso amo. Debe ser el mensajero de la falta, del no saber. De aquí surgirá la demanda del analista, que ante la demanda de ¿Quién soy, cuál es mi verdadero deseo?, Ofrecerá el siga hablando, con lo esencial de su silencio posibilitará el despliegue de la palabra.

Lacan va a tomar el Banquete para situar el amor de transferencia, y lo que ocurre en la relación analítica entre analista y analizante. Este dialogo de Platón se divide en dos partes, una primera donde discurren los distintos personajes y sus discursos en donde se propone hacer un elogio al dios Eros, aparecen asi: Fedro, Pausanias, Erysimaco, Arisófanes, Agathon y Socrates. Es interesante porque Sócrates dice no saber nada salvo del amor, se presenta como teniendo un saber sobre el amor, pero cuando se trata de decir su saber pasa la palabra a Diotima, su maestra en el amor la cual señala varios postulados:

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