La evaluación de la personalidad
Taferio5 de Junio de 2015
710 Palabras (3 Páginas)218 Visitas
La evaluación de la personalidad, surge entonces como un modo de conocer el
funcionamiento psicológico de las personas, a través de “métodos que nos permiten
aclarar y descubrir en sus detalles, o sea, objetivar, la organización dinámica de la
psique humana” (Hiltmann, H., 1962, Pág. 11).
De esta manera, se puede decir que la evaluación de la personalidad consiste en
“una serie de actividades de exploración, medida o análisis de comportamientos o
fenómenos psicológicos relativos a un sujeto, o grupo especificado de sujetos, y que ello
se realiza mediante un proceso de indagación y toma de decisiones” (Fernández-
Ballesteros, 1998-99, Pág. 26).
En general, la evaluación de la personalidad abarca una gran cantidad de aspectos
del sujeto. Millon (1984) distingue entre atributos estructurales y atributos funcionales.
Los primeros se refieren a aquellos atributos del sujeto que son más o menos estables y
permanentes, es decir “los substratos cognitivo-afectivos y las disposiciones para la
acción de naturaleza cuasipermanente” (Millon, 1984, Pág. 127), entre ellos, los más
relevantes para la evaluación de la personalidad son: la autopercepción, la configuración
internalizada y la organización intrapsíquica. Los atributos funcionales consisten en
aquellos atributos relacionados con la interacción entre el sujeto y su medio externo, o sea
“modos expresivos de la acción regulatoria, es decir, conductas, cogniciones,
percepciones, afectos y los mecanismos que gobiernan, ajustan, transforman, coordinan,
equilibran, descargan y controlan el toma y daca entre la vida interna y externa” (Millon,
1984, Pág. 126), entre los cuales destacan para los objetivos de evaluación, la presentación
conductual, la conducta interpersonal, el estilo cognitivo, la expresión afectiva y los
mecanismos inconscientes.
Por su parte, Fernández-Ballesteros (1998-99) plantea que los objetivos de la
evaluación de la personalidad y qué es lo que se mide en ella, varían según el modelo
desde el que se realiza dicha evaluación; es así como la autora distingue cinco modelos, a
saber, el modelo del atributo, desde el que se pretende encontrar las características
psicológicas y psiquiátricas básicas y distintivas de los seres humanos, y cuyo objetivo es
13
predecir la conducta en distintos contextos (situaciones clínicas, laborales o escolares); el
modelo dinámico, desde donde se pretende analizar el mundo inconsciente de las
personas, y sobre la base de ello explicar su comportamiento; el modelo médico, desde el
cual se estudia a los sujetos con trastornos de conducta y cómo pueden ser clasificados en
categorías consideradas como “enfermedades mentales”, por lo que el objetivo es la
explicación de la conducta anormal, llegar a un diagnóstico, ayudar a un pronóstico y al
control de la patología; el modelo conductual, que pretende un análisis científico de las
respuestas observables de un sujeto y los estímulos que las mantienen, y cuyo objetivo
consiste en describir, predecir, explicar y controlar el comportamiento; y finalmente el
modelo cognitivo, desde el que se evalúan estructuras internas, mentales, enfatizando los
procesos cognitivos que median entre el estímulo y la respuesta (Fernández-Ballesteros,
1998-99).
A pesar de las distinciones expuestas anteriormente, se puede decir, según la
misma autora, que la evaluación de la personalidad en general pretende el estudio de
características psicológicas, entidades nosológicas y constructos dinámicos, y que todos
los modelos señalados “persiguen
...