La ira y la agresividad

1. La ira y la agresividad provoca en las personas diversas manifestaciones a nivel neurofisiológico, cognitivo y conductual. ¿Cuáles son esas manifestaciones y cuáles estrategias propone para que se puedan gestionar de mejor manera?

El vínculo entre la ira y la agresión depende de aprender a controlar las emociones negativas sin recurrir a la violencia verbal o física. Indicaciones físicas de ira incluyen aumento del ritmo cardíaco y la respiración el cuerpo también libera adrenalina para hacer frente a una situación considere amenazante. Una de las estrategias y creería que es la más importante los tratamientos psicológicos para la ira y la agresividad Dirigidos al control fisiológico a través de técnicas de relajación, Control de las cogniciones centrado en el uso de auto instrucciones y la reestructuración cognitiva, otra manera de reducir la ira y la agresividad es hacer  métodos para relajar y  bajar tención y el enojo La meditación, el yoga o el taichí son prácticas que se basan en enfocarse, liberar la mente y controlar la respiración, el ejercicio físico tan bien ayuda a eliminar la ira y la agresividad de manera natural, tan bien practicando el boxeo o algún arte marcial camina o montar bicicleta ayuda en algún   episodio de ira y agresividad.

    2.  Un estresor es definido como cualquier cosa que aleja al cuerpo del estado de balance homeostático y, la respuesta al estrés es el intento del cuerpo por restablecerlo. Explique desde la psicobiología ¿Qué pasa en el organismo cuando se rompe ese balance homeostático debido al estrés?

Podemos ocasionar un desequilibrio de los estados fisiológicos esenciales ocasionando un desastre para nuestro organismos nuestra temperatura puede bajar como subir demasiado experimentando un la hipotermia o un golpe de calor que pueden llegar hacer potencial mete mortales, si nuestro cuerpo no logra mantener el equilibrio energético puede llegar a desarrollar obesidad o diabetes,  si el balance hídrico se convierte en un problema, puede deshidratarse o hiperhidratarse, ambos muy peligrosos cuando son extremos.

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