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Las Emociones


Enviado por   •  14 de Enero de 2013  •  1.178 Palabras (5 Páginas)  •  325 Visitas

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LA REGULACIÓN DE LAS EMOCIONES. ENSEÑARLE A SABER MANEJAR SUS EMOCIONES

Regularse emocionalmente significa evaluar y modificar las reacciones emocionales, especialmente su intensidad y su mantenimiento en el tiempo, con la finalidad de atender a determinados objetivos.

No se trata de eliminar el malestar que nos ocasiona un acontecimiento determinado, sino saber manejar dicha emoción para que no sea tan intensa y duradera y así nos permita manejar adecuadamente nuestros comportamientos.

La regulación de las emociones negativas tiene implicaciones importantes para el funcionamiento social de las personas.

Pongamos por ejemplo que un compañero de trabajo nos critica un proyecto que no hemos hecho adecuadamente. En ese momento podemos enfadarnos de una forma muy intensa. Dicha emoción impide que podamos resolver los problemas que tenemos con los demás, simplemente dejaríamos de hablarle. En el caso de saber manejar adecuadamente la emoción que nos produce la crítica y mantener nuestro enfado en un nivel menos intenso, no nos sentiríamos tan desbordados.

Hay niños más reactivos que otros y que experimentan más emociones negativas que otros, por ejemplo desde muy pequeños observamos cómo hay niños con una mayor tendencia a experimentar ansiedad o enfado que otros.

El hecho de que un niño sea altamente reactivo puede hacer que necesite más la asistencia de sus cuidadores para que le ayuden a saber regularse emocionalmente. Los niños más reactivos emocionalmente tienen estrategias de autorregulación emocional menos eficaces. Su temperamento afecta a la intensidad de la emoción y por consiguiente a la estrategia de autorregulación menos eficiente. Por ejemplo los niños más miedosos tienen reacciones más intensas y recurren a estrategias más pasivas y dependientes. La disponibilidad del adulto para enseñarle estrategias más autonomas y sofisticadas ayuda al niño a controlar más eficazmente su miedo.

Por ejemplo, un niño puede ser más miedoso que otro y llama a su madre cada noche para que la presencia de su madre le calme. Su madre puede acude a consolarle pero ha de enseñarle estrategias para que el niño sepa manejar su miedo (por ejemplo enseñarle a distraerse con sus juguetes o distrayendo su atención), puesto que de no ser así, el niño dependerá (usará estrategias dependientes como esperar que su madre le atienda física o verbalmente) para calmarse.

Es importante tener en cuenta el temperamento del niño para ajustar como padres las estrategias de enseñar la regulación de las emociones. Cuando las madres participan activamente enseñando al niño el manejo de sus emociones, estos aprendes estrategias de autorregulación emocional más sofisticadas. La inducción parental en edades posteriores, incluso en la adolescencia aumenta en el niño su sensación de competencia y el rendimiento académico.

El uso de estrategias autónomas se asocia con una menor intensidad del malestar en niños. No se trata, y esto es muy importante, de suprimir las emociones negativas del niño, sino ser capaz de ajustar y alterar de forma flexible su estado emocional.

Los dos primeros años de vida suponen un punto clave para el aprendizaje y el paso de unas estrategias más rudimentarias de control emocional a unas más autónomas fruto de desarrollo de mecanismos cognitivos, atencionales y lingüísticos necesarios para la capacidad de regulación emocional.

El niño, gracias a la ayuda de su madre, puede aprender a utilizar estrategias más activas en presencia o en ausencia de esta. Son los padres los que han de adaptarse a las respuestas emocionales del niño, sean estas muchas o pocas, para poner en marcha estrategias adecuadas para enseñarle a regularse emocionalmente.

Un niño que no aprende a regularse emocionalmente de una forma adecuada, con el paso de los años irá aprendiendo de una forma disfuncional.

REGULACIÓN EMOCIONAL

La mayor parte de los investigadores consideran que la regulación emocional es una función ejecutiva. Desde el punto de vista biológico, una emoción es un conjunto de reacciones fisiológicas a un estímulo. Esas reacciones son automáticas, inconscientes y fruto de un tratamiento neuronal. Es un modo de evaluar las situaciones internas y externas. Nos informan de nuestras necesidades, nuestros miedos, de nuestras relaciones. Como dice Fortin: “las emociones nos indican el estado de nuestro organismo como los cuadrantes del coche nos informan de su funcionamiento”. Dan color a la vida, despiertan energía, favorecen la adaptación.

Los centros del aprendizaje y de las emociones están muy próximos. El alumno memorizara y utilizará más fácilmente un conocimiento que tenga una resonancia emocional. Por eso es tan útil la motivación y la implicación personal en el aprendizaje. Por el contrario, si un niño se siente amenazado por algo, o esta furioso, la calidad del aprendizaje disminuye.

Las investigaciones psicológicas habían hecho pensar que sólo la inteligencia y el estatus económico permiten predecir el éxito escolar. Los estudios actuales nos dicen que el influjo de estos elementos sobre la continuación de los estudios está entre el 10 y el 10% (Association Candienne de Psychology, 2004). La inteligencia emocional que se expresa por la conciencia de los sentimientos propios y ajenos, la gestión de las emociones fuertes, el control de la impulsividad y el nivel de adaptabilidad (que hace referencia a la flexibilidad y a la capacidad de resolver problemas), contribuye grandemente al éxito escolar. Por ejemplo, la decisión de abandonar los estudios puede estar motivada por una ruptura amorosa (lo que pude implicar una gestión deficiente de una emoción fuerte) o por el hecho de no poder tolerar la presión ( lo que implica un bajo nivel de adaptabilidad).

La regulación de las emociones implica el recurso a estrategias que aumenten, mantengan o reduzcan alguno de los componentes de la respuesta emocional. Son procesos de evaluación, autovigilancia y gestión de las reacciones emocionales, con el objeto de ajustarse a la situación y alcanzar los objetivos. Tiene lugar entre el suceso que desencadena la emoción y la respuesta conductual. La capacidad de inhibición permite tener tiempo para una discusión interna y anticipar la reacción mas adecuada a la situación.

Barkley considera la regulación de la motivación y de las emociones como si fueran lo mismo. Es pertinente enseñar al alumno a recompensarse tras haber alcanzado ciertas metas o a utilizar una frase de su elección que le ayude a mantener una actitud positiva en los momentos difíciles. El profesor también puede elevar la motivación de una clase, por ejemplo, anunciado que se van a exponer los trabajos en el pasillo, o una salida relacionada con un proyecto

La autorregulación puede intervenir en tres momentos distintos de la reacción emocional

1.- Momento del input sensorial: podemos evitar la sobre estimulación perturbadora, decidiendo, por ejemplo, apartarnos de las personas coléricas, o de las situaciones de tensión.

2.- Momento de la elaboración cognitiva: podemos reconocer nuestra emoción, su intensidad, sus causas y las consecuencias de su expresión, o el efecto que nuestra acción podría causar en otra persona.

3.- En el momento de la expresión de las emociones y del comportamiento asociado: por ejemplo, decidiendo no actuar, imponiéndonos un plazo, utilizando los medios para calmar nuestra cólera.

La autorregulación puede poner en funcionamiento estrategias

Adaptadas a las cuatro grandes esferas del desarrollo: sensorial, motriz, cognitiva y socio afectiva. Los componentes de la r3egulacion de las emociones son (1) reconocer las emociones, (2) comprenderlas (3) medir su intensidad, (4) gestionarlas.

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