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Lenguaje Y Comunicacion

chamita197826 de Agosto de 2014

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POEMAS SEXTO BÁSICO

ADOLECENDIA (1)

Autor: Juan Ramón Jiménez

En el balcón, un instante

nos quedamos los dos solos.

Desde la dulce mañana

de aquél día, éramos novios.

-El paisaje soñoliento

dormía sus vagos tonos,

bajo el cielo gris y rosa

del crepúsculo de otoño.-

Le dije que iba a besarla;

bajó, serena, los ojos

y me ofreció sus mejillas,

como quién pierde un tesoro.

ANOCHE, CUANDO DORMIA… (2)

Autor: Antonio Machado

Anoche, cuando dormía,

soñé, ¡bendita ilusión!,

que una fontana fluía

de mi corazón

Di, ¿por qué acequia escondida,

agua, viene hacia mi,

manantial de nueva vida

en donde nunca bebí?

Anoche, cuando dormía,

soñé, ¡bendita ilusión!,

que una colmena tenia

dentro de mi corazón;

y las doradas abejas

iban fabricando en él

con las amarguras viejas,

blanca cera y dulce miel.

Anoche, cuando dormía,

soñé, ¡bendita ilusión!

que un ardiente sol lucía

dentro de mi corazón.

Era ardiente porque daba

calores de rojo hogar,

y era sol porque alumbraba

y porque hacia llorar.

Anoche, cuando dormía,

soñé ¡bendita ilusión!

que era Dios lo que tenía

dentro de mi corazón.

AGRANDA LA PUERTA, PADRE (3)

Autor: Miguel e Unamuno (español)

Agranda la puerta, padre,

porque no puedo pasar;

la hiciste para los niños

yo he crecido a mi pesar.

Si no me agrandas la puerta,

achícame por piedad;

vuélveme a la edad bendita

en que vivir es soñar.

SONATINA (4)

Autor: Rubén Darío (nicaragüense)

La princesa esta triste… ¿Qué tendrá la princesa?

Los suspiros se escapan de su boca de fresa,

que ha perdido la risa, que ha perdido el color.

La princesa está pálida en su silla de oro,

está mudo el teclado de su clave sonoro,

y en un vaso olvidada, se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.

Parlanchina, la dueña dice cosas banales,

y vestido de rojo piruetea el bufón.

La princesa no ríe, la princesa no siente;

la princesa persigue por el cielo de Oriente

la libélula vaga de una vaga ilusión.

¿Piensa acaso en el principe de Golconda o de China,

o en el ha tenido su carroza argentina

para ver de sus ojos la dulzura de la luz,

o en el rey de las islas de las Rosas fragantes

o en el que es soberano de los claros diamantes

o en el dueño orgullo de los perlas de Ormuz?

¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa

quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,

tener alas ligeras, bajo el cielo volar;

ir al sol por la escala luminosa de un rayo,

saludar a los lirios con los versos de mayo,

o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,

ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,

ni los cisnes unánimes en el lago de azur.

Y están tristes las flores por la flor de la corte,

los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,

de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

¡Pobrecita princesa de los ojos azules!

Está presa en sus oros, está presa en sus tules,

en la jaula de mármol

...

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