Licenciada En Psicología

MAS ALLA DE LA DELINCUENCIA JUVENIL

El título de la exposición, obedece a que la delincuencia juvenil, término acuñado en Inglaterra en el año1815, (en ocasión que un tribunal de Old Baley condenó a cinco niños de 8 a 12 años, entendiendo que eran merecedores de la pena de muerte), ha atravesado por una serie de consideraciones, siendo entre estas, la que la describe como un fenómeno específico y agudo de desviación e inadaptación, de modo tal que en los principios de su estudio, se entendía a ésta “como la resultante del fracaso del individuo en adaptarse a las demandas de la sociedad en que vive”, resultando de este modo una definición que pone el acento en el individuo, sin especificar siquiera, cuáles son esas demandas de la sociedad, a qué tipo de sociedad debe responder la persona, ni cómo éstas demandas influyen sobre el joven infractor.

Es la criminología “Ciencia empírica e interdisciplinaria que se ocupa del estudio del crimen, de la personalidad del infractor, de la víctima y el control social del comportamiento (García-Pablos de Molina, 1999, p.44) la que se ha encargado de analizar dicha temática, contemplando las variables que intervienen.

Si bien se han desarrollado distintas teorías con sus respectivas posturas, desde la criminología clásica, pasando por el positivismo, son las teorías criminológicas integrativas modernas las que se encargan de considerar e integrar en su estudio, no solo a la persona y la conducta transgresora, sino los distintos factores y la interrelación entre éstos, que dan origen a dicho comportamiento.

De allí, que “Mas allá de la delincuencia juvenil”, intenta incursionar en el análisis de los distintos factores que impactan y sobrepasan el fenómeno en sí, en consecuencia en primer lugar se considerará y aproximará al concepto de delincuencia juvenil.

Técnicamente, el delincuente juvenil es aquella persona que no posee la mayoría de edad penal y que comete un hecho que está castigado por las leyes, violando de este modo reglas o normas establecidas en el ordenamiento jurídico de una sociedad.

También debe señalarse que si bien existen conductas desadaptadas socialmente, que van en contra de las pautas de convivencia socialmente establecida, no constituyen en sí un delito en tanto no vulneran un bien jurídicamente protegido por la ley.

En el ámbito de la criminología el concepto de joven debe ser entendido en un sentido amplio, abarcando las edades comprendidas entre los 18 y los 25 años, haciendo dentro de este intervalo de edades una subdivisión entre jóvenes y semi-adultos.

Ahora bien, las conductas que definen al delito y su autor, están influidas por distintos factores, denominados “Factores de Riesgo”, los que se definen como variables que pueden afectar negativamente al desarrollo de las personas (Herrera, 1999). En términos más específicos, cuando se habla de factores de riesgo, se hace referencia a la presencia de situaciones contextuales o personales que, al estar presentes, incrementan la probabilidad de desarrollar problemas emocionales, conductuales o de salud (Hein, 2000). Estos problemas promueven la ocurrencia de desajustes adaptativos que dificultarían el logro del desarrollo esperado para el joven en cuanto a su transición de niño a adulto responsable, y capaz de contribuir y participar activamente en la sociedad.

Factores de riesgo:

Según Trudel y Puentes-Neuman (citado en Vázquez, 2003), los factores de riesgo pueden ser clasificados según 6 ámbitos de procedencia, de acuerdo a un continuo que va desde el nivel individual hasta el nivel sociocultural:

Factores individuales

• Bajo nivel intelectual, lo que representare un importante hándicap para la adecuada adaptación social,

• Un pensamiento concreto más que abstracto, lo que explicaría la inmediatez de respuesta y ausencia de planificación; evidenciando dificultad para la internalización de los valores morales, restringiendo con ello el desarrollo del razonamiento moral del sujeto y su comprensión del mundo social.

• Rigidez cognitiva, la que se refiere a la tendencia a mantener una misma idea a pesar de que haya evidencia contraria o hacer hincapié sólo en aspectos de la realidad que concuerdan con las expectativas personales. Esto puede propiciar una conducta repetitiva al ser el sujeto incapaz de ver otras alternativas y presentar poca tolerancia al estrés

• Limitada capacidad de resolución de conflictos, tendencias a presentar conductas de riesgo.

• Baja autoestima.

• Escasas habilidades de afrontamiento.

• Ansiedad, baja tolerancia a la frustración.

• La impulsividad, junto a la hiperactividad y problemas en la atención constituyen un factor de desajustes posteriores. A esta constelación de factores se le conoce como síndrome HIA (hiperactividad, impulsividad, déficits de atención).

• Locus de control externo, que consiste en la tendencia a la auto- exculpación y a explicar su conducta como si ésta dependiera de personas o circunstancias ajenas a su control.

Además, dentro de estos factores se incluirían aquellos determinados en el DSM4R (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales), especialmente los indicadores, referidos a F60.2 Trastornos Antisociales de la personalidad (301.7) .

A- Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se presenta desde la edad de 15 años, como lo indican tres (o más) de los siguientes ítems:

 Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal, como lo indica el perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención

 Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para obtener un beneficio personal o por placer

 Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro

 Irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones

 Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás

 Irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas

 Falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del haber dañado,

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