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Lo que piensan los jovenes


Enviado por   •  13 de Febrero de 2018  •  Ensayos  •  2.708 Palabras (11 Páginas)  •  82 Visitas

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Esc. Sec. N°11 “Lic. Arturo B. de la Garza”

Lo que piensan los jóvenes

Asignatura: español

Maestra: Guillermina Carrizales Peña

Valeria Paola Leal Martínez

Grupo 11     Número de lista:24

San Nicolás de los Garza a 2 de junio de 2017

Lo que piensan los jóvenes

¿Soy feliz? una interrogante que todos hemos realizado en algún punto de nuestra vida, y me atreveré a decir que ese punto es la adolescencia. Vivimos en constante trato con ambientes llenos de estrés, en su mayoría creados por nuestra misma ansiedad. Muchos piensan que por ser jóvenes no deberíamos tener problemas de ningún tipo, o ven nuestros problemas como cosas triviales y nada importantes. Esto es un fallo muy grave que muchos adultos osan cometer. Nunca debes decirle a una persona que sus problemas no son importantes. Todos sobrellevamos nuestras experiencias de diferentes formas, definitivamente no somos iguales y no debemos compararnos con los demás. Un adolescente también puede tener problemas y jamás se nos debe decir que no son importantes. Pueden no serlo, eso es verdad, sin embargo, para nosotros son los primeros problemas “importantes” que nos ponen en el camino, por lo que tacharlos de nimios puede ser, literalmente, un error fatal.

Por lo anterior, y en lo que me concierne con base en experiencias personales, no se nos es permitido quejarnos. Estoy totalmente de acuerdo en estar agradecido con lo que se tiene, por más humilde que sea, y que siempre hay que verles un lado bueno a las cosas, pero por favor, adultos, no me obliguen a sonreír.  En verdad lo siento si les amargo el día con mi cara de “gato muerto”, no lo hago con intenciones de pegarles mi mal genio, pero de verdad, no me obliguen a sonreír. Al obligarme a hacerlo me causan una gran impotencia ¿Qué acaso no soy dueña de mi propio cuerpo? Como dije, perdón por arruinarles la vista, pero esta es mi cara y no pueden obligarme a cambiarla. Se dice que sonreír te hace feliz, que al estar enojado sonreír de puede hacer cambiar tu estado de ánimo, pero definitivamente este no es mi caso. Me causa una profunda tristeza el tener que fingir algo que no soy para darle gusto a otros. Porque siempre me quiebro ante la presión de siempre sentirme culpable por nunca complacer a nadie. Además, no me ayudan ofendiéndome, gracias. Aunque lo hagas parecer gracioso y en forma de chiste, un insulto es un insulto. Además, sociedad, tú no sabes que es lo que realmente me pasa. A veces ni siquiera yo sé que me pasa, ¿por qué tendría que andarte dando explicaciones a ti? Te preguntas si algo pasa conmigo, que a veces me veo perdida, cansada o muerta por dentro, ¿te has puesto a pensar que tal vez solo soy así? Mis emociones son un desastre, pero son mi desastre. A veces apapachar la tristeza es bueno para sacar todo lo que llevas dentro. Si no se me es permitido llorar ¿cómo saco entonces el veneno que llevo dentro? Permíteme quejarme, o déjame sola, o escúchame, ignórame si así lo prefieres, pero no me pides que use mascaras para ocultar una realidad. Si no la puedes afrontar, lo siento, este es el mundo real, crudo y sincero. No sé por qué les hace feliz verme con una sonrisa falsa. Incluso con mi comportamiento cínico, arrogante y sarcástico es lo mismo. Si ustedes prefieren ver a alguien amigable y cumplido así lo seré, aunque sepan que todo es una simple coraza. Pero no me gusta pretender que estoy bien. Me gusta ser quien en verdad soy, estoy orgullosa de estar bajo mi piel, porque ésta es quien soy en realidad y no pienso cambiar.

Por otro lado, y como dije antes, debo buscarle todo lo bueno a este tipo de situaciones. Me sirven como impulso a ser una persona más productiva. Si, al estar triste y desesperada pienso en mi futuro, de esto no puedo decir de mis compañeros adolescentes, pues no me concierte lo que hagan con su depresión, pero yo al pensar en mi presente con algunas escaseces me hacen pensar en la persona en la que me quiero convertir. Es en esos momentos en los que veo claro mi plan de vida, uno en donde alcance la realización personal que en estos momentos tanto deseo. Claro, esto me lleva primeramente a pensar en la prepa llena de responsabilidades y luego en la facultad, donde iré tomando las riendas de a donde quiero llevar mi vida. Esto me provoca más ansiedad, tanto de la buena como de la mala. Se vuelve un círculo vicioso del que no estoy tan incómoda como debería al estar.

Por el momento me siento atrapada entre cuatro paredes, pero estoy agradecida de tener un techo y comida todos los días. Sueño con el día en el que por fin me pueda independizar y poder llevar las cuentas del dinero que entra y sale de mi propia casa, pero jamás dejare de agradecerle a mis padres por siempre cuidarme cuando lo necesité.

Tengo muchos sueños y metas que cumplir y sé que todo lleva un proceso, y hay días donde me siento desesperada por crecer y convertirme en una adulta responsable, noches enteras donde no puedo parar en imaginarme cómo será el futuro y aunque en repetidas ocasiones personas me han intentado “bajar de mi nube” sé que hay gente que lo consigue, que se realiza y logra todo lo que se propuso en la vida, ¿por qué no puedo ser yo una de ellas? Por todo esto sé que debo prepararme, y lo hago, pero nunca dejo de esforzarme más. Y lo siento, profesor, profesora, pero las calificaciones no lo son todo en la vida. Les agradezco por todo lo que me han enseñado, pero un número no decide mi nivel de inteligencia. Existen también muchas otras formas de prepárame, y en verdad que las hago. Debo agregar que todos los días volteo a ver a mis compañeros de clase y, aunque no soy para nada quien para juzgarlos, me pregunto qué estarán haciendo ellos con sus vidas, para prepararse. No generalizo, pues sé que hay compañeros que si se preocupan por su futuro, pero veo a muchos viviendo como si la felicidad les fuera a caer del cielo, de fiesta en fiesta, de novio en novio, de droga en droga, los veo arruinando su vida y no tomarla con la seriedad debida, porque sí, estamos en una edad todavía muy “pequeña” para estar pensando con tal fascinación en el futuro, pero al verlos cometer los actos que profanan su vida no puedo sentir más que lástima.

Ahora, me gustaría volver a la interrogante del principio: ¿soy feliz? absolutamente. Naturalmente no puedo serlo permanentemente, tengo bajones, pero también tengo picos de felicidad que son los que vale la pena recordad, sin olvidar que de los bajones también puedo sacar ventaja, sin embargo, quiero prosperar en la vida aún más y convertirme en una persona plenamente feliz, que pueda mirar hacia atrás y sentirse orgullosa de todo lo que ha logrado en la vida.

Por ahora, soy solo una adolescente todavía debo obedecer a mis padres, pero nunca dejare de intentarlo hasta que lo logre.

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