Los Niños Y La Escuela

El compromiso de la escuela y de las educadoras con todos los niños en el logro de su desarrollo y aprendizajes.

Cambiar la educación para lograr un mundo humano, más justo y fraternal, continúa siendo un ideal vigente en nuestros días. De momento, parecería sencillo preguntarse por la razones que apoyan este ideal que heredamos desde tiempo atrás; sin embargo, no lo es.

La educación es un proceso de doble camino ya que hace referencia al desarrollo de cada persona en lo individual y en lo colectivo o social. Sin desconocer la existencia de otros espacios, se sigue pensando que la familia y la escuela son ámbitos de experiencia formativa esenciales. Representa el acceso formal, es decir, sistemático y organizado, a la cultura, la formación cívica y al conocimiento, y es el espacio cultural que pueden compartir todos los niños, adolescentes y jóvenes como fundamento de una convivencia justa.

“La educación se define como un derecho fundamental de todo individuo que cada Estado nacional debe garantizar, sin discriminación alguna. Por ello, la escuela y los sistemas educativos como hoy los conocemos fueron desarrollándose con el fin de preservar y transformar la cultura y de garantizar el derecho de todos a ser educados”

La universalización de la educación que hoy denominamos “básica”, la que todo individuo debe lograr, es un reto monumental, lo es aún más conseguir que sea de calidad y con equidad para todos.

El desarrollo de este ensayo va dirigido específicamente al compromiso que tiene la escuela y los educadores de mantenerse en un proceso de cambio renovado, dentro del cual las practicas educativas vayan actualizándose de manera constante, no quedándose arraigadas para proveer una educación de calidad en beneficio de los alumnos, de los niños.

Las prácticas deben estar fundamentadas en los actuales cambios sociales y culturales, y por supuesto en las ideas pedagógicas que han sido y son la base para los sistemas educativos. Anteriormente no se les daba importancia a las pautas culturales de los niños, o a los elementos de la personalidad como factor de riesgo para el desarrollo académico como, la importancia que ahora se le da a la autoestima, etc. Existen un sin fin de cambios, que oportunamente se realizan en la actualidad.

El presente ensayo hace mención de aspectos y formas de intervención, específicamente dirigidas al papel de la escuela y la educadora, que es importante que en la actualidad se lleven a cabo o se tomen en cuenta para favorecer el logro del desarrollo y aprendizajes del niño.

Hoy día pocos educadores sostienen que “la letra con sangre entra”. Asimismo, ahora se sabe que el niño llega a la escuela con experiencias y conocimientos previos que favorecen su proceso de aprendizaje. Estos cambios no son menores y se deben en gran medida a los avances en la investigación del desarrollo humano y de la educación. En particular se destaca aquélla sobre los procesos de aprendizaje y de enseñanza y que hace referencia a los actores fundamentales del hecho educativo: el alumno y el maestro.

La escuela en su conjunto es clave para el mejoramiento de la calidad y equidad educativas, y los factores mas importantes que contribuyen a mejorar los resultados escolares entendidos como el desarrollo integral de todos los alumnos son: el clima educativo de la escuela y el aula, el trabajo en equipo de los docentes, la participación de la comunidad educativa en su conjunto, la pertinencia y calidad de intervención, pero también los recursos económicos y materiales disponibles etc.

Los centros educativos son los lugares propios de socialización de los niños, y es en ellos donde manifiestan con más claridad sus dificultades en las tareas y competencias de cada una de las etapas evolutivas. Debido a esto desde la escuela debemos trabajar de forma significativa con los alumnos, contextualizando las tareas y los contenidos, sin ignorar las circunstancias de cada centro y cada individuo. “Tiene que tener la posibilidad y la capacidad para educar a la diversidad de los alumnos que llegan a ella, para lo cual, son necesarias una serie de transformaciones estructurales y curriculares que rompan las limitaciones existentes en la educación formal.”

“La intervención educativa debe estar encaminada a desarrollar las condiciones centradas en lograr las tareas evolutivas, incidiendo en favorecer la autoestima, la motivación de eficacia, la empatía y las habilidades sociales, con actuaciones tendentes a mejorar la vida familiar y su relación con la escuela” .

El maestro cumple un importante papel en la intervención, puesto que mantienen con los niños una estrecha comunicación, transmitiéndoles confianza y disponibilidad para dedicarle un tiempo de atención positiva de forma periódica. Siempre será importante que el maestro mantenga una actitud afectiva clara y sensata, y consiga que el niño perciba esa actitud de comprensión. Debemos estimular su autoestima positiva, la confianza en sí mismo, la adquisición de competencias humanas, sociales, profesionales para que actúe específicamente sobre los problemas que le presenten en la vida diaria.

“Para facilitar al niño la adquisición de competencias es necesario un clima de confianza, que pueda participar en diferentes actividades que le permitan aprender y adaptadas a sus capacidades, estimulándolo al mismo tiempo para que pueda progresar, proporcionarle los medios para la realización de la tarea y animarle en sus esfuerzos y evitar la focalización de la atención en el fracaso, transformando cada fracaso en una nueva ocasión de aprendizaje.”

Nosotros como educadores también debemos estar en constante actualización, y los conocimientos adquiridos se deben plasmar en nuestra intervención como docente. Debido a esto considero que las siguientes acciones se deben llevar a cabo para ofrecer a los niños una educación de calidad y favorecer su aprendizaje:

• Realizar una lectura de análisis y reflexión del Programa de Educación Preescolar 2004, a fin de que se conviertan en herramientas de apoyo a la práctica.

• Brindar a los niños y a las niñas experiencias enriquecedoras que les permitan crear, imaginar y expresar sus emociones, sentimientos y desarrollen un sentido positivo de sí mismos, pues ello es la base para aprender.

• Respetar el proceso de aprendizaje que cada niño y niña va construyendo y que lo hace ser distinto a los demás.

• Brindar a los niños y niñas más espacios -a través de juegos educativos y actividades variadas e innovadoras-, para que tengan oportunidades de compartir con sus pares y desempeñar diferentes roles; así como crear situaciones didácticas

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