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Marco Conceptual , estrés


Enviado por   •  8 de Octubre de 2019  •  Ensayos  •  1.330 Palabras (6 Páginas)  •  302 Visitas

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Marco Conceptual

Por su parte, autores como Oblitas (2004) se refieren a diferentes concepciones teóricas y como estas entienden el término estrés. Si bien es cierto el mencionado autor explica que los enfoques fisiológicos y bioquímicos se centran en las respuestas orgánicas que se generan en la persona cuando se enfrenta a una situación percibida como amenazante.  No obstante, los enfoques psicosociales hacen énfasis en factores externos; lo que quiere decir, en los estímulos y eventos productores de estrés.

Si bien es cierto,  el estrés se caracteriza por una respuesta subjetiva hacia lo que está ocurriendo;  tal como lo indica Arellano (2002), en este sentido, es el estado mental interno de tensión o excitación. Por otra parte, Melgosa (1995) señala que, “debido a las alteraciones que el estrés provoca en la persona, se puede entender este concepto como: “un conjunto de reacciones fisiológicas y psicológicas que experimenta el organismo cuando se lo somete a fuertes demandas”.

En términos generales, el estrés ha sido un tema de interés y preocupación para diversos científicos de la conducta humana, por cuanto sus efectos inciden tanto en la salud física y mental, como en el rendimiento laboral y académico de la persona. En tal caso, provoca preocupación y angustia y puede conducir a trastornos personales, desórdenes familiares e incluso sociales. Al respecto señalan Martínez y Díaz (2007): “el problema que subyace radica en los requerimientos de la Modernidad, concentrada en la obtención de resultados al margen de sus consecuencias sobre la calidad de vida, y por ende en la salud física y mental de las personas afectadas”,

Siguiendo con el referente anterior, es posible  afirmar que todas las personas necesitan aprender a prevenir y controlar el estrés. Es por ello que, quien no lo hace, puede poner en peligro su bienestar, mientras que quien conoce y pone en práctica acciones adecuadas para prevenirlo y afrontarlo puede disfrutar de un estilo de vida más sano y más satisfactorio.

Tomando como referencia a Navas, (citado por Naranjo, 2004a) coincide con esta última posición, puesto que considera que el estrés no es algo que pertenece solo a la persona o al ambiente, ni tampoco es un estímulo o una respuesta, sino que por el contrario es más bien una relación dinámica entre la persona y el ambiente. Lo que significa que, la persona no es una víctima pasiva del estrés, y que su forma de interpretar los acontecimientos y la manera de valorar sus propios recursos y posibilidades para enfrentarlos, determina en gran medida la magnitud de la experiencia de este. Es por ello que, dependiendo de la forma en que la persona piense y de los sentimientos e imágenes que tenga respecto de una situación, puede crear, aumentar, mantener o disminuir la respuesta a él. Se puede decir entonces que, de acuerdo con la literatura científica, el estrés implica cualquier factor externo o interno que induce a un aumento en el esfuerzo por parte del individuo para mantener un estado de equilibrio dentro de sí misma y en relación con su entorno.

Tomando como referente a Folkman, Lazarus, Gruen y De Longis (1986), quien señala  que los diversos eventos de la vida tienen la propiedad de ser factores causantes de estrés, los que provocan un desequilibrio emocional.  Por otro lado,  es importante mencionar que el estrés se presenta cuando la persona identifica una situación o un encuentro como amenazante, cuya magnitud se presentan dos procesos: una valoración cognitiva del acontecimiento y un proceso de afrontamiento. En el primero, la persona valora si la situación puede dañarla o beneficiarla, es decir, cuánto y cómo repercute en su autoestima. En cuanto al segundo, hace referencia a la estima, lo que puede hacer o no para enfrentar la situación, para prevenir un daño o mejorar sus perspectivas.

Cabe señalar         que el tipo de estrés depende también de cómo se reciben y se interpretan los acontecimientos. Si bien es cierto, una misma situación puede significar un mal estrés para una persona y un buen estrés para otra; es decir, lo que importa no es lo que sucede, sino la forma como se percibe. En cuanto al nivel óptimo de estrés,  como bien lo señala Bensabat (1987) que éste se refiere “a la dosis de estrés biológicamente necesaria para cada persona, con el propósito de que ésta se desempeñe de manera armónica en unas condiciones óptimas compatibles con su personalidad y sus posibilidades de adaptación”. Así mismo señala el mismo autor, que el estrés es indispensable en la vida, es la consecuencia de las actividades de las personas. Por consiguiente, si la dosis de estrés no es la óptima, ya sea por exceso o por carencia, el estrés se convierte en distrés y exige una adaptación particular del organismo por encima de las normas fisiológicas, tanto en el aspecto biológico como en el físico y en el psicológico.

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