Matrimonio y parentesco
pervertleonEnsayo20 de Noviembre de 2015
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Licenciatura: Antropología Social
División: Ciencias Sociales y Humanidades.
UEA: Parentesco y matrimonio.
“ANÁLISIS DE LAS NUEVAS RELACIONES DE ALIANZA EN LA SOCIEDAD POSTMODERNA”
INTRODUCCIÓN
En una sociedad donde imperan los efectos de la globalización es cotidiano encontrarnos con nuevas transformaciones vertiginosamente ocurriendo en lo cotidiano, no nos detenemos a analizar solo ha adaptar lo nuevo en los procesos del vivir. Con la extensión de los medios de comunicación nos encontramos con nuevas formas de relacionarnos en las cuales no es necesaria una persona física, solo ideas, fotos y espacios virtuales; volviéndonos así más fríos a los encuentros o simplemente la rapidez de nuevas relaciones en las cuales no haya implicaciones de vínculos fijos y establecidos. Nos encontramos así con un cambio sobre las relaciones eternas del “hasta que la muerte nos separe” y relaciones efímeras del “veremos cuánto dura y si funciona”.
Un dilema importante es la necesidad de relacionarnos para disminuir la inseguridad del bagaje diario en soledad, pero teniendo una relación pasamos a dejar la soledad por una incertidumbre, acostumbrados a ver así riesgos para ganar y esperamos satisfactoriamente el fruto de nuestro esfuerzo. Cuestionamos las posturas de una relación que nos traen entre una bendición por la satisfacción y una maldición por los problemas que se acarrean pero no se sabe decir en qué momento uno se transforma en el otro; pero tranquilos que para eso tenemos expertos que nos dicen cómo vivir y cómo afrontar los cambios de esta sociedad voluble velozmente.
¿Relaciones abiertas son nuevas instituciones para regular el parentesco? Cambiamos el relacionarnos con solo estar conectados con la persona adecuándonos al contexto social que vivimos donde nos vemos reducidos también a máquinas pero con “sentimientos” son cuestiones que trataremos de analizar y claro comprender para la adecuación.
En primera instancia hay que mencionar la posibilidad de que exista un concepto de una modernidad liquida, en la cual se intenta explorar los nuevos atributos de una sociedad altamente capitalista que permanecen con el tiempo y que de igual forma van cambiando aunque sea unas cuantas características. Buscar expandir los trazos altamente visibles en las etapas de acumulación pero que se vuelven centrales entrada la modernidad. Por ello hay una gran discusión alrededor de la posibilidad de las alternativas para accionar la era en que las relaciones sociales se han vuelto volátiles, precarias, transitorias pero sobre todo profundamente líquidas.
Existe una manera de caracterizar a la modernidad, y esta es, como un tiempo líquido, o por lo menos así suele llamarle Zygmunt Bauman, ya que marca el tránsito de una modernidad sólida y estable, comparada a una líquida, flexible o voluble, en la que las estructuras sociales ya no perduran el tiempo necesario para solidificarse y consecuentemente no existe referencia alguna para los actos humanos en conjunto.
También existen contradicciones no sólo por las tensiones sociales sino al igual las existenciales que se generan cuando los humanos nos relacionamos. En un inicio lo líquido es un concepto positivo ya que lo fluido es una sustancia que no puede mantener su forma al paso del tiempo, es así como se entiende una modernidad obsesiva y compulsiva. La modernidad sólida se desapareció ya, esta que mantenía una ilusión de una solución permanente, estable y definitiva de los problemas, y con ello de una ausencia de cambios.
La incertidumbre, inseguridad y vulnerabilidad son ahora el sentimiento dominante que trata en particular una “precariedad”, o bien llamada inestabilidad asociada a la desaparición de patrones a los cuales anclar las esperanzas.
Esta incertidumbre de la cual se habla se debe también a las transformaciones del debilitamiento de los sistemas de seguridad proteccionistas del individuo, la renuncia al pensamiento y a la planificación a largo plazo y sobre todo las nuevas formas de enlazar el parentesco. Este marco implica la fragmentación de las vidas, exige una flexibilidad a las partes, que cambian tácticas de lealtades y abandono de compromisos. Hay una referencia muy marcada de miedo acerca de mantener relaciones duraderas y a una fragilidad a los lazos solidarios que parecen depender solamente de los beneficios que generan; ese miedo es también hacia el prójimo ya que los fundamentos de la vida civilizada se ha distorsionado hasta tal punto que se teme a los extraños; en donde una esfera comercial impregna todo a su paso, en el sentido de que las relaciones se miden en términos de costos y beneficios… “liquidez financiera”, inversiones a corto o largo plazo, que preferentemente toman la primera opción.
Hay entonces, que explorar las consecuencias de la globalización conforme al amor, se habla de una gran fragilidad de los vínculos humanos, ya que el miedo a establecer relaciones duraderas y a esa misma fragilidad a los lazos solidarios que parecieran depender solamente de los beneficios que generan. Posiblemente estemos frente a la situación de pérdida de valores sólidos, en donde los modelos y las estructuras sociales ya no perduran lo suficiente como para gobernar las costumbres y tradiciones de los ciudadanos y en el que, sin darnos cuenta, hemos ido sufriendo transformaciones y pérdidas como renunciar al pensamiento, la separación del poder y la política en un mundo en el que el verdadero Estado es el ingreso y la acumulación de este, entre otras cosas, la renuncia a los recuerdos, puesto que el olvido se presenta como una condición del éxito.
Los términos anteriores no serían posibles sin mencionar a Bauman ya que el ha hecho popular esto de la “liquidez”, esta necesidad de explicar ¿cómo vivimos en plena era del cambio y del movimiento? Hace pensar que lo sólido así como conservan su forma y persisten en el tiempo pueden durar, mientras que lo líquido se transforma constantemente, o sea fluye. En este punto cabría hacer una aclaración, ya que así como la desregularización, la liberalización o la flexibilización de los mercados; conceptos desolados como “desechos humanos” para referirnos a las personas que al hoy por hoy ya no son considerados o también como fuera del juego. Ahora, en un mundo en donde se habla de excedentes, trae consigo el significado de que la gente es superflua e innecesaria, estamos hablando entonces de una superfluidad y desvinculación nata, es mejor desvincularse rápido porque los sentimientos pueden causar dependencia, se cultiva así el arte de truncar, de anticipar la cancelación y de desconectarse.
Hay que hablar de la identidad, ¿quién soy? Sólo se puede responder de manera delirante ya que en esta sociedad de consumo la identidad se recicla, es tanto espumosa como acuosa.
Los “individuos líquidos” modernos, consideran que sólo pueden entrar en el amor y en la muerte una única vez. Por mucho que se intente, no es posible aprender a amar, tal como no se puede aprender a morir; así cuando llegue el momento, el amor y la muerte se presentarán ante nosotros, sin siquiera predisponer cuando.
Se menciona, tal vez, que al comprometerse con una relación en estos tiempos, no significa nada a largo plazo, se deja entonces liberado a su cálculo y decisión la posesión o el abandono de la inversión. Este hecho es lo que aumenta en mayor proporción la inseguridad en la pareja.
La tradición católica, referida a las uniones matrimoniales, influyó durante siglos en muchas culturas proporcionando las bases del amor eterno. Pero hoy y más que ayer, la mujer fue ganando los primeros planos en el tejido social, ocupando lugares antes dominados por el sexo opuesto. Estos cambios se trasladaron a todas las esferas, pero especialmente en el matrimonio, hicieron que las decisiones, laudos y plazos matrimoniales no sólo las tomen los hombres. O el influjo eclesiástico.
Existen pues, unos estudios de género, en donde se hace una crítica o análisis de las diferentes formas de entender el amor que históricamente han tenido hombres y mujeres. Es por ello que se sostiene que tradicionalmente las mujeres amaban lo sólido mientras que los hombres amaban lo líquido. Por eso cabría replantearse los términos de Bauman ¿por qué ahora también las mujeres aman líquido?, posiblemente sea porque para poder amar líquido se necesita una interdependencia personal, que a estas alturas las mujeres ya contrajeron como parte de su vida, ya que el amor en este tipo de contexto cortaría la mencionada interdependencia.
Por otro lado las llamadas “relaciones de bolsillo, (denominadas asi para poder sacarlas cuando hagan falta) son otra de las opciones que el autor nos explica como el frenético consumo de una sociedad de mercado que ha degenerado nuestros vínculos personales al tratar al otro, ya sea amante ò prójimo, como una mercancía de la que puedes desprenderte, desecharla, y desconectarla con cierta facilidad, en donde lo que menos busca la gente son relaciones bien establecidas, sino por el contrario relaciones efímeras, y la razón del por que este tipo de relaciones son exitosas, es precisamente por que son instantáneas. La tendencia al individualismo hace ver a las relaciones fuertes como un peligro para los valores de la autonomía personal.
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