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perija1230 de Octubre de 2013
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IMPORTANCIA DEL AUTOCONCEPTO y
EL CLIMA FAMILIAR ENLA ADAPTACIÓNPERSONAL
M. a Carmen PICHARDO MARTÍNEZ
Juan Antonio AMEZCUA MEMBRILLA
Universidad de Granada. Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación
RESUMEN
El presente trabajo tiene como objetivo el
análisis de la importancia del clima sociofamiliar
y del autoconcepto en la adaptación
personal de una muestra de 87 alumnos de
edades comprendidas entre los 8 y los 12
años. Los resultados del estudio sugieren la
existencia de diferencias significativas entre
los niños con una alta adaptación personal y
sus compañeros de baja adaptación respecto
de dos dimensiones de clima familiar
(Cohesión y Conflicto) y las diez dimensiones
de autoconcepto consideradas (general, académico,
no académico, apariencia física,
habilidad física, relación con los compañeros,
relación con padres, lectura y matemáticas
afectivo y cognitivo). Las conclusiones del
estudio son las siguientes: a) los sujetos con
niveles elevados de adaptación personal son
aquellos que perciben su ambiente familiar
más cohesionado y poco conflictivo y b) los
alumnos con alta adaptación personal, tienen
igualmente un alto autoconcepto en todas las
dimensiones académicas y no académicas
consideradas.
Palabras clave: Familia, clima familiar,
autoconcepto, adaptación personal.
SUMMARY
The aim of this essay is the analysis of the
influence that social and family environment,
as well as self-concept, has upon personal
adaptation in a group consisting of 87 students
whose ages range between 8 and 12
years. The results of the study suggest the
existence of significant differences between
children with a high level of personal adaptation
and their mates with lower levels of adaptation
in relation with two family environment
dimensions -Unity and Conflict- and
the 10 dimensions of self-concept considered
-general, academic, non-academic, physical
appearance, physical ability, relation with
mates, relation with parents, cognitive and
affective reading and mathematics). The conclusions
of this studies are the fOllOwing: a)
those subjects with higher levels on personal
adaptation are those who perceive their fami1y
environment more cohesive and less conflictiveand
b) the students with high levels of personal
adaptation similarly present a high level
of self-concept in every academic and nonacademic
dimension considered.
Keywords: Family, Family enviroment,
self-concept, personal adaptation.
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1. INTRODUCCIÓN
Dentro del ámbito del desarrollo afectivo,
el autoconcepto ha sido uno de los factores
más ampliamente estudiados. Siguiendo a
Kalish (1983), el autoconcepto se puede definir
como la imagen que cada individuo tiene
de sí mismo, reflejando sus experiencias y los
modos en que estas experiencias se interpretan.
Podemos decir que existe un componente
cognoscitivo del autoconcepto, que sería la
autoimagen puesto que el autoconcepto es, en
gran medida, una estructura cognoscitiva, que
contiene imágenes de lo que somos, de lo que
deseamos ser y de lo que manifestamos y
deseamos manifestar a los demás, tal y como
afirman González y Tourón (1992). Y existe
un componente afectivo y evaluador que sería
la autoestima. Cada descripción de uno mismo
está cargada de connotaciones emotivas, afectivas
y evaluativas, por lo que diferentes autores
(Wylie, 1974, 1979; Wells y Marwell,
1976; Bums, 1979; Gecas, 1982) están de
acuerdo en considerar la autoestima como un
aspecto o dimensión del autoconcepto.
En el presente trabajo se adopta una perspectiva
multifácetica del autoconcepto en la
línea de autores como Shavelson et al. (1976).
Estos autores distinguen en su modelo jerárquico
un autoconcepto general que incluye
autoconceptos más concretos y específicos:
autoconcepto académico, social, emocional,
físico, etc. Además, las cuatro dimensiones
básicas integrantes del autoconcepto general,
pueden, a su vez, subdividirse en otras más
concretas y próximas a la experiencia. Este
modelo tuvo poco apoyo empírico en el
momento de proponerlo. Sin embargo, la
reciente investigación empírica, apoyada en
esta concepción sobre el autoconcepto ha
constatado claramente la multidimensionalidad
del mismo (Soares y Soares, 1979;
Harter, 1982, 1985; Marsh y cols, 1983;
Boersma y Chapman, 1985).
Si nos centramos en el bienestar o adaptación
personal de los niños, se ha comprobado
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que un autoconcepto elevado se asocia con un
ajuste psicológico positivo (Scheweitzer, SethSmith
y Callan, 1992). De hecho, los sujetos
con un autoconcepto bajo, suelen manifestar
diversos síntomas que están muy relacionados
con una inadaptación personal (Koening,
1988) entre los que estarían los niveles elevados
de ansiedad y estrés (Youngs, et al., 1990),
depresión (Alfeld-Liro y Sigelman, 1998) e
incluso otras investigaciones han relacionado
de forma significativa un bajo autoconcepto y
el abuso de sustancias tóxicas (Pons, Berjano,
Musitu, Gracia y Lila, 1990; Berjano, García,
Gracia y Musitu, 1991).
Otro síntoma de inadaptación personal y
social que ha sido estudiado en relación con el
autoconcepto ha sido la delincuencia infantil
y juvenil. En este sentido diversas investigaciones
han encontrado que los sujetos que tienen
un autoconcepto bajo pueden adoptar
patrones desviados de conducta para reducir
los sentimientos de rechazo (Burr y
Christensen, 1992). En otro tipo de estudios
se ha destacado la existencia de relaciones
entre un autoconcepto positivo y un adecuado
ajuste personal y social (Blain, Thompson y
Whiffen, 1993), así como una asociación
entre el autoconcepto elevado y cualidades
características de una adecuada adaptación
como la flexibilidad y la adaptabilidad a cualquier
circunstancia de la vida (Klein, 1992).
Si asumimos que la formación del au~oconcepto
y la autoestima vienen determinados,
en gran medida, por las experiencias del
sujeto, no es de extrañar que el clima familiar
se convierta en un elemento que determine, en
alguna medida, la autoimagen de los diferentes
miembros de la familia, tal y como se ha
visto reflej ado en varias investigaciones
(Anderson y Hughes, 1989; Killen, 1993;
Clifford y Clark, 1995; Ojha y Pramanick,
1995; Oliver y Paull, 1995; Klein, O'Bryant y
Hopkins, 1996; Shek, 1997) y, por tanto,
influya igualmente en la adaptación personal
del sujeto. De hecho, en la investigación realizada
por Leung y Leung (1992) la relación
con los padres aparece como el mayor predictor
de satisfacción vital y autoconcepto en sus
hijos.
Diferentes estudios han demostrado el
papel tan importante que el clima familiar y
las prácticas educativas de los padres juegan
en el ajuste de los niños y los adolescentes.
Cuando el clima no es el adecuado debido a la
existencia de conflictos, falta de cohesión o
apoyo entre sus miembros se favorece que
sobre los hijos tenga más fuerza la incidencia
de factores ambientales estresantes produciendo
problemas tanto internos como externos
(Coger, Conger, Elder, Lorenz, Simons y
Whitbeck, 1992; Conger, Ge, Elder, Lorenz y
Simon, 1994; Harold y Conger, 1997;
Ostrander, Weinfurt y Nay, 1998).
Dentro de este campo de investigación,
Cooper (1983) estableció que la cohesión
familiar, cuando es evaluada a través de las
percepciones del niño, tiene una influencia
importante en el desarrollo de la autoestima y
la adaptación infantil. Cuando los niños perciben
el conflicto entre los padres o entre ellos
mismos y sus padres, se puede esperar una
autoestima más baja. De hecho, los niños que
informan de una alta incidencia de conflicto
parental o familiar mostrarán una pobre adaptación
personal y una baja autoestima, aún
cuando el conflicto haya ocurrido varios años
antes de la evaluación (Watkins, 1976;
Raschke y Rasschke, 1979; Shek, 1997). En
este sentido, Rosenberg (1965) afirmó que el
conflicto entre los padres puede incrementar
en el niño sentimientos de tristeza, malestar e
infelicidad.
De acuerdo con Cummings y Cummings
(1988), el conflicto entre los padres puede ser
necesario y perfectamente normal; sin embargo,
cuando éste y los desacuerdos alcanzan
grados muy elevados de ansiedad y enfado,
pueden ser extremadamente negativos para la
adaptación del niño. No obstante, el grado de
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