Modelos en Psicología Clínica. Modelo Humanista-Existencial

Modelos en Psicología Clínica: Modelo Humanista-Existencial

1. VERTIENTE TEÓRICO-PRÁCTICA: LOGOTERAPIA

La logoterapia es una vertiente terapéutica de la psicología humanística-existencial. Es considerada la "tercera escuela vienesa de psicoterapia", considerando que las otras dos corresponden al psicoanálisis de Sigmund Freud y la psicología individual de Alfred Adler. Su fundador fue el neurólogo y psiquiatra austriaco Viktor Emil Frankl (1905 – 1997).

El nombre logoterapia se deriva de la palabra griega “logos” que equivale a sentido, significado o propósito y puede concebirse como un “análisis existencial”, ya que centra su atención en el significado de la existencia humana, así como en la búsqueda de dicho sentido por parte del hombre. Sin embargo es importante hacer hincapié en que, como su mismo creador lo estableció, la logoterapia va mucho más allá de un simple análisis sino que tiene una orientación activista y terapéutica.

Considero sumamente interesante la forma en que encuentra su génesis la logoterapia, pues está directamente vinculada al desarrollo de la vida de su creador. Frankl no sólo no encontraba respuestas a sus interrogantes acerca del sentido de la vida en la doctrina psicoanalítica de Freud ni en la propuesta de Adler, sino que más bien encontró limitantes en ellas, por lo que buscó una nueva propuesta en la cual el tratamiento terapéutico afrontara la problemática existencial y filosófica de los pacientes. La perspectiva logoterapéutica quedaría profundamente marcada a partir de las experiencias vividas por Frankl como prisionero en los campos de concentración de Auschwitz y Dachau, donde observó que los prisioneros se derrumbaban independientemente de su condición y constitución física y que los que lograban sobrevivir eran aquellos que habían logrado trascender aferrándose a un sentido de significado (logos), el cual les proporcionaba bienestar psicológico.

De manera general la logoterapia parte de tres supuestos fundamentales:

1. La libertad de la voluntad: entendiendo al hombre como un ser finito y por ende con limitantes biológicas, psicológicas o sociológicas; pero a pesar de ellas tiene la libertad de tomar una actitud con respecto a su relación con el mundo y consigo mismo. El hombre no está determinado por un destino ni por sus instintos.
2. La voluntad del sentido: el sentido que tiene el hombre va más allá de sí mismo, no coincide con el ser, va por delante de él. El hombre es responsable de la realización del sentido específico de su vida, pero también lo es ante algo o alguien más. Viktor Frankl menciona específicamente a Dios, pero también hace la mención de que tanto creyentes de cualquier religión como ateos pueden hacer uso de la logoterapia, ya que este punto hace referencia a la responsabilidad del hombre ante sus acciones, pues más allá de las peculiaridades de la conciencia personal de cada uno el hombre no tiene excusa para omitir su obligación de obedecerla.
3. El sentido de la vida: Frankl hace énfasis en que éste no se otorga sino que se encuentra. El hombre encuentra significativa su vida a partir de lo que da (obras creativas), lo que toma del mundo (en términos de la experiencia de valores) y el planteamiento que hace ante un destino que no puede cambiar (el hombre puede realizar un sentido aún ante el dolor, la muerte y la culpa). Cada hombre como ser único, con una vida única debe encontrar su propio sentido, cuando hay una frustración del sentido, o frustración existencial, se produce la neurosis noógena.

Personalmente encuentro la logoterapia como una vertiente sumamente interesante que, acorde a la psicología humanística-existencial, propone una nueva visión del hombre. Propone que el hombre es un ser que puede trascender y superar las limitantes y circunstancias de la vida cuando encuentra un sentido a ello, elige libremente la postura con la cual asumir y enfrentar su propia vida sin omitir la responsabilidad que tiene ante sus acciones. Por otro lado también asume al hombre como un ser orgánico, psicológico y espiritual, este último punto resulta novedoso porque otras corrientes psicológicas negaban éste último punto; considera que dependiendo de en cuál de éstos niveles se presenta la enfermedad debe ser el tratamiento a seguir. También considero destacable el que la logoterapia hace uso del humor mediante la técnica de la intención paradójica, así como del autodistanciamiento para que el paciente pueda verse a sí mismo más allá de su sufrimiento y encuentre un sentido trascendente al mismo y a su propia existencia. Considero que en la logoterapia el logoterapeuta prácticamente funge como un guía para que el mismo paciente encuentre sentido a su existencia. Ahora bien, a pesar de todas las aportaciones positivas que puede tener la logoterapia al lograr cambiar el enfoque que tiene una persona de su vida a partir de hallarle un sentido, también ha sido muy criticada porque algunos consideran que tiene desventajas y riesgos particulares tales como caer en el voluntarismo, omitir dimensiones más primarias del origen del conflicto, una huida hacia el futuro potencial sin asumir conciencia de la responsabilidad en el presente, o bien una huida hacia el mundo sin tomar conciencia de uno mismo.

1. AUTOR QUE HA APORTADO A LA PSICOLOGÍA HUMANÍSTICA: CARL ROGERS

Carl Rogers (1902 - 1987) fue un psicólogo nacido en Illinois, Estados Unidos que tuvo un enfoque humanístico, en el cual hizo grandes aportaciones tanto por su producción teórica y su cantidad de textos publicados como por la variedad de temas que aborda. De ahí es que parte mi interés por desarrollar una breve semblanza de sus aportes al ámbito psicológico.

Carl Rogers nació en el seno de una familia muy unida y de fuertes convicciones religiosas protestantes con rasgos puritanos. Este contexto marcaría fuertemente diversas etapas de la vida de Rogers para gestar su ideología y concepción del ser humano. Sus padres le brindaron una formación fundamentada en la práctica devota, la asistencia regular a la iglesia, el mantenerse a distancia del pecado y buscar renovar la relación con el creador para que el ser humano y el mundo en general vuelvan a un estado armónico e incorrupto. Siguiendo dichas convicciones la familia Rogers se mudó al campo, donde Carl encontraría su primera vocación al querer formarse como profesional de la agricultura. Con su marcha a la universidad y las experiencias vividas entre 1919 y 1920 su vocación cambia radicalmente eligiendo dedicarse a la actividad pastoral. Siguiendo esa línea entraría en contacto con la Federación Mundial de Estudiantes Cristianos, la cual marcaría su pensamiento, particularmente después de participar en una conferencia realizada en China. Allí comienza a ampliar su pensamiento y a separarse de la tradición religiosa inculcada por sus padres. A su regreso ingresó al Union Theological Seminary de Nueva York, donde entró en contacto con grupos de reflexión y su concepción del ser humano cambiaría radicalmente para entenderlo ya no como un objeto del amor de Dios, sino como un ser capaz de desarrollar sus potencialidades, liberarse de sus preocupaciones y encontrar en sí mismo y por sí mismo la libertad, despojándose de los obstáculos que le impedían desarrollar sus propósitos. Este nuevo pensamiento lo llevaría a incursionar en el campo de la psicología; en el campo de la psicoterapia (1924-1928), desde 1928 a 1940 se dedicaría a la combinación de diversas aproximaciones psicológicas con la práctica clínica en el Child Study Departament y el resto de su práctica profesional lo dedicaría al modelo de  psicoterapia que desarrolló.

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