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Modificación De La Conducta

ART20127 de Noviembre de 2013

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PROGRAMA DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTA.

TÉCNICAS BÁSICAS.

INTRODUCCIÓN

La práctica educativa tiende a la consecución de aprendizajes diversos tendentes a la formación de un alumnado cada vez más plural, con mayor diversidad en cuanto a su procedencia, en el seno de una sociedad cambiante, exigente ante el sistema educativo pero a la vez relajada, en general, a la hora de asumir responsablemente la educación de los niños en el ámbito familiar.

Los retos a los que se enfrentan los docentes en el día a día son variados y complejos. Actualmente, más que resaltar la queja generalizada en las décadas ultimas sobre los índices de fracaso escolar, duele mucho la imposibilidad de desarrollar la actividad instructiva y educativa en un ambiente adecuado. El abordaje de la modificación de conducta se hace necesario en un profesorado que actualmente debe amoldarse a un perfil más cercano a la negociación y mediación que al eficaz trasmisor de conocimientos deseable en tiempos pasados

El repertorio de distorsiones conductuales en el alumnado actual es tan variado como molesto. Afecta al propio sujeto, a su relación con los demás, a la generación de un clima de aula o de centro desagradable, al equilibrio del propio docente y a la consecución de unos objetivos programados. A menudo suele coincidir la disrupción con la deficiente disposición a la colaboración en búsqueda de soluciones por parte de las familias de los jóvenes implicados. Así pues se impone la necesidad de reconocer racionalmente la situación, armarse de algunas estrategias, recursos y sobre todo de un talante que proteja al educador ante todos estos sinsabores que generan dosis elevadas de malestar.

Desde las perspectivas cognitiva y conductista se abordan estas problemáticas ofreciéndonos un repertorio de técnicas de modificación conductual que pretenden en alguna medida cambiar el rumbo de algunos jóvenes, de forma individual, de grupo e incluso familia – alumno.

Aunque estas distorsiones conductuales se perciben y se sufren con especial intensidad especialmente en el tramo de la ESO y más concretamente primero y segundo, también hay que tener en cuenta la vertiente de prevención en tramos educativos anteriores, es decir: E.I y E.P. También es importante tener en cuenta el tipo de distorsión, cómo se manifiesta, a quién/es se perjudica y cuáles son sus causas motivadores. Esto servirá para adecuar la medida más idónea a poner en práctica.

Lo que a continuación se expone está extraído de publicaciones, principalmente “ Modificación de la conducta problemática del alumno “ de A. Vallés Arándiga, así como de experiencias llevadas a la práctica en diferentes tramos educativos, principalmente de jóvenes preadolescentes.

A. LAS CONDUCTAS PROBLEMA

Existe una relativa unificación de criterios sobre la “ catalogación “ de las conductas – problema. La clasificación de Pelechano hace referencia a un enorme repertorio en donde encontraríamos :

 Amenazas, crueldades, intimidación, abusos…

 Robos, apropiaciones de lo ajeno.

 Riñas, altercados, uso de la violencia…

 Destrozos, desperfectos…

 Falsedades, mentiras, acusaciones, infamias…

 Pereza, inacción, desgana, lentitud…

 Desobediencia a instrucciones, incumplimiento de normas…

 Absentismo, novillos, impuntualidad…

 Vocabulario soez, insultos, palabrotas…

 Timidez, retraimiento, ensimismamiento…

 Suciedad, desorden…

 Molestar e impedir a los compañeros trabajar en buen ambiente.

 Burlas a los demás, resaltar defectos o particularidades en los otros, poner motes…

 Gritar habitualmente en vez de hablar.

 Echar siempre la culpa a los demás de todo lo que les pasa.

 Adopción de posturas desafiantes sobre todo a los adultos sin justificaciones razonables.

 Irritabilidad continua, notoriedad, búsqueda de protagonismo…

 Provocar situaciones de peligro para uno mismo y para los demás.

 Desprecio de lo que es diferente para uno mismo ( gustos, sexo, raza…)

 Es indeciso, impreciso, comete muchos errores…

 Prescinde de la compañía, se aísla de los demás, es solitario…

 Dificultades para hablar, responder, muy vergonzoso con iguales, con jóvenes del otro sexo…

 Se ruboriza fácilmente, vergonzoso en extremo.

 Muy nervioso cuando se le pregunta, cuando se le pide en clase que lea ó se exprese en público, voz entrecortada…

 Cobarde cuando no ve soluciones se rinde enseguida.

 Se evade de los problemas, dice mentiras, elude situaciones nuevas que no conoce o domina.

 ………………………………

Estas conductas se podrían agrupar en varias categorías atendiendo a la conducta en sí misma y a la incidencia que sobre los demás produce. Podrían ser las siguientes:

 Conductas de moral y hábitos rechazables.

 Conductas derivadas de una deficiente integración con los demás.

 Conductas cargadas de violencia y agresividad.

 Menosprecio de la autoridad del profesor y enfrentamiento al mismo.

 Incumplimiento, desprecio de las normas que imperan en un centro educativo.

 Actitudes en contra de los iguales.

Existen otras conductas igualmente desequilibrantes aunque no afloren ni se hagan de notar de forma ostensible. Conviene, no obstante, con la ayuda de la familia, de sus más allegados y desarrollando una seria acción tutorial, reconocerlas y abordarlas. Nos referimos a problemáticas interiorizadas tales como:

 Mis compañeros no me aprecian, me dan de lado, me excluyen para todo.

 No entiendo nada de lo que me explican en clase, pienso que soy un torpe, no sirvo para los estudios.

 Cuando me pregunta el profesor o hago un examen me pongo muy nervioso y me bloqueo.

 Me agobian con tanto trabajo que no me queda tiempo para salir un rato o ver la TV.

 Tengo un complejo terrible con mi gordura, mis orejas, mi nariz…

 La mayoría de mis profesores me tienen manía.

 Sé menos que los demás, aprendo muy lento, me quedo descolgado.

 No tengo amigos.

 Cuando estaba en E.P las cosas me iban mejor, estaba más contento.

B. DISRUPCIÓN Y RENDIMIENTO ACADÉMICO

A menudo hay una correlación claramente constatable entre bajo rendimiento académico en áreas concretas y aparición de disrupciones. El alumno problemático en el aula se levanta, grita, reta, se pelea…es incapaz de poner en práctica habilidades sociales y académicas equilibrando su vida ante las demandas que la sociedad le impone. Cuando un alumno no sabe, se descuelga, no participa y no se le da una salida, primeramente se aburre y más adelante molesta, su frustración lo mete en un círculo vicioso del que no sabe salir y la forma de hacerse notar es a través de la disrupción. Ello le acarrea bajo rendimiento, rechazo de sus compañeros, inclusión en grupos marginales y posibilitar su militancia en grupos de riesgo ( delincuencia, drogadicción, suicidio…)

La prevención se centrará en las primeras etapas educativas detectando y valorando aquellos indicadores que conduzcan al perfil de joven problemático. Aspecto fundamental lo constituye el hecho de diversificar la intervención dando entrada y protagonismo a la familia, tutoría, psicopedagogo/a de centro, trabajadores sociales…

La trayectoria de un ser humano en su proyecto de vida, sus decisiones e intereses está determinada en gran medida por sus motivaciones. La motivación es un motor personal que nos impulsa a conseguir fines. En ocasiones es de índole extrínseca, relacionada con compensaciones externas ( premios, dinero, privilegios…) Otras veces, cuando el sujeto es más maduro, más autosuficiente y gana en estadios de crecimiento moral, la motivación es intrínseca. Se hace algo, se persigue un objetivo o se pone ilusión en una empresa porque creemos que así lo debemos hacer y despertamos emociones de alegría o autosuficiencia; no por una compensación material sino por el placer interior que nos produce una actividad concreta.

C. LOS REFORZADORES.

Al hilo de las motivaciones y dentro del paradigma conductista los refuerzos adquieren una relevancia fundamental como instrumentos encaminados a “forzar” en un sujeto la aparición de conductas y hábitos entendidos como valiosos para conseguir una finalidades frente a otras no deseables.

Cuando una respuesta concreta va aparejada de resultados placenteros se está generando la implantación de la misma al efecto de que adquiera con el tiempo la condición de hábito.

Los refuerzos encaminados a producir la aparición y asentamiento de conductas deseables se denominan refuerzos positivos. Consisten en la administración de premios, privilegios apetecidos por el sujeto. Aquellos que tienden como finalidad retirar privilegios se denomina refuerzo negativo ( no utilizarás la play hasta que finalices tus tareas ). La retirada planificada del premio hace aparecer la conducta deseada..

Los reforzadores tienen su sentido en personas y situaciones donde se pretende la aparición o corrección de conductas concretas a corto plazo. Se basan en el estímulo – respuesta y no se centra en el fondo de la cuestión, en un abordaje racional para que

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