Montessori en casa

Cómo crear un Ambiente Montessori en casa

La primera tarea de una Guía Montessori es montar su ambiente. En Montessori el salón de clases se llama Ambiente Preparado. Los padres también pueden crear un ambiente preparado en casa. Un ambiente preparado no sólo incluye materiales físicos, también incluye la atmósfera y las reglas que gobiernan el ambiente (en la escuela o en la casa).  

Preparando el Ambiente

En la casa o en la escuela para un niño pequeño, se debe poner mucha atención en la seguridad del ambiente. Es un hecho conocido que el niño se desarrollará de manera integral (mental, física y emocionalmente) cuando tiene libertad para moverse y explorar en un ambiente amplio en vez de mantenerse en una cuna, corral, carreola o andadera. La exploración del ambiente es vital, desde su nacimiento, cuando un niño tiene libertad de moverse en su cuarto y más tarde alrededor de toda la casa –debe tenerse especial cuidado en garantizar su seguridad, cubriendo los contactos eléctricos, quitando los cables o las plantas peligrosas a su alcance, guardando las sustancias tóxicas.

Las vallas de medio metro, que pueden ser saltadas por los adultos, crean espacios seguros e interesantes para el niño alrededor de la casa. Cuando el niño es capaz de explorar fuera de su cuarto, la valla puede emplearse para proteger al niño en lugares inseguros como el estudio, la cocina o cualquier otro lugar peligroso para el niño.

El tiempo en que el ambiente se prepara con mayor facilidad es antes de que el niño comience a desplazarse; los papás gatean por el cuarto del niño para darse cuenta de lo que el niño puede alcanzar o lo que le atraiga, para hacer el lugar seguro. A medida que el niño crece el ambiente se hace más grande para el niño, se acondicionan otras habitaciones de la casa y con mayor razón cuando ya gatea rápidamente o empieza a caminar, los adultos deben continuar vigilando la seguridad de la casa.  

Durante los primeros tres años el niño absorberá, como una esponja (la mente absorbente del niño), lo que esté en el ambiente, feo o bello, comportamientos rudos o gentileza, lenguaje bueno o malo. Como padres, somos su primer modelo de lo que significa ser humano.

La calidad y la belleza del ambiente y los libros y materiales son muy importantes para atraer, satisfacer y mantener la atención del niño. Si el niño está expuesto a sonajas y juguetes hermosos, ayudará a crear un mundo con los mismos estándares elevados del adulto.

Los juguetes, las sonajas, los rompecabezas, las mesas y las sillas que corresponden a la edad y estatura del niño demuestran nuestra apreciación y respeto por él. Los cuadros en la pared, colgados al nivel de los ojos del niño, pueden ser reproducciones de obras bellas de artistas famosos debidamente enmarcados o simples posters, en vez de caricaturas a veces poco estéticas y hasta agresivas, que los adultos suponen ser preferidas por los niños.

Hemos observado que los niños se sienten atraídos hacia el arte universal que ha pasado la prueba del tiempo. Los niños también disfrutan observar sus propias creaciones de arte enmarcadas y desplegadas sobre la pared. Los cuadros de los niños se pueden cambiar con frecuencia, a medida que crean nuevos trabajos.

Los trabajos más antiguos se pueden ir fotografiando y guardando en archivos en la computadora junto con fotos de los niños, creando así un álbum, sin atiborrar los closets de cientos de trabajos.

En vez de guardar muchas cosas en un gran baúl de juguetes, es más satisfactorio para los niños conservarlos en orden en repisas, colgados en ganchos, clasificados en charolas o separados en canastas. Esto también permite que el guardado de las cosas sea más lógico y placentero. Es posible colocar los estantes en el cuarto del niño, la sala o cualquier otro lugar que se tenga destinado para que el niño juegue, aún antes de que nazca. Los papás pueden así colocar los objetos del bebé de inmediato, desarrollando un ejercicio que pronto será un ejemplo para que el niño guarde sus juguetes en su lugar cuando no los esté usando.

Algunos aspectos para considerar cuando se organiza el ambiente de los niños son.

1. Tener un lugar en cada habitación –la recámara, la cocina, el comedor, la sala, el baño y demás– para unos cuantos objetos seleccionados que pertenezcan al niño.  

1. Pensar cuidadosamente acerca de las actividades familiares y los materiales usados en todas las áreas de la casa y arreglar el ambiente para incluir al niño.  

1. No colocar muchos objetos al mismo tiempo. Unas cuantas canastas con herramientas o juguetes para usarse en el momento son suficientes.  De esta manera puede aprender como guardar todos los juguetes por completo. A medida que crece se puede incrementar el número de piezas de un juguete para armar, por ejemplo.

1. Es buena idea rotar los libros y los juguetes –guardando durante un tiempo aquellos que ya no le llamen la atención o aquellos que ya no corresponden a su edad. Una rotación mensual puede ser adecuada. A veces el hermano mayor puede ayudar. ¡Hay que tener mucho cuidado en dejar a la mano los favoritos!!!

Muebles

Los estantes son un componente importante en el ambiente de los niños. No tienen que ser muebles caros pueden ser tan simples como un tablón y celosías (ladrillos o bloques), o tan elegantes como se desee. Lo importante es que estén a su alcance.

Es muy importante que el niño tenga una mesa sólida y sillas o bancos que le permitan sentarse derecho y con los pies en el suelo para poder dibujar, armar, jugar o tomar un refrigerio. Además de desarrollar una buena postura, el niño podrá concentrarse mejor en esta posición.

Existen escalones o bancos de madera sólidos que son de gran ayuda en el baño para alcanzar el lavabo o quitarse la ropa y colocarla o en la cocina para alcanzar el fregadero, y que permitirán que el niño desarrolle actividades e independencia.

Es preferible que su cama sea baja para evitar accidentes y para que pueda subirse y bajarse solo.  

El Ambiente y el Desarrollo del Pensamiento

Un ambiente bello puede ejercer una profunda influencia en los pequeños.

Los cuadros, juguetes, particularmente los estantes repletos, cuya presencia es ya imperceptible por los adultos, representan para los pequeños una barrera visual, que puede causar estrés.

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