Más Allá De La Psicoterapia Tradicional

“Más allá de la Psicoterapia Tradicional”

La psicoterapia tradicional en México ha sido psicoanálisis o los procesos orientados psicoanalíticamente. Esta influencia ha sido muy marcada que la misma psicología la ha identificado con el psicoanálisis. En la actualidad una corriente psicológica como el psicoanálisis y las ciencias psicológicas, las diferencia no son muy claras.

No es pues ya admisible que se identifique la psicología con las corrientes psicoanalíticas. Se ha hecho un gran esfuerzo para el reconocimiento de la psicología poniendo mucho énfasis en la objetividad de los datos. Pero aun así es aún desconocida y peor aún poco utilizada en los países latinoamericanos.

El enfoque centrado en la persona emanado de los modelos psicológicos tiene como objetivo aislar las variables que provocan un cambio favorable en las personas que buscan ayuda psicoterapéutica. Al cumplir con las tres actitudes básicas se ha observado que pueden producirse cambios estables y benéficos en el proceso psicoterapéutico.

Estas observaciones no han sido únicamente de estudios, sino de relaciones entre maestros y alumnos, padres e hijos, así como de otras personas.

El autor menciona que los procesos psicoanalíticos por la misma duración son evidencia de del bajo nivel de eficiencia para estimular transformaciones favorables.

El Enfoque centrado en la Persona facilita el cambio favorable y duradero en la persona que busca ayuda como el terapeuta, no se niega por supuesto las aportaciones de otras corrientes, pero si se ha prescindido de marcos de referencia puramente técnicos.

Las mismas corrientes psicoterapéuticas se van enriqueciendo unas con otras, de tal suerte que que como menciona Alfred Adler, el proceso psicoterapéutico efectivo en realidad es solo uno, con distintas variantes. Esto me hace pensar sin ninguna intención de comparar en la frase que todas las religiones conducen a Dios.

La actitud empática es compartida por todas las corrientes psicoterapéuticas contemporáneas.

En el enfoque centrado en la persona esta actitud es un factor terapéutico de primer orden, pues intenta captar la experiencia de la otra persona con todos los matices del sentimiento, con todos los significados que tiene esa experiencia para esa persona.

La actitud empática

La empatía genuina, facilita el proceso “depresivo” o sea la exploración consciente de la experiencia en amplitud y profundidad.

La actitud empática en el enfoque centrado en la persona que toda persona es capaz, en condiciones favorables, de explorar su propia experiencia y, debido a su impulso natural al crecimiento, efectuar los cambios que considera más apropiado para sí. Está enfocado en captar con la mayor precisión los matices del sentimiento y el significado de la experiencia. No necesita hacer una regresión para ir integrando a su experiencia consciente elementos que habían quedado fuera de ella. En todas las corrientes, cuando el terapeuta como director, panificador o maestro, sabotea sus propios objetivos.

La actitud positiva incondicional

En el enfoque centrado en la persona, esta actitud más allá de la permisividad es una manifestación de interés y aprecio por todo lo que la persona es. No es una aprobación, sino un interés genuino por la realidad interior y exterior de la otra persona.

Cuando una persona puede descubrir, en el camino de su exploración, todo en ella y se le recibe con una actitud positiva e incondicional, no solo merecen sino reciben un genuino aprecio por parte del psicoterapeuta, los recursos de esta persona, en el presente se van movilizando para hacerla crecer en autoestima, estableciendo pautas para sentir consigo mismo y para con los demás esta actitud también.

Aunque es cierto que es bien difícil mantener una genuina actitud positiva e incondicional hacia el comportamiento global de otra persona, cuando no se acepta que esta tiene la capacidad para orientar su propia existencia.

Esta actitud también pareciera tener límites en todas las corrientes

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