PENSAMIENTO MODERNO
azulclst19 de Septiembre de 2012
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Unidad 4
• El Experimentalismo de John Dewey
Han sido múltiples los títulos que se han dado a la teoría educativa del norteamericano J. Dewey: Pragmatismo instrumentalista, para denotar que en él se conjugan la filosofía pragmatista estadounidense y la teoría del conocimiento como instrumento; Activismo experimental, por haber sido una de las figuras más sobresalientes en la educación nueva o activa y haber entendido que la experiencia era el eje de sus sistemas; Teoría del desarrollo universal, que es la otorgada por J. P. Wynne,1 y expresa la concepción evolucionista, de signo darwiniano, aceptada por el filósofo norteamericano, a la vez que exigía una educación integral o universal; Teoría genética y social de la educación en palabras de Claparède ya que el niño ha de ser educado de acuerdo con las disposiciones y aptitudes propias, estudia las facultades humanas en conjunto y no independientemente, y prepara al alumno para adaptarse a la sociedad en la que está inmerso, además de ser el representante más genuino del funcionalismo norteamericano, si bien J. R. Anegell fue la figura cumbre; experimentalismo, porque la experiencia es el concepto capital en epistemología deweyana; instrumentalismo, también de sabor gnoseológico, como veremos en este capítulo; y operacionismo, porque en materia de conocimiento adopta una actitud operativa, que condiciona toda su teoría educativa.
Influencias recibidas
El primer contacto intelectual de J. Dewey fue con una teoría filosófica y educativa, que poco tiene que ver con lo que iba a ser su postura definitiva; nos referimos al idealismo hegeliano, aprendido a través de W. T. Harris, el que fuera líder de la filosofía idealista educacional en Estados Unidos, a donde había acarreado la corriente alemana en boga a mediados del siglo xix; Harris fue lector de los originales de las primeras obras de J. Dewey, le estimuló ardientemente en su carrera y a él debe su vocación filosófica.
Superado este periodo idealista, J. Dewey ingresó en la John Hopkins University, donde realizó sus estudios de doctorado bajo la dirección de G. S. Morris, que entusiasmó más a su alumno a seguir el idealismo kantiano y hegeliano, polarizando su atención hacia el neo idealismo inglés, representado por Thomas M. Green, John Caird...
Posteriormente se enfervorizó por la filosofía más genuinamente norteamericana -el pragmatismo- que sellara su mente y será el punto de arranque de su teoría. No
1 Wynne, J. P. Theories of Education. An Introduction to the Foundation of Education, Harper and Row, Nueva York, 1963; traducción italiana: La Teoría moderna dell' éducazione, Armando, Roma, 1968, págs. 229-3I8.
olvidemos que J. Dewey se encariñó por la biología y las ciencias sociales, plataforma apta para asimilar el pragmatismo de Charles Sanders Peirce (1839-1914) , cultivador, dentro del pragmatismo, de la física y las matemáticas; y el de William James (1842-1910), filósofo popularizador del pragmatismo derivado hacia la psicología. J. Dewey, en el contexto pragmatista, representa la línea educacional y psicológica. A este periodo hay que unir su permanencia en la University of Chicago (1894-1904) , como director de la School of Education y fundador-director de la Escuela Experimental de Niños, que él consideró siempre un verdadero laboratorio pedagógico. El oeste americano, que pasó por entonces momentos difíciles, despertó en Dewey sentimientos sociales e inquietudes políticas que jamás declinó.
No hubiera madurado cabalmente su teoría educativa y filosófica, de no haber sido cautivado por el evolucionismo darwiniano, que le -hizo considerar fluentes a la vida y al mundo, tener una concepción de la inteligencia' como función biológica evolutiva, ser el primer teórico de la educación que hizo uso de las ideas darwinianas, estimar la inteligencia como un instrumento de adaptación y ver la sociedad en perpetua ebullición y cambio. Hay autores que piensan que J. Dewey aprendió en el evolucionismo tres de los principales conceptos de su teoría educativa: la noción de la experiencia, la naturaleza del hombre y del pensamiento humano, y la negación de fines fijos.2
Su labor universitaria continuó en el Teacher's College de la Columbia University, de Nueva York (1904-1929) , periodo durante el cual tuvo contacto con una poderosa corriente psicológica norteamericana -el conductismo-, que también dejó indeleble huella en su teoría educativa. Del conductismo heredó la importancia radical dada por él al medio ambiente, como factor primordial en la tarea educativa y en el desarrollo de la personalidad humana. J. Dewey no fue conductista en psicología, sino funcionalista, pero el concepto de instrumento, aplicado por el conductismo a los músculos y los nervios, conformó el significado operativo e instrumentalista de su epistemología y de su teoría educativa.
Filosofía de J. Dewey
Será fácil disculpar, al final de esta lección, las páginas dedicadas a la filosofía de J. Dewey; sin ellas resultaría incomprensible su teoría de la educación, que está imbricada en su visión del mundo. El mismo pedagogo norteamericano, tras haber expuesto los puntos más destacados, de su teoría educativa, hace una revisión y escribe:
"Nuestra tarea ulterior consiste en extraer y hacer explícita la idea de la filosofía implícita en estas consideraciones."3
Otros textos valiosos para introducirnos en su pensamiento son:
2 Gallagher, D. A. Some Philosophers on Education, The Marquette Universay Press, 1956, págs. 3-4.
3 Dewey, J. Democracia y educación, Losada. Buenos Aires, 1971, pág. 342.
"La filosofía podía casi definirse como el pensar que ha llegado a ser consecuencia de sí mismo, que ha generalizado su lugar, función y valor en la experiencia."4 "La filosofía puede, incluso, definirse como la teoría general de la educación."5
Considera que la teoría que no introduce ninguna diferencia en el trabajo educativo, tiene que ser artificial. Le condujeron a este modo de pensar sus aspiraciones a vincular la reflexión mental con la vida, la educación con la política y experiencias; no pudo entender una filosofía pura, desvitalizada. Sólo cuando veamos las relaciones entre el pensamiento y experiencia, cuando comprobemos que el origen del pensamiento es la incertidumbre en la materia a experimentar, cuando comprendemos que la filosofía es un pensamiento que resuelve los conflictos y perplejidades existentes entre los intereses organizados y las aspiraciones institucionales, habremos asentado las premisas para potenciar la doctrina de Dewey.
Epistemología. La teoría del conocimiento parte de que la mente tiene una base cultural, que la inteligencia es una actividad adaptativa y que el aprendizaje es una realización práctico-vital. La inteligencia es la capacidad para solucionar problemas y situaciones nuevas; la inteligencia es, pues, un instrumento de soluciones. Esta concepción de la inteligencia es muy biológica y muy evolucionista; los procesos vitales del individuo le permiten adaptarse a las situaciones nuevas poco problemáticas, pero se requiere un instrumento más fino de adaptación en casos complicados. Este instrumento es la inteligencia, que, además de solventar las situaciones de emergencia, es órgano de evolución y desarrollo, entendido éste como un paso hacia el mejoramiento. El pensamiento humano será tanto más verdadero, cuanto más despejado quede el horizonte tras la intervención de la inteligencia; la verdad es la organización acertada de la realidad y de las experiencias.
Dewey considera cuatro fases o etapas en el pensamiento humano. La etapa inicial o primera es la experiencia, la cual equivale a la necesidad de una situación empírica real, a un tipo de ensayo y error. Esta primera fase, tratándose de la enseñanza, ha de ser lo más antiescolar posible, pues se trata de despertar el pensamiento y no de un ejercicio verbalista. La situación ha de ser de tal naturaleza que presente lo que es nuevo, pero conexionado con los hábitos existentes para despertar una respuesta eficaz. La experiencia inducirá el pensamiento, si inquiere sobre la cualidad del problema. De cara a la escuela se impone una conclusión: para que el niño se cuestione, problematice e inquiera "tiene que haber más material real, más objetos, más aparatos y más oportunidades para hacer cosas antes que pueda salvarse el abismo".6
La segunda etapa es disponer de datos, porque "el material del pensar no. son los pensamientos, sino las acciones, los hechos, los sucesos y las relaciones de las cosas. En otras palabras... debemos haber tenido u obtener ahora experiencias que nos
4 Dewey, J. Op. cit., pág. 345.
5 Dewey, J. Op. cit--- pág. 347.
6 Dewey, J. Op. cit., pág. 170.
ofrezcan recursos para vencer la dificultad que se presenta. Una dificultad es un estímulo indispensable para pensar; pero no todas las dificultades provocan pensamiento".7
Los datos los extrae el alumno de su memoria, de la observación, de la lectura y de la comunicación; el pensador ha de disponer de recursos y estar habituado a revisar sus experiencias pasadas para ver lo que le ofrecen. Dewey ataca a las escuelas que abusan de la acumulación informativa, repetible en el examen. Esto no es conocer, es sólo disponer de datos.
La tercera etapa la constituyen las ideas, que son la fase creadora, la previsión de los resultados posibles, la invasión de lo desconocido, un salto hacia lo porvenir, una incursión en lo nuevo, una invención. Ideas son también las sugestiones, las inferencias, los sentidos conjeturados, las suposiciones y explicaciones
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