PENSANDO LOS MODELOS DE INTERVENCIÓN NO VICTIMIZANTE CON NNyA VÍCTIMAS DE A.S.I.

PENSANDO LOS MODELOS DE INTERVENCIÓN

NO VICTIMIZANTE CON NNyA VÍCTIMAS DE A.S.I.

Desempeñándome al momento como acompañante externa / personal privado no docente (AE / PPND), transitando diariamente el jardín, compartiendo todos los días la cotidianeidad y construyendo diversas experiencias junto a los niños y docente de grupo, puedo representarme e imaginar desde ese rol (considerando las herramientas que fui forjando desde la disciplina o área de la educación a partir de mi formación como psicopedagoga) un modelo de intervención no victimizante con niños o niñas víctimas de abuso sexual o violencia.

A este respecto quiero dejar en claro que advierto en el abuso sexual un acto de violencia y que, por ello mismo, podría dar cuenta de un repertorio bastante amplio de situaciones en las cuales los niños son víctimas de hechos violentos, con diversos tipos de abusos.

En esto de “imaginar” un modelo de intervención no victimizante con niños víctimas de abuso, en este caso sexual, me cuestiono sobre lo “no victimizante”. En referencia a ello, entiendo como intervención no victimizante aquella en la que se permite el despliegue de una historia, una situación o un hecho sin colocar al niño en la posición de víctima, sin cuestionarlo o juzgarlo respecto a su relato. En otras palabras, intervenciones que promuevan la escucha, el desarrollo de la palabra y la acción y una observación que no atente a anular el decir o no decir del niño o de la niña como sujetos de derecho.

Cada niña, cada niño, entiende la realidad a partir de las herramientas con las que cuenta, según la etapa evolutiva en la que se encuentra, por lo cual  debemos pensar que las situaciones vividas en la temprana infancia son re-significadas con el paso del tiempo, la posibilidad de elaborar esta situación traumática no culmina hasta después de la adolescencia. La educación inicial es la puerta de entrada a un mundo nuevo y de aprender a decir de diversas maneras, muchas problemáticas son puestas en escena durante ese período y estar atentos, permitiendo el diverso modo de decir de los niños, resulta fundamental para ayudar, para pedir ayudar y para intervenir a tiempo.

Propongo un modelo de intervención que pueda llevarse a cabo en ese espacio social–el jardín- considerando la importancia de ese espacio y de ese tiempo en la vida de los niños:

• Promover espacios de juego individual y colectivo: A partir del juego los niños pueden comunicar un sinfín de hechos y de situaciones que atraviesan o atravesaron, las cuales por algún motivo los angustia, los moviliza, los marca. A través de juegos en donde el niño debe construir, armar, diseñar, proyectar, etc., se habilita a la proyección de sus sentimientos, de su pensamiento, de sus vivencias cotidianas y, por supuesto, de fantasías que muchas veces nos permiten pensar cómo ellas tienen cierta conexión con el real. Juegos de cocina, de dramatización, el juego de la familia, entre otros, son puentes a partir de los cuales muchas veces promovemos intervenciones no victimizantes, permitiendo el decir espontáneo del niño.
• Habilitar momentos de diálogo con los niños: El jardín es, habitualmente, el lugar de salida al mundo de los niños, un espacio en donde se sienten protagonistas y al cual llevan las experiencias vividas; también, en el jardín los niños expresan sus curiosidades más variadas y suelen buscar la complicidad de los docentes para contarles cosas que para ellos son importantísimas. Cuando aparecen estos momentos no hay que anularlos, por el contrario, hay que darles lugar, los niños son muy atentos a las palabras del otro a partir de las cuales muchas veces se propician sus propios cuestionamientos respecto a determinadas situaciones, como también a manifestar miedos, angustias, enojos.
• Ofrecer exploración de libros y debatir sobre las historias de los mismos:Los libros son un recurso pedagógico que despierta ideas, cuestionamientos e intereses y también abre camino como disparador para construir relaciones entre lo que leemos y lo que vivimos. El material que podemos encontrar en los libros y la apertura a temas tan diversos (cuidado del cuerpo, familia, relaciones sociales, entre infinidad de áreas) permite a los docentes utilizar este recurso para abordar temas que resultan controvertidos muchas veces y que, a partir de lo que leen los chicos exponen y preguntan. Pensemos en que cada niño es un sujeto singular, único, diferente, y que la posibilidad de recurrir a diferentes estrategias para “oírlo” dependerá de considerar mediante qué canal el niño puede hacer expresión de sus problemáticas.
• Proponer consignas artísticas: El arte es la vía de expresión por excelencia en la etapa inicial. Los niños disfrutan de realizar producciones manuales y para los profesionales es un recurso riquísimo, incluso cuando el niño manifiesta desinterés en ello. A partir de ellas los niños pueden significar y exponer las relaciones con su entorno familiar, siendo una actividad metacognitiva en la cual intentan responderse a sus propias dudas.

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