PROBLEMAS DE CONDUCTA EN PREESCOLAR

PROBLEMAS DE CONDUCTA.-

Hoy en día es difícil encontrar un sólo centro donde no haya problemas de disciplina dentro de las aulas. Estos problemas dificultan el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Aulas en donde un alto porcentaje del alumnado presenta problemas de conducta debido, en gran medida, a que son alumnos de desventaja social, familiar y/o económica. Las principales características de este tipo de alumnado son:

• Falta de hábito de trabajo.

• Problemas de comportamiento y convivencia.

• Alto índice de absentismo escolar.

• Absoluto desinterés por aprender.

• Completa desmotivación por auto-superarse.

• Carencia de valores imprescindibles para el pleno desarrollo de la personalidad integral del alumno.

• Escaso respeto hacia la Mtra.

Es evidente que si la educación en valores es imprescindible para todos y cada uno de nuestros alumnos, en el caso de este tipo de alumnos con problemas de conducta dicha educación es incluso más importante.

PADRES.- Una de las grandes dificultades de los padres es saber cómo tratar la conducta agresiva de sus hijos ya que, a menudo, nos enfrentamos a la desobediencia y a la rebeldía de los hijos. La agresividad es un trastorno que, en exceso, y si no se trata en la infancia, probablemente originará problemas en el futuro, y se plasmará en forma de fracaso escolar, falta de capacidad de socialización y dificultades de adaptación. La influencia de la familia en la conducta del niño es uno de los elementos más relevantes dentro del factor sociocultural del niño. La familia lo es todo para él. La familia es su modelo de actitud, de disciplina, de conducta y de comportamiento.

-Muchas de las ocasiones no nos damos cuenta de los problemas que pueden tener nuestros niños por eso para intentar detectar un problema psicológico, en cualquier proceso diagnóstico, sería muy eficiente responder a ciertas preguntas relacionadas con el contexto educativo familiar de ese menor:

• ¿Se siente querido y amado incondicionalmente por sus padres?

• ¿Experimenta cuidado, atención y protección?

• ¿Percibe el hijo disponibilidad por parte de sus padres?

• ¿Se ha creado un vínculo afectivo que aporta seguridad?

• ¿Están los padres preparados y comprometidos para ejercer una crianza sana y respetuosa?

• ¿Está el hijo orgulloso de sus padres?

• ¿Son predecibles, creíbles

...