PROCESOS AFECTIVOS
joshe2020 de Noviembre de 2012
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"PROCESOS AFECTIVOS"
Psic. Anneliese Dörr A.
Encargada Asignatura Psicología Médica
PROCESOS AFECTIVOS
Ps. Sonia Jara
Ps. Anneliese Dörr
INDICE
1. Los sentimientos
2. Las emociones
2.1 Movimientos del sentimiento (o emociones)
2.2 Teorías sobre la emoción
2.2.1 Teoría de James y Lange
2.2.2 Teoría de Cannon-Bard
2.2.3 Teoría de Schachter-Singer
2.2.4 Teoría de “Feedback” facial
2.2.5 Interacción químico-cognitiva en la emoción
3. Estados sentimentales o sentimientos permanentes
4. Tendencias e Instintos
4.1 Los instintos
4.2 Las tendencias
4.2.1 Vivencias pulsionales de la vitalidad
4.2.2 Vivencias pulsionales del Yo Individual
4.2.3 Vivencias
5. Psicopatología de la emociones
BIBLIOGRAFIA
“Procesos afectivos”
La afectividad es un área de estudio de la Psicología que presenta una estrecha conexión con el área de la salud. El hombre siente, piensa y actúa, distinguiéndose por tanto, los procesos emocionales (sentimientos, emociones, estados emocionales, humor, pasiones, tendencias, instintos, etc..) de procesos cognitivos (percepción, atención, memoria, inteligencia, lenguaje, etc) y de la conducta (actos volitivos, actitudes, motivaciones, aprendizaje, etc.).
Los procesos afectivos son aquellos que están encargados del manejo de la energía, que definen cómo se procesan cognitivamente ciertos sectores de la información. No sólo están determinados por estructuras cognitivas sino que también por sentimientos (Lersch, 1966).
La palabra afecto se usa casi como sinónimo de emoción, aunque en la emoción, (por su misma etimología, deriva de movere) se pone el acento en la respuesta. La palabra emoción se empezó a usar en castellano recién en el siglo XIX y deriva del francés, émotion, aparecida en el siglo XVI y que a su vez deriva de émouvoir, cuyo significado es conmover. La palabra francesa procede del latín, movere, que tiene varias significaciones. Al menos dos corresponden a verbos reflexivos: moverse y estremecerse y el resto a verbos transitivos como transformar, estimular, inquietar, asustar y entusiasmar. (Dörr, O. 2006)
Por mucho tiempo se consideró a las emociones como poco importantes, dándole siempre mas importancia a la parte más racional del ser humano. Pero las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales, motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos. De todas formas, es difícil saber a partir de la emoción cual será la conducta futura del individuo, aunque nos puede ayudar a intuirla.
Claude Bernard ,fisiólogo francés del siglo diecinueve, planteaba que "el sentimiento estaba en el origen de todo. El hombre empieza por crearse una hipótesis que no es más que la expresión de su sentimiento, puesto que razona sobre él". En cada instante se experimenta algún tipo de emoción o sentimiento, que es función de lo que nos ocurre y los estímulos que percibimos; otra cosa es que podamos expresar claramente qué emoción experimentamos en cada momento. (Bergson, 1998).
Por otra parte, y contemporáneo a Bernard, tenemos a Charles Darwin quien observó como los animales (especialmente en los primates) tenían un extenso repertorio de emociones, y que esta manera de expresar las emociones tenía una función social, pues colaboraban en la supervivencia de la especie. Por tanto, la emociones tendrían una función adaptativa.
En la obra de Wukmir , "Emoción y sufrimiento" (1967), se plantea que las emociones son experiencias complejas, pero con el vocabulario usual puede hacerse que personas de un mismo entorno cultural puedan compartirlas. El autor piensa que siendo la vida y la supervivencia lo positivo para un ser vivo, la emoción es el resultado de una medida (o valoración) subjetiva de la posibilidad o probabilidad de supervivencia del organismo en una situación dada o frente a unos estímulos determinados. La emoción informa al organismo acerca de la favorabilidad de cada situación. Diríamos, pues, que la emoción se comporta como una variable de estado intensiva (el valor total es igual al promedio de las partes). A cada estado de nuestro organismo le corresponde una emoción, que es más positiva cuando se trata de un estado más saludable, más orientado hacia la vida (orexis) y es más negativa cuando nuestro estado se acerca más a la enfermedad y la muerte (anorexis).
Con la aparición y desarrollo del córtex, los procesos cognitivos participan de forma fundamental en la elaboración de las emociones. En particular, la importancia del neocórtex en la especie humana es tal que, los procesos cognitivos determinan en gran medida nuestras emociones. Pero el hecho de que el córtex y neocórtex participen en la elaboración de las emociones no significa que sea de forma consciente. La elaboración de las emociones es un proceso no voluntario, del que se puede ser sólo parcialmente consciente.(González M.P. & cols.1998)
La realidad es que no tenemos control sobre la emoción misma, sino solamente sobre su manifestación consciente. Este concepto fue muy bien desarrollado por el fenomenólogo Phillip Lersch (1966), quien aclara que nuestro “yo” puede reprimir un sentimiento, instinto u emoción, pero no está en su poder provocarlos, es decir uno no decide al levantarse enamorarse ese día en particular.
Así que, por intermedio de la emoción, un organismo sabe consciente o inconscientemente si una situación es más o menos favorable para su supervivencia. La emoción se configura, pues, como el mecanismo fundamental que poseen los seres vivos para su orientación en la naturaleza con el fin de su supervivencia. Pero, como todo proceso de medida, las emociones están sujetas a errores que acaban perjudicando al organismo. Todo organismo puede equivocarse en su valoración emocional. Todo proceso de medida puede ser erróneo en grados variables. Los mecanismos emocionales, al igual que los perceptivos, son limitados y están sometidos a múltiples incidencias, tanto internas como externas, que disminuyen su eficacia. En consecuencia, la emoción experimentada puede no corresponder a la realidad de la situación y producir graves perjuicios al organismo. Es decir, una situación puede ser valorada positivamente (experimentar una emoción positiva), aunque, en realidad, sea muy perjudicial para el organismo.
Un ejemplo típico es el efecto droga. La droga es un estímulo capaz de engañar al sistema emocional produciendo emociones positivas, es decir, hacer que el organismo valore dicho estímulo como positivo para su supervivencia, cuando, en realidad es todo lo contrario. De hecho, en la vida de los seres vivos, los errores emocionales son frecuentes. Nuestra experiencia subjetiva nos enseña que muchas emociones experimentadas son incorrectas y que sólo mediante un gran esfuerzo de introspección puede desentrañarse el tipo de emoción que corresponde con nuestra realidad. Saber lo que sentimos verdaderamente es algo difícil de lograr. Esto no tendría mayores consecuencias si no fuese porque la emoción determina directamente todo nuestro comportamiento y el error nos sitúa en una posición de riesgo. (González M.P. & cols.1998)
Desde la filosofía, también Heidegger (1927) se refiere al tema, y plantea que "El ser de este ente es mío, para la realidad humana", existir es siempre sumir su ser; es decir, ser responsable de él en vez de recibirlo desde fuera como lo hace una piedra". "Esta "asunción" de uno mismo que caracteriza a la realidad humana implica una comprensión, por oscura que sea, de la realidad humana por sí misma.", “la realidad humana -que es yo- asume su propio ser comprendiéndolo” . Heidegger piensa que volveremos a encontrar el todo de la realidad-humana, ya que la emoción es la realidad-humana que se asume a sí misma y se "dirige-emocionada" hacia el mundo. Husserl (1964), por su parte, piensa que una descripción fenomenológica de la emoción pondrá de manifiesto las estructuras esenciales de la conciencia, puesto que una emoción es precisamente una conciencia. Karl Jaspers (1959) llega a afirmar que de todos los fenómenos psíquicos, la vida emocional es la más difícil de aprehender y que en la práctica “llamamos ‘sentimiento’ (o emoción) a todas las configuraciones psíquicas poco desarrolladas, confusas y que escapan a todo análisis”. Y luego agrega: “En suma, designamos con esta palabra a todo aquello (del mundo psíquico) que no sabemos cómo definir” (p. 90).
Para comprender y aprehender el fenómeno de la emoción con mayor precisión y exactitud, se hace indispensable hacer una revisión de la perspectiva fenomenológica, la cual hace un estudio acabado de los sentimientos, emociones, estados emocionales, humor, pasiones, tendencias, instintos, describiendo sus características distintivas y sus principales diferencias.
1. Sentimientos
La palabra sentimiento deriva de la palabra latina sentire que significa percibir por los sentidos. Sin embargo, es un término que abarca más
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