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PSICOLOGÍA DE LA PERSONALIDAD, LOS ORIGENES


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2018  •  Ensayos  •  1.150 Palabras (5 Páginas)  •  186 Visitas

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Ensayo “PSICOLOGÍA DE LA PERSONALIDAD: LOS ORIGENES”

Comencemos por entender que es la personalidad, y al revisar la literatura nos encontramos con Allport y Vernon (1930) [1]  que expresan “Todo el mundo sabe lo que es la personalidad pero nadie puede explicarlo.”, con la cita anterior nos encontramos entonces con múltiples de definiciones, sin que haya consenso en alguna, para efectos de este ensayo diremos que “El estudio de la personalidad es el estudio del hombre y cómo se comporta, sus actitudes y motivaciones, los impulsos psíquicos que lo llevan a un determinado camino” [2].

El estudio de la personalidad lo podemos comenzar a ver en la antigüedad  en los estudios de los antiguos sobre la conciencia y el yo,  y en su reflexión en la filosofía y la ciencia. Es así como los primeros estudios de la personalidad los encontramos en los griegos “El estudio de la personalidad se puede remontar alrededor de un siglo antes de Cristo; desde entonces los Griegos se interesaron por personificar diferentes papeles en el drama de dicha cultura, para lo que las personas utilizaban máscaras que cubrían sus rostros; de esta manera les era posible representar distintos estilos de vida diferentes a los propios, sin dejar de ser ellos mismos. Es decir, asumir diferentes personalidades dentro de una misma persona, por lo cual el concepto personalidad se origina del término persona.” [3] Así mismo en la antigua Grecia encontramos a Hipócrates (460-370 a.C) y su teoría humoral en la cual refleja 4 temperamentos por su humor: sangre, bilis negra, bilis amarilla y flemas. La obra de Teofrasto de Ereso en Grecia (371 - 287 a.C) de Los caracteres o Caracteres Morales en la que describe los tipos de morales, el primer intento escrito de una sistemática de caracteres. Posteriormente Galeno en Grecia antigua (130 -210 d.C) distinguía 4 tipos de temperamento, considerados como emanación del alma, basado en Hipócrates y en los cuatros humores o fluidos que se consideran componentes básicos del cuerpo: sangre, bilis negra, bilis amarilla y flemas, que, solos o en combinación, determinaban el temperamento psicológico predominante en la persona:  sanguíneo (son personas rápidas y vivaces, su ánimo sufre oscilaciones entre la euforia, el entusiasmo y la tristeza.), melancólico (son personas fuertes y lentas, están inclinados a la depresión), colérico (son personas propensas a las explosiones coléricas)  o flemático respectivamente (Son personas lentas y débiles, frías e impasibles). Con ambos filósofos y el carácter y el temperamento surge en el entender de algunos autores la personalidad.  Luego encontramos a Cicerón (106 – 43 a.C) en la antigua Roma, quién definió la personalidad, desde cuatro puntos de vista: “a) la forma en cómo un individuo aparece frente a las demás personas; b) el papel que una persona desempeña en la vida; c) un conjunto de cualidades que comprenden al individuo; y d) como sinónimo de prestigio y dignidad, mediante el cual se asignaba el término persona de acuerdo con el nivel social al que se perteneciera.” [3]

Luego en la época medieval surge la relación de la personalidad con la Santísima Trinidad, entendido como algo sustancial y no asumido, es decir, que no se construye sino que se encuentra en sí mismo, hace parte de su esencia. Durante esta época también se combinan con aspectos éticos y característicos de los individuos, lo que lo hizo más generales. Boecio en el siglo VI define a la persona como una sustancia individual, racional y natural; y Santo Tomás de Aquino, quien exalta al individuo por encima de la realidad, pues pensaba que nada podía ser superior a la realidad que el ser posee.

El estudio de la personalidad propiamente dicho empezó en el siglo XX. Sigmund Freud (1856 - 1939) plantea su teoría sobre el “Ello” en la cual representa los impulsos, deseos y necesidades más elementales y primitivas del ser. Habla del “Yo” quien tiene el fin de cumplir de manera realista los deseos e impulsos del ELLO, contrarrestados por el “Súper Yo”, que a su vez es la parte que contrarresta al Ello, representando pensamientos morales y éticos adquiridos y aprendidos por medio de la cultura. Además, Freud plantea las etapas psicosexuales (oral, anal, fática, latencia y genital) las cuales influyen en la personalidad del ser humano a medida que va creciendo, predijo que si no se cumplía una etapa correctamente podía experimentar ansiedad, la cual podría persistir en la edad adulta del individuo, mostrándose como una neurosis o un trastorno mental funcional.

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