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Proceso Volutivo


Enviado por   •  17 de Diciembre de 2012  •  1.943 Palabras (8 Páginas)  •  3.531 Visitas

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Proceso volitivo

Procesos volitivos – conativos: Refleja la relación, orientación y regulación de la actividad personal. Lo constituyen la motivación, las actitudes y la voluntad.

Psicología experimental y análisis fenomenológico de la actividad voluntaria. La posibilidad de aplicar métodos experimentales en la investigación de los actos voluntarios es limitada, como es lógico; pero en ciertos aspectos es posible, y ello se debe a Külpe (v.) y la escuela de Wurzburg. Las primeras experiencias fueron realizadas por Ach demostrando la existencia de tendencias determinantes, distintas de la imagen y dependientes de la actitud mental. Dúrr muestra la ausencia posible de motivaciones sentimentales. Michotte y Prüm llegan por último al aislamiento experimental del acto voluntario como conciencia de acción.

La Psicopatología (v.) y las direcciones personalistas de la investigación aportan datos de interés. Kretschmer (v.) reconoce como «del mismo modo que en los reflejos inferiores el acto motor es provocado directamente:.. por un factor... mecánico, así en el acto voluntario es provocado por la decisión», atribuyendo a ésta el valor de un acto -psíquico, cuya existencia es fenomenológicamente incontestable, aun cuando la idea de fin (v.), que acompaña al acto voluntario, venga a constituirse dentro del marco de la explicación causal y científica en factor determinante del mismo.

Para Stern, en el proceso voluntario «la totalidad dinámica de la persona se enfoca en un acto compacto que rompe la tónica llana de los acontecimientos», si bien, «por otra parte, todo acto de voluntad está profundamente enraizado en esa actividad a la que parece oponerse». Ni se trata del instinto sublimado, ni de algo contrapuesto. «La voluntad es ambas cosas a un tiempo y, en consecuencia, algo totalmente peculiar y nuevo, y específicamente humano».

Lersch (v.), de acuerdo con Klages, separa radicalmente el acto voluntario de los procesos endotímicos en su totalidad: «por la voluntad, dice Klages, yo soy portador activo del suceso; en la vivencia, portador patico». Igualmente Max Scheler (v.) distingue la gana y el deseo del querer, situando los dos primeros entre las funciones psicofísicas y el último entre’ los actos personales -espirituales-.

3. Génesis y desarrollo de los procesos volitivos. Stern ha señalado el carácter prospectivo del v., su referencia activa y consciente al futuro. Esta temporalidad del acto voluntario acredita el paralelismo entre el desarrollo personal y el del v., entre su aparición y la de la vivencia del yo (v.).

Es coincidente la observación de que al desarrollo motor y al inicial comportamiento adaptativo y reflejo, siguen la aparición del lenguaje (v.) y las formas elementales de elaboración conceptual, entre el tercero y el quinto año de la vida del niño. En este mismo periodo, se constituye, junto a las formas de acción de respuesta refleja, una segunda forma distinta de ésta y que representa, según Warren, la fase psicomotriz de la actividad personal. Tal intento de actividad, con su intencionalidad, viene a ser como un barrunto de los movimientos voluntarios.

Se manifiesta hacia el cuarto año. No se trata ni de la reacción inmediata, ni de la esencial automoción característica de cualquier ser vivo. Aparece como respuesta diferida, mediata, o como movimiento original, denotando así la apertura del virtual espacio interior (o intimidad), lugar común de los fenómenos psíquicos. Con ella se inicia la conciencia del yo

Lersch interpreta este hecho como resultado de la llamada primera edad de la obstinación, cuando el niño realiza la experiencia de que no puede ceder sin más a sus impulsos, ni satisfacer sus instintos de manera inmediata por tropezar con las resistencias del mundo exterior.

Ch. Bühler subraya que la experiencia de la contraposición del yo y el mundo (relación sujeto-objeto) característica de la edad, trae aparejadas la proposición de fines y la producción de obras. De esta manera, el desarrollo de la volición se inicia a partir de la simultánea conciencia del yo y del mundo como realidad. Esto puede ser comprobado, incluso en los adultos, cuando se apela a la «fuerza de voluntad» para salvar inesperados o graves obstáculos.

En una segunda fase se agrega, a los intentos de actividad, la conciencia y necesidad de regular el aparato motor. El deseo exige una acción precisa y el control del propio cuerpo se impone. El objetivo configura la acción y el laminar e indiferenciado impulso se intelectualiza, tal como ocurre en la marcha por un paso resbaladizo y peligroso, donde la andadura pierde su espontaneidad refleja para volver al periodo de aprendizaje consciente.

La tercera etapa señala el desplazamiento y extensión del proceso hacia el plano de los procesos psíquicos internos. Al control de los movimiento exteriores se agrega la acción reguladora del íntimo acontecer. El v. se formaliza como instancia del yo -«el yo en acción» que no deja que ocurra lo espontáneo, sino lo deliberado. Cronológicamente el fenómeno coincide con la iniciación de la adolescencia (v.).

El v. se va manifestando y se desarrolla así como un proceso, que integra sucesivamente los contenidos de la senso-percepción (v.), las representaciones -imágenes (v.) e ideas (v.)-, y el fondo endotímico con la afectividad (v.) y las propias vivencias (v.) tendenciales. Ciertamente no corresponde a los efectos de la v. el que se vivencias determinadas tendencias o sentimientos, pero sí puede determinar su medida y dirección. Justamente, en su fase final, arrancando del subjetivismo de la adolescencia, la v. acaba por configurarse como acción simple, exquisitamente personal, como espontaneidad del yo que se inclina y tiende hacia un fin, que, por original y deliberado, se considera propio (v.

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