Psicoeducación
aurojm7 de Noviembre de 2012
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Autor: Mtra. Psic.Aurora Jaimes Medrano
Psicoeducación
El diagnóstico de una enfermedad crónica y especialmente de un trastorno mental, genera en quien lo padece y a su familia un impacto, que se refleja en el descontrol, dudas e incertidumbre sobre la evolución y pronóstico de la enfermedad, ya que afecta la vida de todos tanto en el funcionamiento psicológico y social de las personas.
Por lo anterior, la intervención psicosocial tiene como propósito mejorar la condición humana a través de esfuerzos dirigidos principalmente hacia la asistencia para enfrentar los problemas y mejorar o mantener la calidad de vida. 1 También se considera como cualquier intervención (preventiva o restauradora) que intenta tener un impacto en el bienestar psicológico de un grupo de población definido.2
Las intervenciones psicosociales resultan ser efectivas dentro de un modelo multimodal, y tienen como objetivo esencial mejorar la calidad de vida del paciente y su familia, modificando el ambiente y la dinámica familiar, reduciendo el nivel de estrés tanto del paciente como de su familia y lo que puede reflejarse en la reducción de recaídas. 3
La intervención psicosocial se integra con diferentes modalidades terapéuticas y estrategias, su aplicación depende de las características de la enfermedad o trastorno, así como del nivel de serveridad. En este cápitulo se abordarán algunos aspectos característicos de los programas de educación familiar y se precisará sobre la psicoeducación enfocada en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Programas de Educación Familiar
Las características esenciales de este tipo de intervenciones son el tiempo que suele ser “corto” una o varias sesiones, proporcionar información a los familiares sobre el trastorno y su evolución, utilizando material impreso, pláticas informativas y lecturas recomendadas de fácil comprensión para los familiares. Lo anterior proporciona a las familias herramientas que le permiten cambiar de actitud hacia el enfermo. A pesar de que no se cuenta con ensayos clínicos aleatorizados que demuestren la eficacia de dichas intervenciones, se han realizado algunos estudios en los que se reporta que los pacientes y la familia se benefician con estas intervenciones al mejorar su calidad de vida. 4,5
Psicoeducación
La psicoeducación en el área de la psiquiatría se ha utilizado como una parte del tratamiento en los trastornos mentales tal como en la esquizofrenia, el trastorno bipolar, los trastornos del desarrollo,etc. 6,7,8
Es importante señalar que la psicoeducación es una estrategia terapéutica que puede aplicarse no sólo a los trastornos mentales sino en enfermedades médicas crónicas.9
Glick 1994 define la psicoeducación como la administración sistemática de información sobre los sÌntomas, etiología y tratamiento, con la finalidad de mejorar la comprensión del trastorno y las conductas asociadas a la enfermedad 10. Otros autores la consideran como un elemento terapéutico coadyuvante en el tratamiento de los trastornos mentales, no obstante, es una intervención fundamental para la evolución de los pacientes ya que brinda beneficios que impactan positivamente la calidad de vida, disminuyen las recaídas y mejora el desempeño y funcionamiento psicosocial. 11,12
Los objetivos que plantea la psicoeducación son: promover y mejorar la adherencia al tratamiento farmacológico, lo que en muchas ocasiones éste último puede estar afectado por los mitos y las creencias sin fundamento médico que lo obstaculizan.13 Algunas investigaciones han reportado que las familias que reciben psicoeducación tienen mayor efectividad en la reducción de la emoción expresada (EE)14 y disminución en la frecuencia de recaídas. Esta intervención en la familia radica no sólo en recibir la información sobre la enfermedad sino en la instrucción de ésta, proporcionándole así al familiar elementos para responder apropiadamente ante las manifestaciones de la enfermedad, es decir enseñarle formas de afrontamiento efectivas. El concepto de emoción expresada se refiere a la atmósfera emocional de los familiares y el paciente, la que se ha asociado con el pronóstico. Es por ello que los programas psicoeducativos deben diseñarse de acuerdo a las necesidades identificadas y expresadas por los familiares. 15
La revisión de los manuales de psicoeducación familiar con base empírica revelan que, aunque las intervenciones familiares y la psicoeducación comparten muchas características. Los programas tienen aspectos esenciales como la educación sobre la enfermedad, mantener y establecer una actitud empática con el enfermo, el entrenamiento en la resolución de problemas y el apoyo en la adherencia al tratamiento farmacológico. Sin embargo, los puntos que la distinguen y difieren respecto a las otras intervenciones es el tiempo corto, la inclusión del paciente en la intervención y el que esté presente en las sesiones familiares, el lugar de las sesiones (casa, clínica, o ambos), el grado de capacitación, el formato (individual, grupo o combinado), la frecuencia de sesiones (semanal, quincenal o mensual), y la duración que es superior al de los programas de educación familiar que tienen intervalos de meses o hasta de años.16
Las siguientes son características de la psicoeducación:
• Se considera a la familia, en sí misma, “sin psicopatología”, lo que es un punto de discusión sobre las familias disfuncionales desde el enfoque sistémico y familiar.
• Se busca favorecer el desarrollo de las potencialidades familiares.
• Se enfatiza la necesidad de informar a las familias sobre la etiología, el curso, los síntomas y el tratamiento de la enfermedad.
• Se explicita y determina la metodología de intervención.
• Se enseña cómo resolver y afrontar problemas asociados con la patología de uno de los integrantes.
• Las metas a cumplir se alcanzan en periodos cortos o a mediano plazo dependiendo de las necesidades propias de cada paciente y familia.
Como se mencionó anteriormente la psicoeducación se desarrolló como una forma de intervención psicosocial para el paciente esquizofrénico y su familia, lo que generó diversos modelos psicoeducativos entre los que se destacan el de Hogarty (1991)17 y Falloon (1987)18. Este último autor considera que las familias presentan de forma general los siguientes conflictos al enfrentar un trastorno mental: falta de comprensión sobre la compleja naturaleza de la enfermedad y sus limitaciones sociales, falta o fallas en las habilidades para afrontar en forma efectiva los síntomas agudos o crónicos, dificultad para expresar sentimientos negativos y/o positivos hacia el paciente, dificultad para reducir la tensión en la familia a través de un método efectivo para resolver problemas y la tendencia a sentirse estigmatizados y a limitar los contactos sociales fuera del círculo familiar.
Estos problemas exigen la necesidad de crear un programa psicoeducativo que aborde los siguientes aspectos:
• Ayudar en la regulación de las interacciones afectivas.
• Manejo de los sentimientos de pérdida que se asocian a la discapacidad del paciente.
• Reconocer que las personas con enfermedad mental pueden ser más sensibles al estrés.
• Entrenamiento en el control y manejo del estrés tanto para la familia como para el paciente.
• Variabilidad en el tiempo de duración del programa que se basado en los intereses de la familia.
• Integración del trabajo de la familia en un equipo multidisciplinario.
• Compromiso y acompañamiento del terapeuta con la familia, considerando los diferentes escenarios de la vida cotidiana del paciente.
• Involucramiento del paciente en las sesiones de información y capacitación
• Evaluación permanente para mantener el foco central de la intervención.
• Evaluación de las fortalezas de la familia, problemas y metas individuales.
• Atención a las necesidades clínicas y sociales del paciente y su familia.
• Manejo óptimo de la medicación del paciente.
• Programa intensivo de educación para el paciente y su familia seguido de educación continua dirigida a las necesidades del grupo familiar.
• Promover comunicación clara y escuchar activamente.
• Entrenamiento de técnicas para solución de problemas de la familia.
Psicoeducación en el Trastorno por Déficit de Atención Hiperactividad (TDAH)
En la literatura se ha descrito la evidencia de la efectividad del tratamiento multimodal. En el estudio MTA (Multimodal Treatment Study) que fue realizado por el NIMH (National Institutes of Mental Health) y el departamento de Educación de E.E.U.U. se comparó la eficacia a largo plazo (14 meses) de diferentes modalidades CUALES de tratamiento del TDAH, encontrando que el grupo de niños con TDAH que recibieron la combinación de las
terapias conductual y farmacológica presentaban una mejoría en la sintomatología, en comparación con los grupos que sólo recibieron un tratamiento farmacológico o conductual. 19
De acuerdo al nivel de disfunción del paciente con TDAH es importante considerar el modelo de intervención ya que pueden variar conforme a las necesidades de cada paciente y la edad del mismo, de tal manera que se adaptan los principios generales y las intervenciones se personalizan.
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