Psicologia Del Niño
benjamina200818 de Junio de 2012
5.432 Palabras (22 Páginas)492 Visitas
TODOS LOS NIÑOS
TIENEN DERECHO
A JUGAR
Introducción
El juego
Es muy difícil que encontremos una actividad humana tan natural, tan rica en significados y posibilidades, tan valiosa para todas las edades, tan meritoria para todos los hombres y mujeres como el juego. El reconocimiento del juego como actividad no sólo de placer sino también de aprendizaje, adquiere una dimensión central en la pedagogía del tiempo libre.
A lo largo de este trabajo trataremos de analizar y comprender la esencia, metodología y sus objetivos, la duración y el lugar donde el mismo se va a desarrollar.
Los elementos, los materiales que utilizan los distintos objetivos que se esperan luego del juego ya sea en lo social, emocional, intelectual y en lo físico.
Los momentos del juego, la planificación, desarrollo, orden y evaluación del mismo.
“El juego nunca deja de ser una ocupación de principal importancia durante la niñez".
Los diferentes pensamientos
Jean Piaget 1932, 1946, 1962, 1966
las diversas formas de juego que surgen a lo largo del desarrollo infantil son consecuencia directa de las transformaciones que sufren paralelamente las estructuras cognitivas del niño.
Hall (1904) que asocia el juego con la evolución de la cultura humana: mediante el juego el niño vuelve a experimentar sumariamente la historia de la humanidad
Freud, por su parte, relaciona el juego con la necesidad de la satisfacción de impulsos instintivos de carácter erótico o agresivo, y con la necesidad de expresión y comunicación de sus experiencias vitales y las emociones que acompañan estas experiencias. El juego ayuda al hombre a liberarse de los conflictos y a resolverlos mediante la ficción.
Para finalizar desarrollaremos una conclusión en grupo, dando nuestros puntos de vista sobre la importancia del juego en educación inicial.
MARCO TEORICO
1) El juego de ejercicio.
Esta primera etapa se caracteriza por el hecho de prolongar la ejecución de
alguna acción por el puro placer funcional. Comienza en el subestadío II del
período sensoriomotriz y aparece marcando una pequeña diferenciación
respecto de la asimilación adaptativa, es decir, repite la acción por el placer
del ejercicio funcional y el placer ligado al dominio (mirar por mirar, mirar al
revés, manipular por manipular, algunas fonaciones). Si bien no todas las
reacciones circulares de esta etapa tienen un carácter lúdico, la mayoría de
ellas se prolongan en juego cuando prevalece ese placer funcional, o en
otros términos, la asimilación más pura. Vale como guía para el análisis de
las conductas cuando Piaget señala que: “…un esquema no es jamás en sí
mismo lúdico o no lúdico y su carácter de juego no proviene sino del
contexto o del funcionamiento actual.”2 Es decir, que lo que debemos
observar siempre es el aspecto funcional en donde la asimilación predomina
y desborda a las conductas que tienden a la adaptación. Hasta el
subestadío V se desarrolla el juego de ejercicio preverbal y durante el VI
estadío comienza el juego simbólico. Cabe agregar que dentro de esta
clasificación de los juegos de ejercicio también encontraremos los juegos de
ejercicio de pensamiento, cuya diferencia con la etapa siguiente es la de ser
no simbólicos. Esto ya se corresponde con la etapa verbal y allí se ejercita
el pensamiento por placer, como en las combinaciones de palabras o en el
hecho de preguntar por preguntar (los famosos porqués de los niños) que
surgen de un contexto adaptativo pero que luego el niño repite por el simple
placer de hacerlo. También entran en este contexto las fabulaciones en
situaciones donde combina ideas sin interés en afirmar nada y sólo por que
le agrada combinar palabras, o la invención de cuentos sin principio ni fin.
Lo común en estas actividades de pensamiento es que el niño no tiene para
Piaget ningún interés real por el contenido del pensamiento y cuando el
interés surge estas ejercitaciones derivan hacia el juego simbólico.
2 Piaget, J. La formación del símbolo en el niño, Buenos Aires, 1990, Fondo de Cultura Económica, 1990,
pag. 129.
La extinción de los juegos de ejercicio sucede por saturación cuando el
dominio de la acción es tal que ya no se espera ninguna novedad, ningún
nuevo aprendizaje. A partir de la aparición del lenguaje también va
disminuyendo aunque reaparece con cada aprendizaje o el ejercicio de una
nueva función. El juego de ejercicio evoluciona y como dice Piaget: “…se
transforma tarde o temprano en una de tres: primero, se acompaña de
imaginación representativa y deriva entonces hacia el juego simbólico;
segundo, se socializa y se orienta hacia el juego de reglas; tercero, conduce
a adaptaciones reales y sale así del dominio del juego para entrar en el de
la inteligencia práctica o en los dominios intermediarios entre estos dos
extremos.”3
2) El juego simbólico.
El juego simbólico forma parte de una de las cinco conductas que surgen
como expresión de la función semiótica o simbólica. Recordemos pues que
dicha función se desarrolla durante el período preoperatorio, que es un
período preparatorio de lo que luego se construirán como las estructuras
lógicas elementales del período operatorio concreto. Entonces tenemos que
en el preoperatorio se va a reconstruir en otro plano (el de la
representación) lo ya logrado en el nivel sensoriomotriz, en donde las
representaciones se coordinan aún de manera pre-lógica y el pensamiento
del niño es todavía no sistemático, impreciso y falto de la movilidad que le
otorgará luego la reversibilidad operatoria. En este contexto el juego
simbólico aparece como una actividad predominantemente asimiladora y es
a través del símbolo que el sujeto va a representar un objeto ausente bajo
una forma de representación ficticia (efecto de la acción de deformante de
la asimilación), donde la ligadura entre el significante y el significado estará
en función de los intereses puramente subjetivos y lejos de la función
convencional que ejercen los signos en el lenguaje socializado. La función
de compensación, de realización de deseos y la elaboración de conflictos
del juego simbólico le sirve al sujeto para la asimilación de lo real al yo sin
tener que adaptarse a las restricciones de lo real. El mundo en el que se
3 Ibid, pag. 163
desenvuelve el niño es el mundo y el lenguaje de los adultos y en este
sentido el juego simbólico y la creación de significantes construidos por él,
lo que Piaget llama “símbolos motivados”, le permiten una forma de
expresión acorde a sus necesidades. La imaginación simbólica que implica
la combinación libre y la asimilación recíproca de los esquemas, que
aparece alrededor del segundo año de vida y tiene su apogeo entre los 2 y
los 4 años, aleja al juego del simple ejercicio, aunque en el simbolismo
queden subsumidos en muchas ocasiones las acciones o ejercicios del
estadío precedente. Lo que en el período sensoriomotriz eran ejercicios y
rituales lúdicos4 se transformarán luego en esquemas simbólicos debido a
que se salen del contexto de la acción habitual y se aplican a otros objetos.
Hay disociación entre el significante y el significado donde:”…el gesto
ejecutado por juego, así como el objeto al cual se aplica juegan el papel de
simbolizantes y el gesto representado el de simbolizado.”5
Entre los 4 y los 7 años los juegos simbólicos comienzan a declinar y el
símbolo va perdiendo su carácter de deformación en vías de una
representación imitativa de la realidad. Esto va de la mano de una mayor
organización del pensamiento6, la preocupación creciente por la imitación
exacta de lo real en las representaciones, ya sean éstas escenificaciones o
construcciones materiales de la representación (modelados, dibujos,
construcciones de objetos concretos, etc.) y el comienzo del simbolismo
colectivo (cuando el niño juega en una escena con diferenciación y
adecuación de papeles o roles). Es allí donde según Piaget el juego
evoluciona hacia formas más adaptadas ligadas al trabajo o a la imitación.
4 La ritualización de los esquemas implica, dentro del período sensoriomotriz, que el esquema
es sacado de su contexto adaptativo y es imitado y “jugado” por el niño. Por ej. cuando ve la
almohada desarrolla todos los gestos que realiza cuando va a dormir.
5 Ibid, pag. 171
6 A partir de los cuatro años ya se puede abordar al niño con el método clínico gracias a la
secuencia que surge en el diálogo. Esto se puede observar en “La representación del mundo
en el niño”, Ed. Morata, Madrid, 1920.
3) El juego reglado.
El juego de reglas implica relaciones sociales o interindividuales, donde la
regla supone una regularidad impuesta por
...