Psicología De La Religión. ¿Que Es Un Secta?
LauraBenincasa23 de Noviembre de 2014
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¿Qué es una secta?
Una secta es el conjunto de seguidores de una doctrina religiosa o ideológica concreta. El término se usaba originalmente solo para aludir a partidos o comunidades de personas con afinidades comunes (culturales, religiosas, políticas, esotéricas, etcétera), que a través de sus enseñanzas o ritos se diferenciaban de otros grupos sociales. Solo posteriormente adoptó el sentido secundario de «herejía», o creencia y grupo disidente que se separa de su fuente original, o que discrepa de las religiones mayoritarias, casi siempre con connotaciones peyorativas. Luego, en los años ochenta se define el concepto de "nuevos movimientos religiosos" para diferenciarlos del concepto negativo popular de "sectas", y evitar así la persecución de las minorías. Actualmente aun hay preocupación entre las autoridades civiles frente a los grupos sectarios auténticamente peligrosos, por lo que se ha sugerido el concepto de «sectas destructivas».
Etimológicamente el término castellano «secta» puede provenir del latín seqüi: seguir, que se aplicaba a las escuelas de filosofía (de donde viene sectátor y sectatorios: ‘adherente’, ‘seguidor’, y se refiere a ‘seguir a un maestro o líder’). También se han planteado dudas sobre si proviene del latín secare (‘cortar, separar’). De secare provienen las palabras «insecto» y «sector». En ambos casos está presente la idea de separación.
También se usa actualmente el término menos peyorativo «nuevos movimientos religiosos», para referirse a sectas inocuas. El problema de la terminología es importante, ya que desde distintas áreas del pensamiento y de la ciencia se ofrecen diversas definiciones. Los sociólogos angloparlantes utilizan la palabra sect (‘credo’, ‘culto’ o incluso ‘secta’ en su acepción menos usada) para referirse a un grupo religioso que también tiene un alto grado de tensión con la sociedad circundante, pero cuya creencia es, dentro del contexto de esa sociedad, en gran parte tradicional. El término peyorativo cult, equivalente a la palabra española «secta» en su acepción más común, indica el grupo que tiene un alto grado de tensión con la sociedad circundante.
En el mundo antiguo se consideraban a los «sectarios» como personas que seguían las enseñanzas de un filósofo. Los primeros cristianos fueron llamados «secta de los nazarenos» por los judíos.
El Nuevo Testamento y las cartas atribuidas a san Pablo utilizan la palabra hairesis (αἵρεσις, ‘elección’, ‘lo elegido’, ‘alternativa’, ‘partido’ o ‘facción’3 ) para referirse a las subdivisiones del judaísmo y las divisiones dentro de la comunidad cristiana.
En el cristianismo primitivo se usó cada vez más el término hairesis para referirse a las desviaciones de grupos disidentes cristianos de la comunidad completa, y con el tiempo se consideraron como herejías, es decir «falsas doctrinas», en contraste con una ortodoxia definida. Esta idea fue apoyada por la Iglesia católica durante la Edad Media y posteriormente, al calificar, por ejemplo, como «secta luterana» a los protestantes, definición mantenida en ciertos textos hasta el siglo XX.
En el uso popular a menudo se consideran sectas simplemente a organizaciones religiosas a las que se ve como potencialmente peligrosas o problemáticas, o bien alejadas de la ortodoxia teológica, como «herejías». Esto incluye a algunos grupos y organizaciones dentro de las iglesias tradicionales, así como a nuevos grupos, en particular los surgidos a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
En los años setenta y ochenta se consideraban las sectas como una «religión de jóvenes», ya que inicialmente muchos se afiliaron a distintas sectas, siguiendo el ejemplo de personajes populares. «Secta» se utiliza hoy en día de manera peyorativa, y hay quien lo considera un grito de batalla.7 A menudo se acusa que algunas de estas sectas lo fueron principalmente por motivos económicos, que se convirtieron en comunidades religiosas para conseguir la protección especial del Estado, mayores libertades y derechos, así como para disfrutar de exención de impuestos.
A la hora de hablar sobre los orígenes de las sectas y los nuevos movimientos religiosos, encontramos una amplia gama de hipótesis que van desde las más complejas hasta las más simplistas, que reducen toda la problemática a una simple cuestión económica.
El desengaño y la pelea. La razón más frecuente para el surgimiento de estos grupos es el desengaño y la pelea. Es decir, el integrante de una religión, movimiento o secta, se pelea con los dirigentes de su grupo, se separa con dos o tres feligreses, y crea un nuevo culto. Esta separación contestataria provoca, generalmente, que el nuevo movimiento tienda a aislarse intentando una autonomía total y manteniéndose en relaciones dialécticas. Las relaciones dialécticas asumidas presentan al grupo como los custodios de la pureza doctrinal, manifestando un fuerte rechazo hacia todo lo exterior, como ser la sociedad, las instituciones y, especialmente, hacia aquella estructura de la cual se desprendieron, a la vez que se suelen observar de manera más o menos frecuente, componentes de tipo paranoico en su estructura. Asimismo estas separaciones por desengaño y pelea, generalmente van acompañadas de revelaciones, visiones, y mensajes especiales. Frecuentemente veremos en el origen de estos grupos, que al fundador del mismo se le aparece Jesucristo, un ángel o, como ahora se registra más a menudo, un Ovni, que le transmite un mensaje y una misión particular.
Esto hace suponer, en más de un caso y especialmente viendo el contenido de estos supuestos mensajes y misiones, la posibilidad de ciertas alteraciones psicológicas, especialmente una variedad de demencia conocida con el nombre de "psicosis Esquizoparanoide", que se caracteriza precisamente por estar constituida de delirio de tipo religioso, místico, de influencia y megalomanía, es decir un delirio desmedido de poder.
Teoría del fracaso de Cristo. Este tipo de visiones remiten a que Cristo vino con una misión al mundo pero, al no ser reconocido como el Mesías por su propio pueblo judío y ser crucificado, fracasó. Entonces, el sujeto de esta nueva misión y mensaje, es el llamado a concluir la misión redentora de Cristo. Tal argumento es el esgrimido por la Iglesia de la Unificación (Moon), que tomando un pasaje bíblico donde dice "un ángel surgirá de oriente", sostienen que el fundador y actual líder del movimiento, Sun Myung Moon, es el último y verdadero Mesías que viene a cumplir la tarea de restauración no lograda por Jesucristo. También, aunque con algunas variantes, este argumento es utilizado por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días o Mormones, quienes sostienen que al haber fracasado Cristo en Palestina, aparece en América y establece en una tribu, su verdadera iglesia.
Caducidad de las religiones clásicas o tradicionales. Las presentes visiones remiten a que todas las religiones clásicas o tradicionales han traicionado el mensaje original o han fenecido quedando tan solo algunos elementos aún válidos en ellas. De esta manera el sujeto de esta nueva visión y mensaje es el llamado a rescatar los pocos elementos aún válidos de las distintas religiones y juntarlos todos, surgiendo así los movimientos sincretistas, es decir, aquellos que toman elementos de diversos orígenes y los amontonan, sin lograr una verdadera síntesis o fusión, sino tan solo mezclándolos.
Este tipo de argumento fue el utilizado por un movimiento originado en Argentina que empezó desarrollando actividades bajo la denominación "Iglesia Evangélica Cristiana Judía Ecuménica", y también puede ser observado en la gran mayoría de los movimientos de carácter gnóstico, esotérico y ocultistas.
Orígenes con finalidad económica. En lo que hace a la cuestión económica, un elemento que ha facilitado simplificar el tema, es la teología de la prosperidad o teología de la abundancia, a la que tantos televangelistas son afectos, predicando constantemente sobre el "progreso material", amén del espiritual, que encontrarán todos aquellos que le "entreguen el corazón a Cristo". Esta predestinación calvinista ha generado una especie de ecuación que implica un triunfo en lo temporal y, más precisamente, el progreso material. El éxito económico y la ostentación en algunos casos, de ciertos pastores, es utilizado muchas veces como un medio de proselitismo. A los ojos de estos, las Iglesias han errado el camino asociando espiritualidad y pobreza, ya que a los que tienen fe, Dios quiere regalarles riqueza, salud y éxito.
Características definitorias de una secta
1. Estructura piramidal. La secta ha de tener una organización que podríamos dividir en cúspide absoluta (el cuerpo gobernante, generalmente colectivo, aunque con una figura sobresaliente), mandos intermedios y adeptos-tipo. Naturalmente, se trata de una simplificación. De manera general, la secta presenta una estratificación que permite un control riguroso de los escalones inferiores.
2. Sumisión incondicional al dirigente. En el interior de la pirámide la norma absoluta es la sumisión sin paliativos a la cúspide. En buen número de casos, ésta pretende haber recibido una inspiración de Dios (Ellen White, Joseph Smith, Moon, etc.), ser la única intérprete válida de la revelación (Moisés David, la Watchtower) o haber descubierto algo nuevo (Hubbard). Sean cuales sean sus pretensiones, no cabe la menor posibilidad de romper la cadena de sometimiento o el cañamazo en que se asiente la secta.
3. Anulación de la crítica interna. Lógicamente, la secta
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